martes, 4 de enero de 2011

Capítulo # 15

HOOLAA!!! JODERR PERDONADMEEE LO KE PASAA KEE AKABO DE REGRESARR DE MII VIAAJEEE JAJAJA LA VD.. SI ME LA PASEE MUY BNN xDDD BUENOO PUESS NADAAA KEEE ME APUREEE A ESKRIBIIRR & PSS SAALIIOO... AAMM HABEERR ESTEE KAPIITULOO SEE LOO DEDIIKOO A MII GEEMEE... JODERR GEEMEEE YAAA AKII APARECESSS YAA PA KEE NO DIGASS KE NPURASS LARGASS KONMIIGOO... TQQQMM KANIJJAAA... ICH LIBE DICH MUCHIITOO...♥

PLIISSS KIEROOO KOMENTSSS SII NOO PSSSS YAAA SEE KANCELARAA EL FICKK PAAA TODASS LAS KE NO KOMENTEENN

Capítulo # 15

Abrí los ojos de par en par… no podía ser, no podía aceptarlo y más que no poder hacerlo no quería hacerlo. Mi corazón se encogió en un puño y sin ser completamente consciente de ello revente a llorar como una niña al escuchar la dura realidad.

- Vamos nena, debes calmarte – musitó Brianda lo más reconfortante que pudo, pero ¿cómo me pedía que me calmara si en menos de veinticuatro horas mi vida daría un giro drástico?
- Brii… yo… yo no quiero – mascullé entre hipos y ella volvió a pasar sus finos dedos entre mi cabello – no quiero…

Y mi voz se desvaneció. Seguí llorando, desahogándome y soportando a la vez todo ese miedo y dolor que sentía que se acumulaba cada vez más en mi pecho. Entonces todo se volvió negro…, grité pero nadie me escuchó, traté de observar lo que había a mi alrededor pero la luz se había extinguido, camine y camine por no se cuanto tiempo, pero al ver absolutamente nada el final seguía pareciéndome infinito y entonces ahí entre la obscuridad una tenue ráfaga de luz apareció y en el medio de esta estaba él… mi salida, el amor de mi vida… Bill.

Vanamente traté de tocarlo, mis manos traspasaron su cuerpo, él me sonrió y entonces fui capaz de escuchar las voces desesperadas de mi madre biológica, de mi padre y de Brianda.

- Hey… nena – me zangoloteó mi amiga y yo sólo atine a parpadear varias veces
- ¿Qué…Qué me paso? – pregunté tratando de incorporarme pero Amelia me lo impidió
- Te desmayaste – respondió Brii y con ambas manos sobe mi cabeza - ¿Cómo te sientes? – cuestionó
- Bien… - dije para tratar de no hacer más drama, pero fue en vano, Amelia y Alexander seguían escandalizados y yo con un dolor de cabeza tremendo
- Hija… ¿Qué es lo que paso? – preguntó Alexander y sin mirarlo respondí a su pregunta
- Ya te lo ha dicho Brianda ¿no?
- No puedes seguir hablándonos así… hija somos tus padres – con dificultad me incorpore y le observé a la cara
- Les he dicho ya que ustedes no son más que un par de desconocidos para mí, así que les hablare como a mí se me plazca… ahora, agradecería si salieran de mi habitación, quiero estar sola – Alex asintió y haló del brazo a Amelia que intentó quedarse dónde se encontraba, pero después de un par de jalones cedió y ambos se dirigieron a la puerta – tú quédate Brii – musité en mi subconsciente y ella asintió.

Minutos después en la habitación sólo nos encontrábamos ella y yo.

- Creo que deberías darles una oportunidad – negué
- No Brianda… ellos no se la merecen, si de verdad me quisieran no me obligarían a pelear contra el amor de mi vida, no permitirían que yo fuese convertida y desde que nací me hubieran hablado con la verdad, pero no es así Brii… alguien que no es sincero no puede querer y ellos jamás han sido sinceros conmigo
- Desde que llegaste no has permitido que ellos te den por lo menos una explicación, por eso no sabes las razones que ellos tuvieron para dejarte con Kristen y Jason – replicó la rubia
- Basta… no quiero seguir hablando del tema – asintió
- Está bien…
- Gracias
- No agradezcas, igual no tengo derecho para meterme, es tu vida y tú sabes lo que haces, si no quieres aceptarlos cómo lo que son yo no puedo reprochártelo… yo no he vivido lo que tú y a pesar de todo te comprendo – apreté la boca – pero bueno… creo que es hora de que me valla, creo que le hablaras a Tom ¿cierto? – Asentí – bueno pues entonces yo voy a entretener a Viktor, tú habla con tranquilidad… cualquier cosa yo te aviso ¿está bien?
- Claro…

Y la vi salir de la habitación. Tomé mi celular y abrí la tapadera, busqué con desesperación el número de Tom y cuándo lo encontré pulse la tecla correspondiente para poderme comunicar con él.

- Oh… si vallan adelantándose, yo ahorita los alcanzo… ¿Hola?
- ¿Tom?
- ¡Pequeña…! – Escuché decir a Tom efusivo – que gusto escucharte – musitó
- Emmm si claro, ¿estás ocupado? – pregunté
- Pues no… pero en un ratito saldré al concierto
- Bueno, entonces creo que no es un buen momento para hablar – mascullé apenada
- No te preocupes, igual apenas vamos a hacer la prueba de sonido – fruncí en ceño
- ¿Apenas?
- Si… bueno, lo que pasa es que la hora se ha recorrido, ya sabes… David piensa que hay que hacer esperar un poco a las fans, por eso de que piensa que así habrá más efusividad
- Ah si claro… Dave y sus locas creencias – dije rodando los ojos
- Si es lo que yo digo, pero pues que hacerle… así es él
- Pues si…
- Nena, te notó rara ¿Qué sucede? – cuestionó y por un momento pensé en contarle lo que sucedía, pero ¿de que serviría? Si de igual manera ellos estaban lejos y el ignoraba totalmente mi pasado y ahora presente
- Nada… - fue mi única contestación, pero al parecer para él no fue suficiente
- Te conozco demasiado bien como para pensar que no tienes nada… dime que es lo que pasa – pidió y tuve que morderme la lengua para no comenzar a llorar
- De verdad no es nada Tom – susurré
- Pequeña ¿Qué no me tienes confianza? – preguntó, yo asentí
- Claro que te tengo confianza Tomi
- Entonces ¿Por qué no me dices que es lo que tienes?
- Porque no tengo nada – balbuceé, pero conocía a Tom y sabía que él estaba más que seguro que yo no estaba para nada bien. Suspiró
- Haber Mili… no sigas mintiendo, necesito que me digas que es lo que sucede para poder ayudarte
- De verdad Tom no es nada – repetí
- ¿Entonces porque te escucho tan rara?
- Son sólo alucinaciones tuyas… no tengo nada – musité y Tom negó
- Mili, si no me dices que es lo que te pasa soy capaz de no salir a dar el concierto - ¿¡Qué!? ¿¡Pero que era gilipollas!? O es que más bien era demasiado listo, porque el muy cabrón sabía cómo podía sacarme las cosas sin problema
- Tom no seas infantil – farfullé – tienes que salir a dar ese concierto… tus fans mexicanas te han esperado por mucho tiempo, no sería justo para ellas – lo contradije, pero conocía a Tom y sabía que era más necio que un jabalí
- No lo soy… sólo pido que me digas que tienes y así no decepcionare a las fans, de lo contrario, pesara en tu consciencia que un montón de niñas lloren al no verme
- Ash Tom… a veces eres imposible – me quejé – te digo que no es nada… sólo que ya los extraño, eso es todo – mentí. Bueno igual no del todo, porque de verdad ya comenzaba a extrañarlos
- Hummm no me convences… - negó – pero está bien te creeré… dime, ¿quieres hablar con los chicos? – asentí
- Si claro, sería lindo
- Ok haber espera… - pasaron algunos segundos, quizás un minuto por mucho y entonces escuché las vocecillas de mis amigos y de mi novio – listo nena, puedes hablar… ellos te escuchan – sonreí
- Hola chicos – saludé
- Valla, hasta que a alguien le da por comunicarse con nosotros – se quejó Georg juguetón, yo solo atine a reír
- Como si te preocuparas por mi Georg
- Y tú que sabes flacucha, si ni he podido dormir pensando en como estarás – musitó
- Oh… ¿de verdad? – pregunté sorprendida
- No seas mentiroso Georg, si no duermes es porque te la pasas comiendo – masculló Gustav contrariándolo
- Jajajajaja… hola Gus…
- Hola bonita… ¿Qué tal Rusia?
- Linda… realmente linda… hay chicos demasiado guapos por acá… he pensado seriamente en dejar a su vocalista por algún ruso – dije jugando… a sabiendas de que Bill estaba ahí y que tan pronto como pudiera comenzaría a quejarse
- Jajajaja, si ya decía yo que se te caería esa venda de los ojos – me siguió el juego el rubio
- Si verdad, creo que ese greñas paradas ya no me gusta en lo más mínimo
- ¿Ah si princesa? ¿De verdad ya no te gusto? – sonreí… por fin después de algunos días, volvía a escuchar la melodiosa voz del amor de mi vida
- Hummm de verdad, es que me he dado cuenta que hay mejores que tú – sabía que tal vez se enojaría, pero no importaba, ya después lo haría contentarse
- Oh pues en ese caso creo que tendré que elegir a una de las fans que vendrán hoy al concierto, digo, por lo menos para que me satisfaga por esta noche, ya después me daré el tiempo para buscar a alguien que remplace a cierta personita – Abrí la boca formando una perfecta “O” con ella
- ¡Ni se te ocurra Bill Kaulitz! ¡Qué dónde me entere que te has metido con alguna piba te la veras conmigo! – mascullé desconforme… valla situación, yo pretendiendo que él se enojara y la enojada había terminado siendo yo
- Jajajajajajajajajajajajajaja – escuché a todos ahí carcajearse, incluido Tom y solté una risita floja
- Sabes que no podría princesa… yo te amo
- Hay, ya van a empezar de melosos – se quejó el lacio
- Yo también te amo mi minimoy – respondí y todos ahí a excepción de Bill bufaron
- Bueno Mili un gusto en saludarte, creo que Georg, Tom y yo los dejamos hablar…
- Igual chicos… suerte en el concierto… ya verán que todo saldrá perfecto
- Gracias – musitaron los tres al mismo tiempo
- Tom… - habló mi novio – ahorita te regreso el teléfono ¿si?
- Claro… creo que tienen cosas que hablar, me lo devuelves cuándo terminen, sólo no te tardes… la prueba de sonido no tarda en comenzar yo por lo mientras voy a buscar a Dunja que no me dio mi café – Bill asintió
- Si, esta bien… pero Tom, no te vuelvas a desvelar, que un día de estos Dave no estará tan de buenas y te regañara
- Si… si lo que tú digas
- Hay Tom, ya no quiero pelear…ahora voy – y escuché como apretaba una tecla – ahora si ¿en que estábamos?
- ¿Tom se desveló? - ¡Ja! Pero que pregunta, si yo sabía a la perfección la respuesta y también sabía que la única culpable del desvelo de Tom era yo
- Si… él muy gilipollas seguramente se consiguió a alguna piba que fue su distracción, pero ahora si se paso… - Fruncí el ceño
- ¿Por qué? – pregunté
- Porque sabía que teníamos compromisos para hoy y se anda cargando una carita que hasta a mí me da sueño – sonreí
- Hay amor, ya no te enojes… así es él – suspiró
- Pues si… ni que hacerle… pero ahora si ¿en que estábamos?
- En que te amo – repetí
- Yo te amo más princesa…
- Es lindo escucharlo – balbuceé y sin pensarlo dos veces decidí que Bill tenía que saber lo que estaba sucediendo
- ¿Qué pasa princesa? – Preguntó - ¿Cómo están las cosas por allá? – suspiré
- No cómo yo quisiera - respondí
- ¿Por qué?
- Bill todo se está complicando
- ¿Qué es lo que sucede? – cuestionó alarmado. Sobé mi nariz y una lágrima resbalo por mi mejilla
- Viktor me convertirá antes… y no sabemos bien porque, pero Brianda sospecha que será mañana cuándo lo haga – solté de golpe y sentí mi corazón contraerse una y otra vez
- ¿¡Qué!? ¡Ese hijo de puta no puede hacerlo! – dijo cabreado y exaltado a la vez
- Tan puede como que lo hará… Bill… tengo miedo
- Tranquila princesa… no se como, pero te ayudaré
- No… - chillé – Bill te matarían
- ¡Pero no puedo dejar que te transformen! ¡No puedo! – gritó y entonces mi llanto se volvió más profundo… él, mi príncipe se preocupaba por mí
- Bill… la prueba de sonido empieza en cinco minutos – escuché que le dijeron a mi novio
- Amor, es mejor que vallas. Tus fans te esperan ansiosas
- No… no puedo salir a cantar sabiendo esto – se negó
- Tienes que hacerlo… ellas lo merecen, te aman Bill, no sería justo que las dejaras plantadas el mero día – reproché – Yo estaré bien… de todos modos algún día tendría que pasar – musité resignada
- No princesa… tú… tú eres mi todo – chilló y enseguida un gemido escapo de su garganta
- Y tú también eres mi todo Bill, pero – agaché la mirada – pero ambos sabemos que esto no tiene rumbo – mi corazón se resquebrajó en miles de pedazos, pero quería protegerlo y para hacerlo tenía que tomar una decisión que yo no quería
- ¿Qué… qué quieres decir con eso? – la primera de muchas lágrimas cayó
- Habló de que esto… - guardé silencio por algunos segundos y proseguí – se terminó Bill – Y tuve que colgar para que él no se diera cuenta de mis sentimientos, tuve que hacerlo antes de que el mundo que ambos habíamos construido se viniera abajo y junto con él todas esas promesas que ya no podríamos cumplir


// Narra Bill //

[Un mes después]

¿Cómo volver a amar después de ver cómo todas tus ilusiones se rompen? ¿Cómo volver a creer que puedes ser feliz si a la única persona que de verdad amaste se fue sin decir mucho? ¿Cómo aceptar tu realidad si no puedes aceptar haber perdido? ¿Cómo olvidar si no puedes borrar todo lo vivido?

Ya no eran extrañas ese tipo de preguntas en mí. Llevaba un mes o quizás un poco menos tratando de comunicarme con ella pero su número no era el mismo. Había intentado llamar al celular de Brianda pero nadie contestaba. Mi vida se había vuelto un desastre desde entonces. Últimamente los conciertos habían tenido que ser cancelados o aplazados simplemente por algún capricho mío. Pero ¿Qué más daba? Si de todas maneras todo lo que alguna vez pensé que podría sacarme a la superficie me había hundido poco más de la cuenta.

Ya ni llorar era bueno y varias veces me pregunté si algún día quizás yo podría encontrar a la persona correcta. Con la que pudiera ser feliz. Pero al final caía en lo mismo, yo sólo podía ser feliz con ella. Pero se había ido y eso aunque quisiese no podía cambiarlo, porque ella era la que había marcado distancia y dónde yo me le acercara también me acercaba a mi muy segura muerte. Aunque algo en mí… muy en el fondo, se rehusaba a creerlo, porque la conocía y sabía a la perfección que mi princesa no era mala.

Soso moqueé y suspiré fuertemente. Ante los ojos de los demás bien podría parecer un chiquillo después de hacer el berrinche de su vida, pero lo cierto era que ante los míos era un sufrimiento interminable, porque llevaba mucho sin saber de ella, sin escuchar su voz, sin besar sus labios y eso muy a mi pesar no podía seguir soportándolo porque ella era mi todo, se lo había dicho y ella no había querido tomarlo en cuenta.

- Bill… ¿ya estás listo? – me giré sólo un poco para poder ver a mi gemelo con la cabeza ligeramente asomada por la puerta
- ¿Listo para qué? – cuestioné
- ¿Cómo que para qué Bill? Hoy tenemos concierto - ¡Diablos! Lo había olvidado. Apreté los ojos y rápidamente volví a abrirlos, para encontrarme nuevamente con la mirada achocolatada de mi hermano
- Tom… - ni siquiera me dejó seguir, seguro sabía lo que diría y probablemente ya se estaba hartando de mi actitud
- Nada Bill… ya hemos cancelado tres veces seguidas ¿te crees que las fans están contentas? No Kaulitz, ya basta… deja tu estúpida actitud y separa el trabajo de lo personal. A mí también me duele lo que pasó con mi pequeña, pero a comparación tuya yo si se diferenciar las cosas y por más que me duela no voy a dejar de tocar. No te voy a decir que no la extraño porque te mentiría, pero ella tomó sus decisiones y perdóname que te lo diga así, pero sus razones debió tener. Lo hecho echo esta y no podemos cambiarlo. Ella decidió cerrar una etapa de su vida, la etapa en la que nosotros formábamos parte pero bien dicen que lo que te hace daño no es bueno Bill y ella ya había sufrido demasiado junto a nosotros. Déjala ir… y recuerda… si es tuya regresara si no jamás lo fue. – finalizó y cerró la puerta de la suite dejándome solo de nueva cuenta.

Negué con la cabeza y busqué en el bolsillo de mi chaqueta mi celular. Necesitaba el consejo de alguien y quien mejor para dármelo que la chiquilla con la que había platicado hacía ya mucho tiempo y que a cambio de nada me había regalado una palabra de aliento.

Marqué su número y lleve el celular a mi oído.

- ¿Bueno? – y como por arte de magia sentí todos mis problemas desaparecer, esa chica me daba demasiada paz
- ¿Ma…Mariana? – tartamudeé
- Si… ¿Quién habla?
- Soy yo… Bill
- Oh Bill, que gusto volver a hablar contigo, perdón es que perdí tu número de celular y pues por eso no reconocí la llamada – se justificó, sonreí débilmente
- No te preocupes, está bien – respondí
- Hey… ¿pasa algo? – preguntó y justo era eso lo que quería que me preguntara porque en realidad necesitaba desahogarme
- ¿Tienes tiempo para platicar? – cuestioné y ella asintió
- Si claro… pero dime que sucede ¿estás bien?
- No – suspiré – en realidad no
- ¿Te puedo ayudar en algo?
- Se ha ido – musité en voz casi inaudible
- ¿Qué? ¿Quién se ha ido?
- Mi princesa Mar… mi princesa se ha ido – y nuevamente me eche a llorar, quería hacerlo, lo necesitaba para poder sacar todos esos sentimientos reprimidos
- Y tú princesa es…
- Mi novia – moví la cabeza de un lado para otro – quiero decir mi exnovia – rectifiqué
- Oh Bill, dios, pero… ¿cómo fue?
- Ni siquiera yo lo sé… solamente dijo que lo mejor era terminar – soso moqueé – la extraño – me desahogue y me acurruqué sobre la cama, esa dónde su perfume asía falta
- Pero, haber ¿Qué no has tratado comunicarte con ella?
- Si – respondí – pero ya cambió su número de teléfono
- ¿También el de su casa?
- No… es que ella no está en su casa o bueno literalmente si lo está, pero…
- ¿Cómo? – Cuestionó confundida – Haber nene cómo que está pero no está… no comprendo
- Bueno, lo que sucede es que ella vive en Alemania, pero no esta allá
- Ok entonces ¿no sabes dónde está?
- Si… - miré el suelo – ella está en Rusia, al parecer tiene toda una vida por allá – dije tratando de no decir mucho o esta chica me tiraría de a loco. Suspiró
- ¿Y no te has podido comunicar con quien se está quedando? ¿O está en un hotel?
- Se está quedando con una de sus amigas… Brianda… así se llama
- ¿Brianda? – preguntó. Asentí
- Si… ese es el nombre de su amiga, también he intentado llamarle pero no me contesta – un gemido lastimero escapó de mi garganta – necesitaba hablar con alguien… quizás lo hubiera podido hacer con Georg o Gustav, pero al igual que para mí, fue un duro golpe para ellos
- ¿Ella era su amiga?
- Si
- ¿Y porque no lo hablaste también con Tom?
- Porque él también está muy afectado… nuestra rubia era muy importante para todos nosotros. Tenía que hablarlo con alguien que me pudiera dar un consejo claro porque ahora todos ellos no pueden hablarme sin sentirse mal
- ¿Tú novia… emmm perdón… tú exnovia es rubia?
- Si
- ¿Me puedes decir su nombre? – preguntó y no supe porque pero la sentí hasta cierto punto nerviosa al preguntar eso
- Michelle o bueno… Mili para todos nosotros


// Narra Mili //


- Oh vamos… anda – me zangoloteó la rubia suplicante. Sonreí
- No Brii… he estado yendo demasiado, la gente me ha visto, no sería bueno – negué
- Anda Mili… no seas así, tengo sed – rodé los ojos. Esta chica si que era insistente – Vamos… ¿Si? ¿Si? ¿Si?
- ¿Y si llega a haber problema con algún humano?
- Lo matamos – fruncí el ceño
- Brianda no somos asesinas… o bueno, literalmente, solo matamos a gente mala para alimentarnos, pero a gente que no hace nada no podemos tocarla – musité
- Claro que podemos – se cruzó de brazos
- Pero no lo haré
- Hay esta bien, no mataremos a gente buena, pero anda vamos a comer que la garganta me quema
- Bueno… bueno, vamos – accedí sonriente y en menos de una milésima de segundo ambas estábamos frente a la puerta principal
- ¿Norte, sur, este u oeste? – volteé a todos lados y agudicé mi oído. Entonces muy a lo lejos escuché los gritos de una chiquilla despavorida pidiendo ayuda seguido de los latidos frenéticos de su corazón y un idiota riéndose de ella
- Oeste – y corrimos a la velocidad de la luz…
- Déjala imbécil – Gruñó mi amiga tras el tipo de tez morena que se encontraba acosando a una chica castaña que tenía toda la cara empapada en lágrimas
- Miren nada más… otra que viene a caer a la boca del lobo… - él la miró de una forma repulsiva e intento besarla, pero ella se hizo rápidamente para atrás. Quizás debía de ver por mi mejor amiga, pero sabía que estaría bien, en cambio la chica era la que necesitaba ayuda en estos momentos
- ¿Estás bien? – pregunté a la chica que tenía frente a mí
- Quería abusar de mí – contestó entre hipos
- Tranquila… ve a casa y no salgas de ahí – asintió y corrió lo más que pudo. Cuándo la perdí de vista regresé la mirada hacia dónde estaba el bastardo que sería nuestra cena o bueno la de Brii. La seguía viendo asquerosamente y fue por eso que corrí hasta él, tomándolo del cuello de una forma poco usual en mí
- No eres más que pura porquería – siseé mostrándole de poco en poco mis afilados colmillos. Su corazón latía vertiginosamente y eso me causo demasiada satisfacción
- Vamos muñequita deja de jugar a la mala – masculló el tipo asustado, aunque muy en el fondo trataba de ocultarlo
- ¡Cállate! – vociferé perdiendo los estribos y hundí mis largas uñas esmaltadas en color gris platinado en la piel de su rostro – Brianda ¿Lo haces tú o lo hago yo? – cuestioné viendo al idiota que tenía entre las manos intimidante
- Cómo tú gustes – respondió y en un segundo la que ocupaba mi lugar era ella
- Ha llegado tu hora pequeñín – seguido de esto, lo único que escuché fueron los gritos de nuestra victima y después los finos colmillos de mi casi hermana encajarse en la piel del hombre

Opte por alejarme un poco de ahí. A pesar de ser la mejor amiga de Brii no me gustaba nada eso de estar cerca de un vampiro cuándo se alimentaba. Principalmente porque los vampiros a pesar de ser compañeros eran vampiros y como buenos vampiros no les gustaba nada que se les molestara a la hora de la comida. Así que más por seguridad que por miedo la espere a por lo menos cien metros de distancia.

Me senté bajo un árbol. La luna resplandecía en su totalidad, me llenaba de tranquilidad y me hacía sentir cada vez más, ese dolor tan punzante en el pecho cada vez que de buenas a primeras me acordaba de mi antigua vida.

Pero lo había aceptado… más a fuerza que de gana, pero lo había aceptado a final de cuentas. Si… quizás era poco el tiempo que había pasado lejos de él. Apenas un mes y me dolía el solo pensar que tenía toda una eternidad para seguir sufriéndole.

- ¿Por qué no le buscas? – escuché la voz de Brii en mi subconsciente y entonces supe que ella había penetrado en mis pensamientos sin que yo me diera cuenta. Observé hacia todos lados, pero no la vi
- Porque no quiero volver a hacerme falsas esperanzas Brii… - musité en mis pensamientos y escuché los pasos de mi amiga acercarse cada vez más
- Él aun te ama – y la vi pararse frente a mí – no entiendo porque si tú también sientes lo mismo te sigues negando – me tendió la mano para poder levantarme. La tomé y comenzamos a caminar
- Brianda – tragué saliva – he matado gente, no creo que Bill quiera a una asesina cómo yo a su lado
- Lo has echo porque es necesario – me contradijo – si no te alimentas por voluntad propia sabes que puedes perder el control y entonces si asesinarías a gente que no tiene nada que ver en esto
- Ninguna de las personas que he matado tienen que ver con esto
- Todas las personas que has matado han sido asesinos, violadores, pederastas, maniáticos… no puedes sentir compasión por ellos – negó y corrió a una velocidad impresionante, sabía que se había enojado, pero eran mis sentimientos y ella por más que la quisiese no debía entrometerse en ellos.

Tal vez, para lo tarde que era debería haber corrido al igual que mi amiga, pero no quería, no sabiendo que al llegar todo estaría igual, sin la gente que amaba y por la que yo estaría dispuesta a seguir. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y supuse que era por el frío. Y es que a pesar de ser ya una vampira, mis habilidades no estaban totalmente desarrolladas. Según Viktor me las enseñaría poco a poco, para que me fuera acostumbrando a mi nueva vida, pero eso no era posible, me negaba rotundamente a una vida dónde no estuviera él.

Cerré por un momento los ojos y suspiré. Tenía ganas de hablarle, de escuchar su voz y decirle que no se preocupara que todo estaría bien, pero no quería mentirle y tampoco ilusionarlo para que al final todo terminara cómo ahora. Intenté de todas las formas posibles no hacerlo, pero no pude evitarlo y me solté a llorar. Aunque a decir verdad, prefería hacerlo ahora que el destino me había concedido un poco de privacidad y no después, cuándo toda una multitud de vampiros tuvieran los ojos puestos sobre mí.

Después de un rato llegué al castillo y al entrar me encontré con la mirada enfurruñada de Viktor y de Alexander, a quién a pesar del tiempo transcurrido, no lograba poder llamar Papá. Avancé un poco más y negué lentamente con la cabeza.

- Sé perfectamente lo que me dirán, mejor ahórrense el tiempo y déjenme tranquila – musité
- ¿Porqué insistes en ponerte en peligro? – cuestionó Alexander. Fruncí el ceño, me sorprendía de sobremanera que después de haberme abandonado ahora viniera a hacerse el típico padre preocupado por el bienestar de su hija
- ¿Porqué insistes en que haga algo que no quiero? – Levanté de más las cejas y caminé pasándome de largo y a paso lento avancé en dirección a mi habitación. Quería descansar, no tenía sueño obviamente, pero realmente quería tirarme en la cama a mirar las estrellas por la ventana, a pensar en cómo hubiese sido mi vida si yo no fuera hija ni de Alexander ni de Amelia, a mirar la vida pasar y seguir siendo tan solo una chica a un escaso mes de cumplir los 19 años… un mes que tardaría toda una eternidad para llegar.

Pasé por la sala común y más de uno ahí me miró. Pero no les hice caso, en cambio, seguí mi camino. Justo iba a dar mi primer paso para salir de la sala común cuándo de una manera quizá extraña una muchachita se posó frente a mí, impidiéndome el paso. Le analicé de pies a cabeza y entonces logré recordar que el nombre de la mujercita era Mariana.

- Su majestad – se inclinó frente a mí - ¿podría hablar con usted un momento? – preguntó. Debo decir que su repentino acercamiento me había dejado algo confundida, pero muy en el fondo de mí sentía que se acercaba con buena intención. Le miré un momento y le indiqué que se irguiera y tal cómo lo esperaba, ella lo hizo
- ¿Sobre? – cuestioné. Ella observo a todos los presentes y me sonrió
- Bill… - abrí los ojos de par en par. Sabía que todos ahí estaban enterados de él, sabía que ellos sabían que los licántropos tenían un descendiente, pero también sabía que todos ahí ignoraban su nombre, nunca nadie se los había dicho y yo a Bill pocas veces lo había mencionado.

Continuará…

domingo, 26 de diciembre de 2010

Capítulo # 14

AAAHHHH HOOLAAA… YAA MINEEEEE xDDDD AAJUUUAAA & SIII KE LEESS VENGOO A DEJAAARRR KAAPIII… :D SI SI SI SI SI NO LES MIIEENTOOOO ES KE AHORA SI ME APURE DEMASIADISIMO. ES KE DIJE, MISS LEKTORAAS SEE MERECEEN KAAPII DESPUEES DEE BANKARMEE & ESPERARMEE TANTISIIMOO TIEMPO & JODEERR KE HAA SALIIDOO SOLITO, SI LES DIGO KE KUANDO ME LO PROPONGO LOS KAPIS ME SALEN RAPIDO… PERO OBVIOO PSS KON ESTO DEE LA SALIIDAA DE LA ESKUELAA & SIN REPROBAR NINGUNA MATERIIAA PSS AYUDOO BASTANTEE LA VD…

BUENO IGUAL ESO DE SALIR DE VAKACIOONESS NO MEEE ENKAANTAA TANTOO XK PFFF DEJAREE DEE VEERR AL RAAPEERIITOO ¬¬’ … JAJAJA SI BUENO ES KE SEPASE KE HEE ENKONTRADOO AAL DOBLEEE DEE TOOOMM KAAAULIITZZ!!!! JOOODEERR & EEN MI PROPPIIAAA ESKUEEELAAA JAJAJAJA… HAAYY NOOO YOO DEE VD... KUANDOO LO VII X PRIMERAA VEEZZ DIIJEEE O_O TOOOMM KAAULIITTZZZ JAJAJA PEROO PSS YA DESPUESS KUANDO ME ACERKEEE A ÉEL OO BUENOO MASS BIEEN KUAANDO ME LO PRESEENTARONN RESULTAAA KEE SUU NOMBREE ESS RAAÚL & NII X ASOOMOO SABEE KIEEN ESS TOOMM, PERO IGUAL NO PREOKUPEEISS KE YA ME HE ENKARGADO DE KEE LOO SEEPAA JAJAJAJA... YO KREO KE YA HASTA LO TRAIGOO HARRTOO PERO NO IMPOORTAAA… SII YOO SOYY BIEEEN MOLESSTOONAA KUANDOO KIIEROO…

PERO YA NO IMPORRTAAA… YA LO VEEREEE DESPUUEESS… AUN MEE KEDAA AÑOO & MEEDIOO EN ESA ESKUEELAA, ASÍ KEE PSS LO SEGUIREE VIEENDOO X TODOO ESEE TIEMPOO JAJAJA… YO KREO HASTA KE LLEGUE EL 2012 & MORIRE EN SUS BRAZOOSS JAJAJAJA… A PERO ESO SII ANTESS LEE ROBOO UN BESSOO & MEEE LOO LLEVOO A UNN HOOTEEEL PARAA DECIIRLEEE… HEEYY YOUUU PREESTAA JAJAJAJAJA… OK NO… YA MEJOR ME KALLOO… OSS AMOOO NEENAASS, MIL GRACIIASS X LEERMEEE…

X CIEERTOOO EL KAAPII ME SALIOO KON MUCHISIMOS DIALOOGOOSSS… ESPEROO KE SEEAA DE SUU AGRAADOO… AHORAA SII AAA LEEERR….

KIERO KOMENTSS…


Capítulo # 14

- Estas advertida Ashley, vuelves a tocarla y entonces si te veras en serios problemas ¿entendiste? – La castaña seguía con los ojos abiertos de par en par, quizás le sorprendía de sobremanera todo lo que Viktor le decía
- Si – movió la cabeza en señal de haber entendido y de haber podido me habría echado a reír hasta el cansancio
- Ahora vete – Ordenó el mandamás y la chica ni tarda ni perezosa salió al instante del lugar. Viktor me observó sonriente mientras Brianda seguía curando mi herida
- Veo que empiezas a ejercer los poderes que tienes aquí – musitó satisfecho, le miré con recelo y rodé los ojos
- No precisamente – fruncí el entrecejo – sólo hago lo que es más conveniente para mí – mascullé observándole detenidamente
- Mili… Mili… Mili… - chasqueó con la lengua y negó – eres más inteligente de lo que llegué a pensar – sonreí – pero para ser tan inteligente también eres demasiado arriesgada – asentí
- El que no arriesga no gana
- Pero tú arriesgas demasiado… ¿Sabes que de haberlo querido ella te hubiese matado en un segundo? – torcí la boca
- Si, pero ¿sabes algo?, eso hubiese sido lo mejor para ambas
- No lo creo
- Si mira… las dos hubiéramos salido ganando – Viktor me miró fijamente y arrugo de más la frente aun sin comprender mis palabras
- ¿De que estás hablando?
- Mira te explico… al provocarla ella me hubiese podido matar, yo habría tenido la satisfacción de haberla echo enojar y ella la de acabar conmigo
- ¿Y según tú eso es bueno para las dos?
- Aja
- ¿Por qué?
- Pues porque de haberme matado al final ustedes también la habrían matado, pero eso no es lo que me importa, más bien lo que me importa es que al estar muerta yo, ya no habría quien peleara contra Bill, porque prácticamente él sería el ganador y entonces yo podría descansar tranquila porque ya no habría quien le hiciese daño – El viejo abrió la boca sorprendido e intentó intimidarme con la mirada tan penetrante que poseía. Quizás tiempo atrás lo habría logrado, pero ahora eso era prácticamente imposible, eso ya no servía
- He terminado – musitó Brii y yo le sonreí
- Bien, entonces ¿nos vamos? Digo, estoy cansada, yo si necesito dormir – ella asintió y enseguida volteó a ver a Viktor
- ¿Se te ofrece algo mas? – preguntó, él negó
- No… ve tranquila y por favor no la dejes sola, no queremos que la maten ¿O si?
- No claro que no – balbuceó como espantada negando frenéticamente con la cabeza

Ambas nos levantamos de donde nos encontrábamos sentadas y caminamos hasta la gran puerta de madera barnizada en color café, Brianda fue la primera en salir y tras ella lo hice yo. Me sentía cansada, claro estaba, pero mas que eso lo que quería era tener un momento a solas, porque a pesar de saber que todos ahí me conocían y sabían del gran poder que tenía sobre ellos, ya me había cansado ser la comidilla de todos en el lugar.


// Narra Tom //


Desperté y observé el reloj de mesa que estaba sobre el buró a lado de mi cama. ¡Joder! Eran las tres de la mañana y yo nada que había podido pegar el ojo, si bien eso no me preocupaba, si me inquietaba el hecho de no saber nada sobre mi pequeña. Aún no entendía bien el porque de querer seguir pensando en ella, al principio creí que era costumbre, pero al transcurrir las horas me daba cuenta de que no… no era costumbre, era más bien ese hueco en el pecho que solo ella podía llenar y que me lastimaba de sobremanera.

Me levante por tercera vez en la madrugada y caminé hasta el baño, encendí la luz y ahí frente al espejo estaba yo, con los ojos rojos y una cara de zombie que me incomodó demasiado. Pero era normal, no había podido pegar los ojos en toda la noche y por el trabajo en todo el día no había tenido descanso alguno.

Por un momento llegué a querer ser cómo mi hermano. No hablo de lo físico, porque si bien en eso éramos casi iguales, más bien quería dejar las preocupaciones a un lado, quería poder pensar que todo estaría bien, quería poder tener todo lo que yo quisiera y eso obviamente incluía a mi pequeña. Porque mientras yo la había perdido, él la había recibido con los brazos abiertos y eso obviamente a mí me dolía.

Me dolía haber sido reemplazado por mi propio gemelo, si bien, yo siempre había sabido que ella lo amaba a él, pero el verme remplazado en un abrir y cerrar de ojos le había pegado a mi orgullo y evidentemente a mi corazón también, aunque eso, no lo demostrara a todos los que me rodeaban.

Recargué las palmas de mis manos sobre el lavabo y me miré nuevamente en el espejo. Tenía auténticas ganas de querer ponerme a llorar, pero a la vez no quería hacerlo, porque sentía que al hacerlo toda mi chulería y gigoloes quedaría tendida por los suelos y no quería eso, al menos no sabiendo que sería gracias a la misma chica por la que había decidido darme una oportunidad en el amor, por la que había pintado mi mundo de color rosa, por la que había llorado hasta el cansancio, por la que había sonreído cuándo creí no poder hacerlo y por la que todos mis problemas desparecían de súbito cuándo me regalaba una sonrisa. Porque a su lado no existía nada más, porque a su lado simplemente todos mis problemas se venían a convertir en polvo porque siempre tenía la solución a todos ellos.

Quería poder olvidarla… no importaba la forma en que lo hiciese… solo quería poder hacerlo para así poder volver a sonreír con ganas y no por compromiso, como lo había venido haciendo desde hacía ya un buen tiempo. Suspiré y regresé a la cama, cerré los ojos queriendo dormir pero no lo logre, así que opte por ver la tele. Hice zapping no se cuantas veces hasta que deje el control remoto en paz y la Tv. en un canal de caricaturas. No importaba mucho que programa estuviera, en realidad ya nada me importaba en lo absoluto. Sólo quería dejar de pensar en todos los problemas por los que había estado atravesando y que no me dejaban en paz ni un misero segundo.

De pronto un sonidito bastante peculiar para mí me hizo volver a la realidad. ¿Era Wer ich Bin de Samy Deluxe? Si… definitivamente si lo era, me sabía bastante bien esa canción como para no conocerla y admiraba demasiado a ese cantante como para no reconocer su voz. Después de un par de segundos localicé mi móvil que era el que hacía ese sonidito tan conocido para mí y me levante de la cama para cogerlo. Cuándo lo hice abrí la tapa sin siquiera ver primero quien era quien hablaba y contesté.

- ¿Hola?
- ¿Tom? – esa voz… joder ¡Esa voz!
- ¿Pe… pequeña?
- Si Tom soy yo – y una ola de calma llegó hasta mí
- Nena… pero ¡Diablos! ¿¡Dónde te has metido!? – Mi corazón latía desbocado y la razón obviamente era ella
- Tranquilo… no te puedo decir con exactitud dónde estoy, pero me encuentro en Rusia - Entonces ¿Era cierto? – sé que probablemente sea tarde en México, porque al parecer y por lo que me han dicho… aquí y allá son horarios diferentes, lamento haberte despertado, pero no había podido llamar antes – musitó un tanto apenada por el hecho de creer que me había despertado, pero que rayos importaba que me hubiera despertado o no, lo que importaba aquí era que ella estaba bien y por fin me dejaba escuchar su melodiosa voz
- Hummm... pues si, tienes razón, aquí es tarde… son las – volteé a ver el reloj de mesa – tres cuarenta y cinco de la madrugada, pero no te apures, igual no estaba dormido
- ¿Cómo que no estabas dormido Tom? ¿Qué eres alguna clase de especie subnormal? Digo… porque una persona normal a esa hora esta dormida ¿O es que acaso te fuiste de juerga? – preguntó y pude distinguir a la perfección ese tonito de inconformidad y reproche. Sonreí
- Claro que no, no me he ido de juerga y tampoco soy un subnormal como tú me acabas de llamar, es más bien que no he podido pegar los ojos en toda la noche porque a cierta señorita se le ocurrió largarse sin siquiera avisarnos y sucede que estaba preocupado
- Oh… bueno… emmm… pues siendo por eso que no has podido descansar te sugiero que no te preocupes tanto por esa señorita – valla chiquilla, sólo cuándo le convenía me pedía que pensara en ella – Además… ¿Qué Bill no te aviso que la señorita por la que no has podido dormir mando a decirle que estaba bien? - ¿¡Qué!? Y más ¿¡Qué!? Puto Bill ahora si me las pagaría
- No… no me dijo nada – rodé los ojos – pero bien podrías haberme llamado tú y decirme en persona que estabas bien ¿O no?
- Emmm… bueno si, pero Tom… estuve ocupada todo el día, de verdad no he parado ni un segundo, discúlpame
- Y ¿Se puede saber a que diantres fuiste a Rusia? – pregunté sin siquiera decirle si la disculpaba o no por no haberme avisado
- Oh, bueno, lo que pasa es que… - y el silencio se hizo, por lo que supe que cualquier cosa que me fuese a decir probablemente sería mentira
- ¿Sabes que? Mejor no me expliques nada, igual no soy nadie para cuestionarte – inquirí con un tonito de voz lo bastante cabreado como para hacérselo notar
- Oh… vamos Tom no digas eso… sabes que eres una persona muy especial para mí y estas en todo tu derecho de preguntar sobre dónde es que me encuentro
- Aja
- Tom por favor no te enojes – pidió, en realidad no lo estaba y tampoco tenía planeado hacerlo, pero tenía que mostrarme firme ante ella, porque de lo contrario seguiría haciendo lo que le diera la gana
- No estoy enojado… - dije fríamente
- ¿Entonces porque me hablas así?
- Porque así hablo yo
- No Tom… tú no hablas así – sonreí
- No estoy enojado pequeña, solo que a veces me saca de mis casillas que hagas lo que se te plazca sin siquiera avisarnos… ¿Sabes todo lo que hice cuándo me di cuenta de que no estabas en el hotel? – Ella negó – pues me hubiera gustado que lo supieras, así quizás entenderías un poco mi actitud
- Bueno ya… perdón – balbuceó
- Hay bonita, contigo no puedo estar enojado… obvio si te perdono – cedí. Quizás no debía hacerlo, pero es que simplemente con ella nadie podía enojarse
- Jajajaja – se carcajeó y en vez de pedirle que dejara de hacerlo la deje seguir, su risa era como música para mis oídos – Bueno pues… ahora que me has perdonado creo que es hora de que duermas – musitó yo negué
- No… no pequeña, no quiero dormir – mascullé
- Pero… pero mañana tienes un concierto que dar Tom, no querrás que tus fans te vean como zombie ¿O si? – Viéndolo desde el punto en que ella lo veía quizás lo mejor si sería dormir, pero la oferta de desvelarme para poder escuchar su voz toda la noche era bastante tentadora
- Huummm… pues creo que prefiero escucharte toda la noche, digo, ya que no te vi en todo el día creo que es justo ¿No te parece?
- Pues, si, creo que es justo, pero Tom… David querrá medio asesinarte cuándo te vea cargándote la carita que seguramente traerás para mañana
- ¿Y que? Igual ya habré disfrutado
- Hay Tom… eres tan testarudo
- Lo sé, pero así soy yo – inquirí y seguí hablando.

En realidad no sé cuánto tiempo había transcurrido desde que la llamada había entrado, pero ¿Qué más daba? ¿Que más cuando tenía a lo que más amaba tan lejos pero tan cerca? Sonreí para mí mismo, trataba de dejar de hacerlo, pero simplemente no podía. Me sentía pleno, feliz, porque todos esos pensamientos estúpidos sobre las dudas del amor de mi pequeña quedaron tendidos por los suelos cuándo ella misma me dejo claro que me quería y que yo era alguien sumamente especial para ella.

Si, bueno, quizás no me quería como yo a ella, pero a pesar de eso sabía que era afortunado, tal vez no más que mi hermano, pero afortunado al fin y al cabo. Ella era lo que yo más amaba y por ende yo tenía que aceptar sus sentimientos tal y como eran. Su voz… sólo eso y no más. Era todo o nada y afortunadamente yo lo tenía todo porque la tenía a ella y a sus palabras que me daban las fuerzas para encontrar a alguien a quien yo pudiese darle mi amor y fuese correspondido.

La luz comenzó a penetrar por la ventana, iluminando las cobijas de la cama y parte de mi brazo que estaba sobre estas. Increíblemente no tenía sueño. La estaba pasando realmente bien platicando con ella y fue por eso que tras colgar un momento en el que aproveche para ducharme volví a llamarle y proseguí con esa charla tan larga pero a la vez tan placentera como lo era la que estábamos teniendo desde hacía ya un par de horas.

- ¿Entonces no sabes cuándo regresaras? – pregunté por quinta vez y también por quinta vez mi pequeña negó
- No nene, no sé cuándo regresare, pero espero que sea pronto – murmuró luego de bostezar. Yo con lo entretenido que estaba con ella no había tomado en cuenta que quizás con el viaje y todo ella estaría muerta de cansancio
- Hay pequeña, dirás que soy un desconsiderado contigo, yo aquí hablando como perico y tú andas cayéndote de sueño – farfullé apenado
- No te preocupes – Volvió a bostezar – igual es lindo volver a platicar contigo, hacía mucho tiempo que no hablábamos así – balbuceó y me enternecí. Ya ni siquiera podía hablar bien, por lo que decidí dejarla descansar
- Pequeña creo que lo mejor es que te deje dormir – musité – necesitas descansar y mis ganas de querer seguir platicando contigo no te ayudan en nada
- Oh Tom… yo… yo también quisiera seguir platicando contigo, pero… pero – Y otro bostezo más – pero si necesito dormir – reí en silencio y asentí
- Está bien, te dejo dormir entonces
- Me parece bien, pero… te llamaré ¿está bien?
- Claro… hazlo cuándo puedas, no te apures – dije tratando de entenderla un poco
- Bueno pues entonces te hablo luego – asentí – te quiero
- Yo también – y colgó

Me levanté de la cama y empaque todas mis cosas. Bueno, debía hacerlo porque mañana por la mañana partiríamos rumbo a Londres y por lo que tenía entendido sería un viaje bastante largo. Suspiré casínamente y terminé de levantar todo lo que me faltaba. El cansancio comenzaba a hacer acto de presencia, pero no podía darle el gusto de dominarme.

Tomé unas gafas enormes de mi maleta y me las puse, tenía ojeras y seguramente tendría que recurrir a Natalie para esconderlas, además de que también tendría que beber café como loco para no caer rendido. Salí de mi habitación dejando absolutamente todo preparado, quizás hubiera sido bueno arreglarlo todo hoy por la noche, pero dudaba que el cansancio me lo permitiera.

Bajé por el ascensor y para cuándo las puertas se abrieron me di cuenta de que el único que hacía falta ahí era yo. David sonrió al verme, intente hacerlo yo también, pero no pude, el cansancio me consumía cada vez más.

- Hombre Tom hasta que llegas – asentí desganado y Georg caminó hacía mí – joder pero ¿Qué no has dormido bien? – preguntó
- No… - fue mi única contestación
- Pero mira que carita traes – masculló burlón Gustav arrebatándome las gafas
- Vamos Gus, déjate de tonterías y regrésame eso – estiré el brazo abriendo y cerrando en repetidas ocasiones la mano, pidiéndole que me devolviera lo que me había quitado
- Huy pero que genio – farfulló el rubio y me regreso las gafas. Volví a ponérmelas y observé como Bill caminaba en mi dirección
- Emmm… Tom – me llamó, alcé la vista – bueno, mi princesa se ha comunicado conmigo… emmm… no personalmente pero me avisaron que está bien – asentí – al parecer le pidió a su amiga que me dijera a mí que yo te dijera a ti que está bien, que no te preocupes, que no se ha ido por ti, es sólo que al parecer tiene cosas que pensar – volví a asentir, Probablemente él pensaba que yo saltaría de la alegría por la noticia, pero aparte de no tener las fuerzas suficientes para hacerlo yo ya estaba más que enterado de lo que él me decía
- Gracias – respondí y noté como Dunja bajaba del ascensor
- Tom… ¿Te sientes bien?
- Si ¿Por?
- Es que te noto raro – negué
- Tengo sueño… eso es todo
- ¿Necesitas algo? – frunció el ceño y se rascó la cabeza
- Hummm bueno ya que lo preguntas – apreté los ojos y volví a abrirlos - ¿Podrías decirle a Natalie que necesito de su don urgentemente? – Bill asintió y sin decir más caminó hacia dónde estaba su maquillista
- Hola Tom… - saludó Dunja
- Hola Dun... ¿Cómo estas? – cuestioné
- Pues yo bien, pero al parecer tú no ¿verdad? – Negué - ¿Puedo hacer algo por ti? - preguntó y yo asentí
- ¿Podrías traerme un café bien cargado por favor?
- Claro – Y se perdió en alguna parte del hotel, dónde seguramente encontraría lo que le había pedido.

David comenzó a dar indicaciones mientras los chicos y yo solo asentíamos. Al parecer sería un día agotador. Natalie y Bill fueron los primeros en salir, después de ellos le siguieron Gus y Georg. Volteé hacia mí alrededor para ver si Dunja aparecía con mi café, pero no la vi por ningún lado, así que opté por salir rumbo a la minivan.

Cuándo llegué a mi destino me despatarre sobre el asiento y recargué mi cabeza sobre el respaldo del mismo. Cerré los ojos y entonces comencé a entrar en un trance dónde apenas si podía darme cuenta de las cosas que sucedían a mí alrededor. Escuché las voces de mis compañeros muy lejanamente y mis ojos terminaron de cerrarse para dejarme sumergido en un profundo y placentero sueño.


// Narra Bill //


Notaba a Tom raro, estaba cansado, bien lo sabía, pero aparte de eso había algo más. Quizás eran alucinaciones mías pero yo lo veía feliz. Con una sonrisa radiante de oreja a oreja y si bien eso no me incomodaba si me asustaba un poco porque el día anterior él estaba que se lo llevaba el demonio y de buenas a primeras aparecía aparte de desvelado feliz.

- ¿Aquí viene Tom? – preguntó Dunja asomando la cabeza en la furgoneta
- Si ¿Por qué? – contestó Georg
- Bueno es que – le mostró el vaso de café que probablemente sería para Tom y el lacio asintió
- Se quedo dormido, el camino al parecer será de una hora, dos máximo, lo mejor es que duerma, si quieres dámelo y cuándo lleguemos al recinto que se lo calienten para que se lo tome – Dunja asintió y le entregó el vaso de café a Georg
- Ni se te ocurra tomártelo Georg – advirtió Gus y el lacio rodó la mirada
- Claro que no…

Toby arrancó la furgoneta y salimos directo al recinto dónde nos presentaríamos por primera vez ante nuestras fans mexicanas. Sentía nervios y las manos no dejaban de sudarme, sin embargo sabía que al igual que siempre todo resultaría todo un éxito. Así, nuestras fans serían felices y nosotros podríamos viajar a Londres con toda la satisfacción de haber echo un buen trabajo en un país dónde aunque nuestro idioma no era el mismo, la afición de las chicas si era compartida.

Observé fijamente a Tom… a pesar de que dormía tenía los labios curvados en una media sonrisa. Sonreí de igual manera y me di cuenta que no importaba el motivo por el repentino cambio de humor de mi gemelo. Lo que importaba era que él era feliz y que lo daba a demostrar a todos en el lugar.

A pesar de que ambos estábamos enamorados de la misma chica yo lo quería. Era mi hermano y no podía dejar de sentir ese cariño tan grande y especial por él. Anhelaba con toda el alma que él lo entendiera, que me tendiera la mano y me ayudara a salir tanto a mí como a mi princesa del profundo hoyo en el que nos encontrábamos. Porque aunque todos ahí lo ignoraran, las cosas entre mi princesa y yo no eran tan fáciles como parecían.

- Bill – me llamaron y tuve que volver a la realidad
- ¿Qué? – cuestioné y Natalie frunció el ceño
- ¿Estás bien? – preguntó, asentí
- Si… ¿Por qué?
- Bueno, es que, parecías pensativo – masculló
- Ah eso… no, no es nada – me encogí en hombros – sólo… sólo me siento culpable por el desvelo de Tom – musité y la rubia enarcó las cejas
- ¿Y tú porque? Digo… nadie lo mando a dormirse tan tarde – inquirió viendo de mala gana a mi hermano. Sabía que ellos dos nunca se habían llevado bien, pero aún y con el paso del tiempo, a mí me seguía incomodando la mirada malhumorada que Natalie le propinaba a Tom sin que se diese cuenta
- Seguro se desvelo pensando en Mili…
- Pero tú no tienes la culpa de eso
- Si… si la tengo, porque ella se comunico conmigo y me hizo saber que estaba bien. Le avise a Gus y a Georg pero a Tom no y pues… creo que si le hubiera avisado él no estaría así – Nat rodó la mirada y se cruzó de brazos recargándose totalmente sobre el respaldo del asiento
- Yo no se porque se preocupan tanto por ella – Le observé confundido. Ella volteó a verme – Digo… se que alo mejor estoy mal, pero si ella se fue sus razones tuvo ¿No? Además no se porque se alarman de tal manera. Ayer Tom puso a medio hotel a buscarla ¿Y todo para que? Para que la señorita no se dignara a por lo menos llamarle y darle las gracias – negó frenéticamente con la cabeza como dando a demostrar su desaprobación y suspiró volteando a la ventana – y bueno, en todo caso ella no es indispensable aquí. Sé que es tu novia pero la verdad es que sólo viene o bueno… venía como invitada. – fruncí el entrecejo y pensé en reclamarle. También sabía que entre ella y mi princesa nunca había habido química y por lo mismo nunca llegaron a ser más que conocidas. Pero me molestaba de sobremanera que ella viniese a hablar de esa manera de mi novia
- Bueno, pero ¿Tú que puto afán tienes de hablar mal sobre Mili? ¿Ah? – preguntó Georg malhumorado – Si para ti ella no es importante aquí, es cosa que viene a importar más bien nada… en todo caso la opinión que importa aquí es la de nosotros ¿No? Y si ella viene o no como invitada es cosa que a ti no te importa y ni debería importarte. Ella no te pide para comer y mucho menos necesita de tú servicio como maquillista. Que te quede bien claro que si tú trabajas aquí es nada más por este greñas locas que insiste en seguirse maquillando – me apuntó con el dedo y enseguida volvió a bajarlo. Le miré atónito, nunca… en todo el tiempo que Nata tenía trabajando para nosotros él la había enfrentado como ahora – pero de lo contrario créeme que la que no sería indispensable aquí serías tú. Si mi flaca no te cae bien pues ni modo, ese no es nuestro problema, ella viene con nosotros no contigo y si no puedes aceptarlo pues entonces las puertas están más que abiertas. Porque así como tú en un abrir y cerrar de ojos conseguiste este trabajo así lo puedes perder y puede que llegue otra persona que hasta llegue a caerle bien a Mili y entonces tú pasaras a formar parte del staff incompetente que ha decidido renunciar porque no soportan el paso tan acelerado que lleva Tokio Hotel. Así que piénsalo Natalie, o dejas de joderle la vida a mi amiga o te vas despidiendo de tu estúpido empleo – abrí la boca sorprendido y para cuándo me di cuenta Natalie veía furiosa a Georg

Preferí no decir nada… ambos eran mis amigos. Nata a pesar de no llevarse bien ni con mi gemelo ni con mi novia era más que una conocida para mí, ella me había apoyado cuándo mas lo necesite, estuvo a mi lado y me regalo una palabra de aliento sin que yo se lo pidiese y eso definitivamente era muy significativo para mí.

No entendía porque la mayoría ahí no se llevaban bien con ella. Sabía que era grosera y todo, pero cuándo aprendías a tratarla podía ser lo más divertida posible. Y conmigo lo era así y era por eso que a pesar de que habían pasado ya un par de años desde que ella había comenzado a trabajar para nosotros o en todo caso y como lo había dicho Georg para mí no terminaba de entender porque conmigo era tan diferente que como con Georg, Gustav, Mili y Tom.

Quizás eran paranoias mías o ya veía muros con tranchetes, pero muy en el fondo sentía que todos la trataban mal, por eso ella los trataba mal y era por eso que no podían llevarse bien.

Muchas veces tanto los chicos como las fans e incluso David me habían dicho que Natalie quería algo más que una amistad conmigo, pero yo nunca les hice caso. A mi parecer eran supersticiones tontas de todos ellos. Ella era linda conmigo, pero eso no quería decir que sus ayudas y tratos cariñosos para conmigo tenían su fin ¿O si?

Además en todo caso yo sólo veía a Natalie con ojos de amigo, era guapa debo admitirlo. Quizás el hecho de que fuese más grande que nosotros le hacía notar ya sus añitos. Un par de arruguitas en el rostro que ella sabía cubrir a la perfección con maquillaje, pero eso no importaba, era bonita, pero no al grado para que yo me llegase a interesar en ella como algo más que como amiga. Pero obvio eso tenía que ser una tontería. Ella era mi amiga y estaba completamente seguro de que yo para ella significaba lo mismo y que si me decía las cosas era por mi bien y porque era mi amiga y me quería, no porque ella pretendiera algo más conmigo.

El resto del camino fue bastante incómodo. Al menos para Natalie, Gus, Georg, para mí e incluso para Toby, que aunque no dijera nada, tenía que soportar cada riña que se daba gracias a los estúpidos comentarios sin fundamentos de cada uno de nosotros. En cuánto a Tom… bueno, él seguía perdido en sus sueños, dónde seguramente ninguno de nosotros pasaríamos a formar parte.


// Narra Mili //


Desperté después de un largo rato. Aún me sentía cansada, pero había prometido hablarle a Tom y obviamente no rompería mi promesa. Observe mi reloj de pulsera. Las 8:00 P.m. quizás tendría que esperar un poco más para llamarle. Conociendo los horarios de los conciertos que la banda ofrecía probablemente apenas se estarían preparando para el show. Sonreí para mí misma y volteé hacia mi costado derecho, ahí estaba Brianda, observándome sonriente.

- ¿Descansaste? – preguntó
- Hummm… no como yo quería pero si… - me encogí en hombros y observé el carrito de comida que se encontraba a lado de mi cama - ¿Y eso? – cuestioné y Brii sin perder la sonrisa del rostro me acerco la bandeja de comida. Dejándola sobre la cama
- Es para ti – fruncí el entrecejo
- ¿Para mi?
- Si, para ti… todavía eres humana y tienes que comer comida, ya después de lo único que te alimentaras será de sangre – Y volví a esa realidad dónde la gente mala seguía existiendo
- No estoy segura de querer ser como… bueno emmm… - torcí la boca buscando la forma de decir las cosas sin que ella se sintiese mal, pero simplemente no encontraba la manera de decirlo
- ¿Cómo yo? – preguntó. Asentí
- Tengo miedo Brii… a pesar de que no lo demuestre me aterra que Viktor me transforme – mascullé y mordí el pan tostado que había tomado de la charola
- Lo sé nena – acarició mi cabello y se sentó a mi lado. Me observó cariñosamente mientras yo seguía comiendo – pero no hay mucho que hacer para evitarlo… en realidad no hay nada que hacer para evitarlo – suspiró – Él es demasiado poderoso y lo hará – agaché la mirada. No quería… me negaba a dejar de ser humana
- ¿Tú… tú sabes cuándo? – tartamudeé levantado la cara y ella negó
- La fecha exacta no la sé, pero al parecer será pronto – se quedó pensativa por un momento agachando la cabeza y después de algunos segundos volvió a mirarme - ¿Cuándo es tu cumpleaños? – cuestionó
- El 19 de agosto…
- ¿Y a cuánto estamos hoy?
- A 18 de junio… prácticamente faltan dos meses para que sea mi cumpleaños y también prácticamente falta lo mismo para que me obliguen a hacer algo que no quiero – balbuceé y Brii me miró casi con lástima
- Nena no quiero asustarte, pero… tomando en cuenta las fechas – apretó los ojos – probablemente sea mañana cuándo te transformen


Continuara…

domingo, 19 de diciembre de 2010

Capítulo # 13 & felicitaciones para bRiianDa--- ♥

¡¡¡¡JODER KE ME KAGO EN LA PUTA!!!! YA LO SEE, MEE HEE TARDADO MAASS DE LO KEE HASTAA YOO PLANEABAA… PERO JODER KE ME KUUEESTAA KADAA PUUTTOO KAPII KEEE HAGOOO, Y KOÑOO KE LUUEGOO NII MEE KOMENTAANN Y ESOO SII MEEE KAALAA, PEEROO BUEENOO YAA NAADAAA KEE HOYY NOOO HAAY KEE ESTARR ENOOJAADAA XK HOOOYY ESS UN DIIIAAA SUMAMMEEENTEEE ESPEECIIAAL PARAAA UUNAA DE LAAS PEERSOONASS MASS IMPOORTANTEESS PARAA MII… AAA LAAA MADREEE KEEEE HOOOYY ESS EL KUMPLEEEE DEEE MEEEIINNNN bRiianDa xDDDDD!!! JOOOODEERRR HAAAYY KEE FESTEEJARRR SUUSS 19 AAÑOOOTEEEESSS :D NOO INVENTEEENN YAAA ESTAA BIEEEN GRANDOOTAAAA VD… MEEIIN bRii JAJAJA KEE AUNN REKUERDOO LA PRIMERAAA VEEZZ KE LAA FELICIIITEEEE JAJAJA ES KE FUEEE EL AÑOO PASADOO LA PRIMERAA VEZ KEE LA FELICIIITEEE =) JAJAJA SII ES KEEE SI BIEEN YAAA ELLA ME HAA FELICIITADOO EEN MII PUMPLEE DOOSS VECEESS ES XK YOO LAA KONOCIII X ESOO DEL MEESS DEE MARZOO DE HACEE YA KASII DOOSS AÑOOSS Y PSS SSUU KUMPLEEE YAA HABIIIAA PASADOOO PEROOO NOOO IMPOORTAAA.. JAJAJA XK EL AÑO PASADOO SI DESKIITEEE TODAS ESAS FELICITACIONESSS JAJAJA SI ME AKUERDO KEE LAA FELICITE UN MONTOONALISIIMOO DEEE VEECEESSS AJUUUUAAAA!!!! JAJAJA TANTOO KEE HASTAAA ME DIJOO KE PARAA MII PROXIIMOOO KUUMPLEEE ELLLLAA MEE FELICIITARIIAA MAASS KEEE YOO JAJAJA PEROO BUEEENOO NO HABLEEMOSS DEE MIII…


bRiianDa DEEE MII PODAAZOONNN JOODEERRR FEEELIIIZZZ KUMPLEEEAAÑOOOSSS NEEENNAAA… NOO INVENTEESS YAA ESTAASS BIEEN GRANDOOOTAAAA :D YA VAASS PARA DOBLAARMEEE LA EDADD JAJAJAJAJAJA NO ESS CIIIEERTOOO xDDDDD SIII KASII VAAMOOSS AL PASOO… BUENO NOOO, TU SI MEE LLEVASS EEMMM ¿3 AAÑOOSS? JAJAJA SIII KREOO KEE EESOO ES LOO KEE MEE LLEVASS PEEROO IGUAAAL TEE AGRAADEEZKOO KEE SEEASSS ASII TOODAA BIEEEN LIINDAA KONMIIIGOOO DEEE VD… AAHHH JAJAJA AHOORAAA SII TEE MANDAAREEE TUU PASTEEEL DEE POCHOLATEEE KEE TEE ANDOO PROMETIIENDOO DEESDEE HACEEE KOMOOO UN AÑOO JAJAJA, ESEEE KEE DIJIIMOSS KE EL KARTEEROO SEE IBAAA AA KOMEERR Y KEE SOLO TEEE IBAAA A DEJARR EEEL PAPPEELL EE IBAA A LLEGARR KON LAA KARAA LLENA DEE CHANTILLII JAJAJAJAJA HAAYY NO DEE VD… JOODER KEE ME HUBIEESEE GUSTADOO FEELICIITARTTEEE AAUNKEEE SEAA POOORR ADEELANTADOO ESEE DIIAA DEEEL KONCIIERTOO DEEE TH EEEN EL PALACIOO DEE LOS DEEPOORTEESS JAJAJA KE SE TEE PERDIIERON TUUSS AMIIGASSS Y SUERTUUDA KE TE ENKUENTRAS UNA PULSERIITAA xDDD SI BIEEEN DIIGOO KE A LAA GENTEE BUEENA SIEMPREE LEE SUCEDEN KOSASS BUEENASSS Y OBVIOO TUU NO EREES LA EXCEPCIOONN, PERO IGUAAL YAA TEE VOLVEREE A PEDIR TUU NUMERO DEE CEEL JAJAJA XK SIEMPRE LO ANDOO PERDIENDO O LO APUNTOO MAAAL :D PEROO BUEENOO NEENAA HAAPPYYY BIIRRTHHHDAAAYYY ♥ PAASAATEEELAA SUPPEERR DEE VD… KEEE TEE REGALEEEN MUCHASS KOSASSS HEEE Y LUEGOO MEE LAS ENSEÑASSS… AUNKEEE SEAA X FOOTOOO JAJAJA PIDEELEESS EL NUEVO MATERIAL DEE LOS TOKIIOO A TUUSS PAPIISS Y EL HUMANOOIDD Y TAMBIEEN EL CIITY LIIVEE JAJA Y PSS YA LOS DISFRUTAS X MII JAJAJA XK MIS PADRES SON BIEEN TAKAAÑOOS Y NADA KE SI ME REGALAN UN CHIKLEE YA ES MUCHO JAJAJA NTC… NEENIIXX TQQQMMM---♥ GRACIIAS X SIEMPREE SOSTENERMEE KUANDO LO NECESIITOOO DEE VD… TODOS MIS BUENOS DESEOOSS PARA TIII Y KE TE LA PASES SUUPPEERR YA TE DIJE UN DIA DE ESTOS TE DAREEE AHII LA VIRGIINIDADD DE KAAULIITZZ MEENOORR JAJAJAJA, BUENOO NOO… MEJOR PRIMERO YOO SE LA KITOO JAJAJA HAY NO YAA KE KOSAS DIIGOO… TQM NENIIXX BEESOOSS… ESPERO PODER HABLAR KONTIIGO AL RATOO SII NOO PSS YA SERAA DESPUEES… HOY ES TU DIAA NENAA DISFRUTALOOO--- HBD♥


Y BUENO YAAA DESPUEES DE MII MEGAA CHOROOO SII YA LEES DEEJOO EEL KAAPII KE SEGURIITOO KEERRANN MAATARMEEE… AAHH X CIIEERTOO ESTEE KAPII VAAA DEDIIKADOO AA MEEIINN BRIII KE SIEMPRE ME ANDAA BANKAANDOO TODOO Y HACEE DE MI SUUSTENTOO KUANDO MASS LA NECESIITOOO ICH LIEEBEE DIICHH MUCHIITOO NEENIIXX… AAKII EN EL FICK TAMBIEEN SALEE ELLA Y PUEES KOMO DEBERIIAA SEER Y KOMO ES EN LA VIDAA REAL LA PUSEE EN UN PAPEL DE LAA FIEEL AMIIGA ENTENDEEDOORAA DE VD… KEE SEE KE SII ME ENKONTRARA EN UNA SITUACION DEE ESTASS EELLAA SII ME APOOYARIIAA ASII KOMO YO LO DESKRIIBOOO…

BUENO AHORA SII EL KAAAPP… PLIIZZZ KIERO KOMEENNTTSSS



Capítulo # 13

// Narra Tom //


- Joder ¿Cómo que no esta? ¡Búsquenla! – estaba nervioso, intranquilo, enojado y la razón, nuevamente era ella
- Tranquilízate Tom, todos hacen lo que pueden – trató de tranquilizarme Georg, pero nadie podía hacerlo, al menos no en estas circunstancias
- ¡Pues entonces todos aquí son unos malditos ineficientes! – Grité apunto de estallar, tenía menos de una hora que habíamos llegado y prácticamente todo el rato que habíamos estado en el hotel desde que habíamos llegado nos la habíamos pasado buscándola
- Vamos Tom, las malas noticias llegan rápido, ella está bien, tranquilo – mi corazón palpitaba frenético, desbocado y mis manos seguían sosteniendo el aparatito que podría mantenerme comunicado con ella. Volví a teclear su número, pero nada, nuevamente el buzón
- Georg – le tomé de los hombros y acerque mi rostro considerablemente al suyo – Es la mujer a la que amo, no puedo tranquilizarme – mascullé y tanto mi vista como mis manos volvieron al celular – Vamos pequeña… contesta – musité nervioso, pero de nueva cuenta escuché la grabadora - ¡Carajo! – Aventé el celular, sabrá dios a dónde
- ¡Hey! Te dije que te calmaras – me regañó el lacio y vi a mi gemelo que se acercaba a paso presuroso. Realmente esperaba que él tuviera noticias sobre ella, porque de lo contrario, me volvería loco
- Bill… - Casi corrí hasta donde él se encontraba y tras suspirar me negó con la cabeza - ¿no? – pregunté estúpidamente y el volvió a negar
- Llamé a la compañía para que rastrearan su número, al parecer no está en el país – musitó tratando de tranquilizarse
- ¿Cómo que no esta en el país? – cuestioné. Bill torció la boca en un gesto de confusión
- La han rastreado y por lo que me dijeron su móvil se localizo en alguna parte de Rusia – Inquirió y mi respiración se volvió entrecortada
- Rusia… - susurré – Ella no conoce Rusia – dije y Bill movió la cabeza de un lado para otro
- Tom… ella conoce Rusia, más de lo que tú te imaginas. No se las razones que tuvo para irse, pero estoy seguro de que pronto se comunicara, no te atormentes más – Pidió mi gemelo y mi histeria creció aun más
- ¿¡Cómo diablos puedes estar tan tranquilo estando ella sabrá dios dónde!? – Vociferé perdiendo la poca paciencia que aun mantenía
- No estoy tranquilo Tom, simplemente no hago más escándalo del que de por si ya estás haciendo tú – inquirió Bill viéndome furibundo y dio media vuelta para después comenzar a caminar rumbo a su habitación. Me giré sobre mis talones dándole también la espalda y escuché el cierre de la puerta de su habitación.

Avancé con paso lento hasta dónde vi que había caído mi móvil y en un movimiento rápido lo levante. Eché la cabeza hacia atrás y suspiré ruidosamente. Quizás mi gemelo tenía razón. Quizás mi pequeña sus razones había tenido para irse, pero aun así, me preguntaba que clase de razones había tenido, para largarse sin siquiera decir una palabra. Apreté los ojos con fuerza y ordené a todos detener su búsqueda. David me miró confundido, sin embargo se limitó a decir más bien nada y se marchó de ahí.

Observe a Georg parado sobre el marco de la puerta de mi habitación y caminé hacia él. El ojiverde me miró de una forma que en realidad me fue difícil de clasificar y pasé de largo para poder entrar a mi habitación. Si, bueno. Quizás me había comportado como un estúpido cretino, pero es que simplemente el hecho de no saber dónde se encontraba mi pequeña, me ponía los nervios de punta y las emociones a flor de piel. Me tiré sobre la cama, rebotando un par de veces y observé el techo blanco, adornado con pequeños detalles clásicos y una lámpara en el centro. Me pregunté más de una vez si ella estaría bien, si ya habría comido, si tendría frío, si estaría sola, si tendría dónde dormir, si estaría triste o quizás feliz, si se acordaría de mí, si algún día yo le habría importado…

Y entonces pensé en las posibles respuestas a cada una de mis preguntas. Muy probablemente ella si estaría bien, pues como había dicho Georg, las malas noticias llegaban rápido. Tenía tarjetas de crédito y obviamente con ellas podría ya, haber pagado un buen restaurante para comer. Se había llevado toda su ropa, por lo que muy seguramente no tendría frío. Quizás no estaba sola, pero tampoco aseguraba que estuviese acompañada. Probablemente ya también habría pagado una buena suite en un cómodo hotel. Quizás estaría triste por dejar a mi hermano, pero feliz por dejarme de ver a mí. Por lo que mi respuesta a la pregunta siguiente era más que obvia, si se acordaba de mi existencia, seguramente era para festejar el haberme dejado de ver. Y entonces supe que yo nunca le había importado, que si había estado algún día en sus pensamientos había sido demasiada suerte y una nueva pregunta atestaba mi mente. Si yo nunca le había importado, entonces… ¿Por qué ella me importaba tanto a mí?


// Narra Bill //



Si, bueno. Quizás mi actitud era extraña ante los ojos de los demás. Pero ante los míos, era de lo más normal posible. Estaba preocupado, claro que lo estaba. Pero todas esas preocupaciones habían desaparecido de súbito cuándo la chica que atendía mi llamada me había comunicado que su número se había rastreado en alguna parte de Rusia.

Quería pensar que Brianda había venido una vez más por ella y se la había llevado a cumplir una más de las peticiones de Viktor. Realmente esperaba que ella apareciera a la mañana siguiente e inventara alguna mentira pequeñita para seguir escondiendo su duro secreto. Y entonces el vibrar de mi celular me hizo dejar de lado mis pensamientos. Lo tomé rápidamente y abrí la tapita para encontrarme con el mensaje de una llamada perdida. Pulsé una tecla cualquiera y el número de la amiga de mi princesa apareció ante mis ojos.

Pensé en responder a su llamada, pero fue entonces que recordé lo que ella alguna vez me había dicho…

[Flash-back]

El día había sido agotador y lo único que quería llegar a hacer era abrazar y besar a mi princesa. En todo el día no le había visto, según ella no había querido ir al recinto dónde nos presentaríamos esta noche porque estaba cansada, pero la verdadera razón era que su nueva amiga Brianda vendría por ella al hotel para llevarla una vez más con Viktor.

No me había platicado mucho, porque según ella mientras yo supiera más, corría más riesgo de que alguno de los muchos vampiros que estaban bajo las reglas de Viktor me hiciera daño. Aunque la verdad eso a mí no me preocupaba en lo más mínimo. Durante varios meses, todos los días por las noches Lucian venía por mí, para llevarme a la asquerosa cueva húmeda, dónde los licántropos se escondían de los vampiros. Y ya ahí continuábamos con mis clases. Esas con las que yo no estaba de acuerdo, pero que tenía que tomar para que no le hiciesen daño a una de las personas que más amaba en este mundo y mi gemelo no viniera a involucrarse en algo de lo que jamás podría salir.

Di unos cuántos pasos más y frente a mí, se dibujo la puerta de la habitación de la rubia a la que tanto amaba. Quizás lo más correcto hubiese sido tocar antes de entrar, pero estaba tan acostumbrado a entrar sin pedir permiso, que me importo más bien poco lo que mi princesa me fuese a decir. Tenté el bolsillo trasero de mi pantalón y saque la tarjeta que hacía de llave maestra para todas las puertas del hotel.

No la había robado, más bien la había pedido prestada y la devolvería sin que nadie se diese cuenta, cuándo tuviese que irme del hotel. Introduje la tarjeta y el sonido de la puerta me hizo saber que tenía el paso libre. Empuje sólo un poco para poder ver el interior de la habitación que le había sido asignada a mi princesa y me encontré con una imagen poco usual para mí.

La amiga de mi rubia estaba sentada en el sillón, mientras que mi princesa estaba sentada en el centro de la cama matrimonial que ocupaba gran parte de la suite. Ambas platicaban divertidas y en sus rostros se dibujaba una gran sonrisa que a mí me puso más feliz de lo que de por si ya era por el simple hecho de tener a la persona que amaba a mi lado. Las dos voltearon a verme y Mili me extendió los brazos invitándome a que la abrazara y así lo hice. Corrí hasta ella y le abracé fuertemente. Le llené de besos todo el rostro y sus labios se unieron con los míos. Dejándome saborearla, haciéndome saber cuán afortunado era por tener su amor, permitiéndome darme cuenta de lo infeliz que sería si ella se apartase de mi lado y entonces reforcé todas esas ganas por enfrentar las consecuencias de mis actos, aún sabiendo que si algo salía mal, ambos lo pagaríamos caro. Pero no importaba, ya nada importaba.

Lo habíamos hablado tantas veces que las consecuencias venían a importarnos nada. Nuestro amor era más grande que todo, más fuerte que el mismísimo acero y por ende, ambos estábamos dispuestos a llorar las lágrimas necesarias, a enfrentar incluso a los más fuertes y morir si fuese necesario, el uno por el otro. Dejar de vivir si el otro fallecía, pero antes que nada, vengar la muerte del otro, claro, sólo si se daba el caso. Lo cuál era lo más probable.

Nuestras lenguas seguían hurgando en la boca del otro, haciéndonos tener una conexión prácticamente indescriptible, uniéndonos por siempre y para siempre, porque así lo queríamos. Queríamos estar el uno para el otro y si alguno faltaba, entonces no habría más porque vivir.

- Oh… pero que hermosa escena – musitó la amiga de mi novia y fue hasta entonces que nos separamos, rompiendo aquel beso tan placentero
- Espera a que tú estés en una situación similar y seré yo quien diga eso – Respondió mi princesa con una sonrisa dibujada en su rostro, mientras al mismo tiempo se recorría un poco para que yo me pudiese sentar cómodamente
- Bueno, esta bien, ya no diré nada – Dijo Brii y Mili sonrió más ampliamente
- Mi amor ¿Cómo te fue? ¿Qué tal estuvo el concierto? ¿Encontraste alguna chiquilla con la que próximamente me engañarás? – preguntó. Sonreí
- Me fue bien, el concierto estuvo algo agotador, pero todo salió perfecto. En cuánto a lo de la chiquilla con la que pienso engañarte, pues si, había una. Pelirroja, de tez blanca y ojos miel. Alta, delgada, muy hermosa a decir verdad. Supongo que tenía nuestra edad o al menos eso parecía. Creo que valdría la pena engañarte con ella. Digo, tenía pinta de ser una buena amante en la cama – Torció la boca y me miró con un gesto por demás sobreactuado de indignación - ¿Qué? – me encogí de hombros y en un movimiento rápido le volví a abrazar, a lo que ella se quitó rápidamente viéndome aún desconforme
- No quiero que me abraces, ve y abraza a tu queridísima groupie – se cruzó de brazos y comenzó a caminar hacia la puerta. Le observé atentamente con una sonrisa traviesa en el rostro y justo cuándo estaba a por lo menos tres pasos de llegar a la puerta, me abalance contra ella y le rodeé por la cintura con ambos brazos, cargándola y llevándola de nueva cuenta hasta la cama, dónde le tiré boca arriba y a horquillas me senté sobre su vientre.

Le observé embelesado y suspiré. Ella comenzó a moverse bruscamente, como intentando quitarme de encima, lo cuál obviamente no consiguió. Brianda nos observaba divertida. Quizás nuestros jueguitos tontos de locos enamorados le causaban gracia y a decir verdad esos juegos a mi me fascinaban.

- Quítate – negué – Dije que te quites – repitió
- No…

Me acerqué a sus labios lentamente y comencé a besarle. Al principio no hubo respuesta de su parte, pero conforme los segundos, ella comenzó a mover la boca, amoldándose a mis labios, a mis besos, a mi amor. Con sus brazos rodeó mi cuello, re pegándome más a su cuerpo, como queriendo fusionar el mío con el suyo. Me deje hacer y entonces escuché el carraspeo de alguien. Que supuse muy seguramente era de Brii

- Bueno, pues, yo me voy – musitó y sonrió levantándose de su lugar – Mili y yo asentimos – Nena, te llamo después ¿está bien? – Mi princesa asintió – Bill, ya he guardado en tu celular mi número – fruncí el ceño
- Pero… ¿cómo? Mi celular lo tengo yo – rebusqué en el bolsillo de mi chaqueta y me di cuenta de que mi móvil no estaba – volteé a verla y me regalo una amplia sonrisa mientras me enseñaba el celular sosteniéndolo con dos de sus dedos – Pe… pero ¿Cómo? – Mili y ella se echaron a reír. Les miré confundido
- Debes saber que una de sus habilidades más impresionantes es que te puede quitar algo sin que te des cuenta, así esté en el bolsillo de tu chaqueta
- Bueno, igual no importa mucho. Lo que importa es que ya tienes mi número. Solo por favor no me llames si no es realmente necesario. Contesta cuándo yo te llame, pero nunca me marques si no es necesario ¿está bien? – asentí
- Si, esta bien, pero ¿Por qué?
- Porque constantemente estoy con Viktor y si él se da cuenta de que tú me llamas, entonces me veré en serios problemas – Volví a asentir y para cuándo quise reaccionar ella ya había saltado por la ventana.

[Fin Flash-back]

Y ahora no sabía que hacer. Necesitaba cerciorarme de que mi princesa estaba con ella, pero al mismo tiempo temía que su respuesta fuera negativa y ella se metiera en serios problemas por mi culpa. El repentino vibrar de mi celular me sacó nuevamente de mis cavilaciones y al ver la pantallita me di cuenta que otra vez era ella quien me llamaba. Pulsé la tecla correspondiente y lleve el celular a mi oído.

- ¿Hola?
- ¿Bill?
- Si, ¿Qué pasa?
- No tengo mucho tiempo, Mili está aquí – El corazón me latió fuertemente. Su afirmación me tranquilizaba, pero su voz nerviosa me ponía los pelos de punta
- Si, ya me lo temía, pero dime ¿Cómo está? – El silencio que se hizo presente los siguientes minutos me hizo estremecer y por primera vez en mucho tiempo volví a sentir ese miedo tan agobiante que tanta inseguridad me causaba
- Pu…pues ella, al parecer está bien
- ¿Al parecer? – Pregunté
- Tiene más de dos horas que no la veo, Víktor se ha encerrado con ella y con sus padres. Supongo que tienen muchas cosas que hablar – Agaché la mirada, no podía creer cuánta falta me hacía
- Ellos no son sus padres – musité – un padre es el que te cría y te cuida, el que está en los momentos difíciles contigo, el que comparte contigo tus tristezas y tus felicidades, el que está para darte un consejo o un regaño cuándo lo necesitas, por lo tanto ellos no merecen que mi princesa les diga papá o mamá
- Bill… yo entiendo tu postura. Sé perfectamente que tanto para ti como para ella Kristen y Jason son sus verdaderos padres. Pero no fueron ellos quienes le dieron la vida…
- Pero si los que estuvieron cuándo ella más los necesitaba – interrumpí
- Si Bill, yo lo sé, pero todos merecemos una segunda oportunidad. Quizás en un pasado Amelia y Alexander cometieron un error al dejarla así sin más. Pero ahora ellos desean recuperarla, creo que a pesar de todo tienen derecho al querer recuperar a su hija – negué. Las cosas no podían ser como ella pretendía que fueran, porque simplemente para mi princesa no había otros seres más importantes que sus padres y para ella sus padres siempre habían sido Kristen y Jason. Por lo que dudaba que algún día ella llegara a querer a dos personas que llegaban a decirle que eran ellos los que le habían dado la vida y no quienes la habían criado desde pequeña.
- Di lo que quieras, yo se perfectamente que para ella y para todos los que la rodeamos solo tiene dos padres y no son precisamente los que le dieron la vida – Suspiró
- Bien Bill, mejor dejémoslo así. Creo que eso es algo que no nos corresponde a nosotros juzgar, eso solamente le corresponde a ella. Pero bueno, solo llamaba para que no te preocuparas. Y bueno, ella me ha pedido que te diga que por favor le avises a Tom que está bien, que por el momento tiene cosas que pensar, pero que no es nada que lo involucre. También me pidió que le recuerdes que lo quiere, que nunca dude de su cariño y bueno me ha dicho que te diga que te ama y que tan pronto como pueda buscara la manera de verte
- ¿Tan pronto cómo pueda? ¿De que diablos hablas? Ella debe estar aquí para mañana a más tardar
- No Bill… ella ha tomado la decisión de venir para acá por algún tiempo
- Pe…pero
- Pero nada, fue su decisión, lo mejor es que por ahora la dejen tranquila y tú por favor no vallas a venir porque como ahora ella está aquí el castillo esta totalmente vigilado y como te vean la obligan a matarte
- Brianda, por favor no permitas que le hagan daño
- No te agobies, nadie aquí puede hacerle daño, lo más que pueden llegar a hacerle es convertirla
- ¡No! – me escandalicé, no podían convertirla
- Bill… eso ya lo habíamos hablado, es algo inevitable y por más que queramos protegerla no podremos. Viktor es muy poderoso y ella es la descendiente – Mi mano se volvió puño y un nudo por de más molesto se apodero de mi garganta
- Dile que la amo – Asintió
- Si Bill, yo se lo diré
- Recuérdale que es lo más importante que tengo en la vida
- Está bien
- Y por favor Brii, cuídala mucho


// Narra Mili //


Todos mis sueños, todas mis esperanzas y creencias estaban siendo derrumbadas por un montón de palabras de personas a las que yo ahora consideraba como desconocidas. Si, bueno, quizás esas personas eran las que me habían dado la vida, pero esa no era justificación para haberme dejado a merced de dos personas que no sabían si me tratarían como yo lo merecía o como tal vez ellos dos me hubiesen tratado si se hubieran echo cargo de mí.

Las lágrimas por si solas empapaban mis mejillas, mis ojos hinchados y la agobiante necesidad de querer tener lo prohibido me estaban haciendo pedazos por dentro. Palabras y mas palabras, mas sueños jamás cumplidos, mas promesas rotas, lágrima tras lágrima y mi vida se deshacía lentamente frente a todos ellos y para mi desgracia la única persona que podía mantenerme de pie, estaba a por lo menos cien mil kilómetros de distancia.

Deseaba con toda el alma tenerlo aquí, a mi lado, como siempre debería de haber sido, pero lamentablemente su bienestar estaba de por medio y obviamente su bienestar era más importante para mí que tener que derramar un millón de lágrimas mas.

- Vamos hija, contéstanos, nos duele tu indiferencia – les miré resentida, en verdad lo estaba – no puedes seguir callando todo lo que deseas decirnos – musitó Amelia. Pero claro que podía seguir callándolo, lo había echo por más de 6 meses y un par de horas mas, no pesarían demasiado.
- Querida déjala – Alexander le tomó por los hombros e intentó alejarla de mí, pero ella se jaloneo, quedando nuevamente a mis pies
- No Alexander, ha estado mucho tiempo lejos de mí, no perderé la oportunidad de hablar con ella – Y yo no perdería la oportunidad de hacerla sentirse tan miserable como algún día yo me había sentido.
- Ella no quiere hablar contigo – volvió a replicarle y a pesar de que tenía razón supuse que era el momento de decirle todo lo que había deseado desde el momento en que me habían echo saber que era ella mi verdadera madre
- ¿Ahora pretendes que yo te llame mamá así como si nada? – una sonrisita socarrona se dibujo en mi rostro, ahora mostraría una faceta de mí, lo suficientemente desconocida como para dejarla llorando si era necesario
- Eso… eso es lo que yo esperaba – respondió y clave mis pupilas sobre las suyas
- Pues lamento decirte que las cosas no se darán como tú las esperabas – Hice un movimiento brusco y ella terminó de trasero sobre el suelo – yo vivía tan feliz, como una persona normal y de buenas a primeras llegan y me dicen que mi vida siempre ha sido una mentira y que los seres a los que más amo no son mis padres – me levanté de la silla dónde me encontraba sentada y comencé a caminar por toda la habitación – y ahora ustedes se aparecen así como si nada diciéndome que son mis progenitores y que piensan recuperarme – volví a sonreír – es gracioso saben…
- Yo no le veo la gracia – Masculló Víktor, volteé a verlo
- Quizás tú no, pero yo si – regresé la mirada hacía Amelia – me causa mucha gracia que después de tantos años esperen que si quiera yo les regale un abrazo y aún mas, que les llame padres – negué y la frialdad se apoderó de mis ojos – yo sólo tengo dos padres y son Kristen y Jason no ustedes – mi voz se volvió rasposa y mi semblante se llenó de rencor
- Hija… hija no… no digas eso - ¿Debería contestarles de una forma amable? No claro que no debía
- ¿Hija? – Rodé los ojos - ¡No vuelvas a llamarme así! – Exploté – ¡No vuelvas a hacerlo jamás! ¡Yo no soy tu hija!
- Si mi amor, si lo eres – Mis manos se volvieron puños. Cerré los ojos y respiré profundamente, debía hacerlo antes de perder la cabeza
- No lo soy – mascullé secamente – no lo fui antes, no lo soy ahora y no lo seré jamás – sentí mi corazón encogerse en un puño y mi vida nuevamente se volvió un desastre

Y justo cuándo comencé a creer que todos ahí terminarían dándose cuenta de lo débil que era ella apareció. Cómo siempre, salvándome de una perdición que muy a mi pesar ya estaba escrita. Los ojos se me aguaron, no sabía cuánto más aguantaría, pero probablemente no sería mucho, porque ese nudo en la garganta se hacía presente nuevamente y el dolor por no tener a quien mas amaba a mi lado me volvía a carcomer el corazón.

- Viktor hay un problema afuera – Él frunció el ceño y le miró enojado
- Dije que nadie podía molestarnos ¿No escuchaste? – musitó fríamente y ella asintió
- Claro que escuché, pero…
- ¡Pero nada Brianda! Cuándo doy una orden espero que sea acatada – le interrumpió, mi amiga comenzó a acercarse y sin bajar la voz siguió hablando
- Si estoy aquí es porque el castillo está siendo rodeado ahora mismo por un montón de licántropos – Viktor abrió los ojos de par en par – han venido a cerciorarse de que Mili está aquí y créeme que cómo se den cuenta de que sus sospechas son ciertas le hacen daño – No sabía que pensar, aún no terminaba de asimilar todo y de buenas a primeras ya había quien quería terminar conmigo. Confundida algo estaba, pero temía cada vez más que ese día se acercara, temía ser convertida, temía que me obligasen a pelear con él y también temía que al final yo terminara haciendo lo que Viktor tanto anhelaba.

Viktor y mis padres salieron corriendo sin decir palabra alguna. Los tres con los ojos casi saliéndose de su orbita y en cuánto ellos desaparecieron mi amiga me abrazó. Lloré como una niña, tenía miedo, pero más que eso me dolía saber que muy probablemente moriría sin verlo nuevamente y si tenía suerte moriría en sus brazos a causa de él.

- ¿Estás bien? – Asentí – Al parecer llegué en un buen momento ¿verdad?
- ¿Es cierto lo que les dijiste? – pregunté aun sin responder a su pregunta
- Si…

Su afirmación si bien no me asusto si me puso en alerta porque de que los licántropos se aseguraran de mi estancia en el lugar mandarían llamar a Bill y entonces ninguno de los dos tendríamos escapatoria.

- Ya le he avisado que estás aquí – Alcé la vista y lentamente sequé las pocas lágrimas que aun seguían resbalando por mis mejillas
- ¿Qué te dijo? – Sonrió y halándome de un brazo comenzamos a caminar
- Que te ama y me ha pedido que te cuide mucho – no podía creerlo, es que ¿podía haber un ser más perfecto que él?
- ¿Le dijiste lo que te pedí?
- Claro, pero sabes, a pesar de que me ha prometido que no cometerá la tontería de venir a buscarte al castillo me quedé como intranquila. Aun no estoy muy convencida de sus palabras – Por dios… era Bill Kaulitz y como buen pelmazo obviamente solo lo había dicho para dejarla tranquila, pero dudaba que su palabra fuera a cumplirla
- Confío en él – sonreí – digo… sé que no debería. Conociéndolo dudo que te haga caso, pero sé perfectamente que él sería incapaz de ponerme en peligro… al menos conscientemente
- Pero inconscientemente puede llegar a hacerlo – Le miré desconforme – sabes que es cierto – torcí la boca y es que no podía decirle lo contrario, porque efectivamente, ella tenía toda la razón
- Sabes, creo que al final no importa si me pone en peligro o no, igual tendré que hacer lo que me piden – musité resignada y es que lo había pensado tanto que caía en cuenta que no importaba mucho cuál fuese el desarrollo porque el final siempre sería el mismo
- Eso sólo puedes decidirlo tú y lo sabes – negué
- No Brii, todo está planeado – volteé para poder verle mas claramente y detuve mi caminata quedando a por lo menos un metro de distancia de ella – yo no puedo evitar algo que ha sido planeado desde hace mas de un milenio – agaché la mirada y a mi mente llegaron mil imágenes. Reviví mi vida nuevamente en menos de un minuto y la nostalgia se apodero otra vez de mí. Tenía verdaderas ganas de llorar, pero ¿De que serviría? Si de igual manera las cosas sucederían de una u otra forma. Sentí ese nudo tan molesto volverse a formar en mi garganta y note también como aumentaba su tamaño considerablemente.

Brianda me veía llena de melancolía, quizás muy en el fondo a ella también le dolía lo que a mí me ocurría. Me tomó nuevamente del brazo y me hizo caminar junto a ella. Me preguntaba si sería bueno seguir de este modo, mintiendo y engañando a la gente que más amaba, porque si, a pesar de todo, a pesar de que Bill lo sabía, Tom lo ignoraba y eso sin mencionar a Gustav y Georg que de una forma u otra también pasaban a ser personas demasiado importantes para mí.

No tenía ni un día lejos de ellos y ya los extrañaba, sentía que necesitaba de ellos para poder estar bien. Y en este preciso momento anhelaba con toda el alma que uno de ellos… cualquiera… estuviera aquí, a mi lado, brindándome el apoyo que siempre hacía que yo quisiera seguir adelante… el apoyo que tanta falta me hacía y por el que yo simplemente podía sonreír.

Y entonces sentí cómo algo resbalaba por mi mejilla, la palpe con mi dedo índice y quedó adherido a mi piel ese líquido salado que en los últimos días había sido con lo único que había podido desahogarme. Lo limpie rápidamente, no quería que me vieran llorar, no quería que se dieran cuenta de mi sufrimiento, porque no iba a permitir que me sobajaran o me tuvieran lástima por extrañar a la persona que más amaba. A esa con la que dentro de poco tendría que pelear y que muy probablemente sería el causante del fin de mi vida. Miré con atención el lugar dónde Brii se había detenido y observe como todos ahí me veían con los ojos abiertos de par en par. Podría jurar que algunos hasta con miedo, pero la gran mayoría con asombro. Quería poder acostumbrarme, pero no podía, me sentía tan ajena a todo que el solo hecho de tratar de hacerlo me resultaba más difícil de lo que yo me imaginaba. Apreté los ojos y volví a abrirlos de súbito, suspiré y me encontré nuevamente con los ojos de Brianda, viéndome fijamente, como preguntándose cuál sería la formula para disipar todos mis temores y aliviar mis angustias.

Le sonreí tratando de esconder mis sentimientos, pero fue inútil, a pesar de que ella respondió a mi gesto de la misma forma, en su mirada pude percibir aun toda esa tristeza con la que me veía. Y en un intento vano de dejar de lado mis sentimientos seguí observando a todos los que se encontraban en el lugar. Los analicé de pies a cabeza y a primera vista supe con quienes probablemente tendría problemas y cuales serían de ayuda para mí.

- Se están muriendo de miedo – escuché la voz de la rubia en mi cabeza y volteé a verla rápidamente, ella sonrió
- ¿Por qué lo dices? – musité en mi subconsciente y regresé mi vista hacía toda la bola de gente que se hallaba en lo que parecía ser el centro de reunión de todos los vampiros
- Eres la persona más importante de este reino, aparte de Viktor y tu padre
- ¿Y eso que? – pregunté
- ¿Cómo que y eso que? Por dios, ellos te ven así porque se sienten nada a lado tuyo – Sonreí
- ¿Y debo alegrarme por eso?
- Supongo – me encogí en hombros y asentí, después volteé a verle y noté como en su cara se dibujaba una mas que radiante sonrisa
- ¿Quién es ella? – cuestioné nuevamente en mi mente y con la mirada le señale a una chica pelinegra que estaba sentada en un sillón individual y en su mano sostenía una copa con un líquido rojo, demasiado rojo a decir verdad. La rubia volteó hacía el mismo lado que yo y observó a la chica sin perder esa sonrisa tan característica de ella
- Su nombre es Mariana, es algo seria, pero muy sociable. Probablemente te sea de ayuda para cualquier cosa que pretendas hacer en un futuro - ¿¡Que!? Y más ¿¡Que!? ¿De verdad ella sabría ya de los planes que se me habían ocurrido hacía menos de dos horas?
- ¿De que planes hablas? – fruncí el ceño
- Te conozco, tú no das un paso sin saber lo que te espera, es obvio que ya tienes planes – enarque de mas las cejas y parpadeé en repetidas ocasiones, esa chica si que me conocía – lo adivine por tu mirada
- Bien, entonces dime quien me causara problemas en este lugar - ¿Altanera? Si creo que así me estaba comportando, pero después de tanto sufrimiento, creo que comportarme de esa manera me ayudaba a sentirme un poco mejor
- ¿Ves a la chica de cabellos castaños que esta sentada en las piernas del chico pelinegro? – Traté de ubicar a la chica y cuándo lo hube echo en mi subconsciente asentí. Todos nos miraban extrañados, tenía ya un buen rato que los veíamos y tanto sus expresiones como las de Brianda y mías no cambiaban en lo absoluto, es mas, hasta podría jurar que me veían con mas temor que al principio
- ¿Ella me causara dificultades? – pregunté observando de pies a cabeza a la castaña
- Mas de los que te imaginas – rodé la mirada y comencé a caminar en su dirección, con una mirada intimidante, pero me sorprendió que la chica ni se inmuto al verme caminar hacía ella – Es mejor que no le digas nada por ahora
- ¿Por qué?
- Porque aún no eres convertida y ella es una vampira nueva, tiene menos de un mes que la convirtieron, apenas se está enterando de cómo están las cosas aquí y dudo que sepa si quiera cuánto poder tienes tú aquí – sonreí
- Mejor para mí – Y seguí avanzando a paso lento
- No cometas una tontería – me replicó mi amiga y le miré de reojo, ella me observaba atentamente y sus colmillos apenas si comenzaban a vislumbrarse, era como si se estuviera preparando para algún ataque o algo por el estilo
- Sólo te pido que pase lo que pase no te metas – Inquirí y dí un paso mas
- Vamos Mili, no puedes arriesgarte a que esa chiquilla te dañe. Aún no controla sus habilidades y si la provocas de mas puede que te ataque y como te ataque se las vera con Viktor y… - se quedó callada y sonrió de una manera diabólica pero llena de satisfacción, al parecer había comprendido mis intenciones – Eres brillante – masculló y sonreí satisfecha. Suspiré y seguí mi camino

La chica me observo atentamente y una sonrisita socarrona se dibujo en su rostro. Estaba claro que no estaba enterada de quien era yo, porque de lo contrario hubiese puesto la misma cara que puso el chico que estaba sosteniendo su cuerpo en sus piernas cuándo me vio acercarme.

- Su… su alteza – tartamudeó el pelinegro que estaba debajo del cuerpo de quien sería muy seguramente un problema para mí y por su puesto para Bill también. Asentí con la cabeza y sonreí viéndole atentamente, pero esto no duró mucho porque mí mirada regreso hacía mi propósito principal
- ¿Tu nombre? – cuestioné con las cejas en alto, bien, creo que para ser aun una humana me estaba sobrepasando y poniendo en un riesgo demasiado alto
- Ashley – balbuceó, debo reconocer que la chica era bonita y que sería un desperdicio terminar con su vida, pero prefería eso a que me causara mil problemas y el que terminara perdiendo la vida fuera mi amado pelinegro
- Bueno Ashley… te quiero fuera de mi vista – Ordené y más de uno ahí abrió la boca sorprendido, incluida mi ahora mejor amiga
- ¿Quién te crees tú para llegar y decirme que me valla? – su vocecilla me caló hasta lo inimaginable y fue por eso que aun sin conocerla llegue a odiarla mas de lo que supuse debería – Sólo eres una más aquí – enarqué una ceja y negué sonriendo – ni creas que tu sonrisita me da miedo, no eres mas que una simple humana que servirá de cena para el día de hoy y si no quieres verme lo mejor es que te vallas ¡Tú! De aquí
- Cállate – susurró el chico que estaba junto a ella, pero la chica hizo caso omiso a lo que él le había dicho
- No tengo porque hacerlo, en todo caso si quieres que alguien guarde silencio empieza tú por hacerlo
- ¿Quién es él? – pregunté en mi subconsciente
- Edward – torcí la boca y miré al chico atentamente
- Aléjate de ella – y tal como me lo imaginaba el chico lo hizo al instante, dejando a la tal Ashley con la boca abierta, más que desconforme

Ni siquiera le dí tiempo de reclamarme algo, simplemente dí media vuelta y me dispuse a caminar pero un jalón mas que brusco de su parte me detuvo. Sentí la presión de sus manos hacerme daño, valla que la chica tenía fuerza, pero que me lastimara quizás no era lo que yo más anhelaba, pero si lo que más me convenía. Apreté los ojos y traté de hacer el más mínimo ruido o señal de dolor y aunque lo estaba logrando ella de verdad me estaba lastimando.

- Creo que sería bueno terminar de una buena vez contigo – susurró intimidante sobre mi oído y cuándo creí que la presión que ejercía sobre mi cuerpo era toda ella apretó un poco más
- Au – me quejé y supuse que algo no andaba muy bien porque para cuando me dí cuenta Brianda ya estaba sobre la castaña mostrándole sus grandes colmillos blanquecinos y su mirada asesina
- No te atrevas a volver a tocarla – masculló mi amiga apretándole de mas el cuello y sentí una punzada en la parte delantera de mi hombro, me miré lentamente y sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal. Lo tenía empapado en sangre y fue por eso que entendí porque muchos de los ahí presentes se habían tapado las narices y habían optado por alejarse una buena distancia de mí. Traté de revisarme, pero con solo tocarme me retorcía del dolor, la muy estúpida me había lastimado.

Y justo en ese momento vi entrar a Viktor con mis padres tras él, venían agitados pero por sus caras parecían tranquilos, por lo que supuse los licántropos se habían ido sin siquiera sospechar de mi estancia en el lugar. Amelia en cuánto me vio corrió hasta mí y comenzó a revisar mi herida escandalizada, en cuánto a Viktor se limitó a ver a Brianda y a Ashley.

- ¿Qué es lo que ha pasado aquí? – Brii sin soltar a la chica observo a Viktor
- Pues aquí la señorita nueva en la materia le ha echo eso a nuestra descendiente
- Párate y déjala, supongo que serás tú quien cure su herida, porque dudo que quiera que Amelia lo haga – la rubia asintió y como toda una señorita se levanto de su posición y antes de dirigirse hacia mí le regalo una sonrisa a la vampira de cuarta que aun yacía en el suelo. Como pude me aleje de Amelia y siendo consciente del sufrimiento de mi madre biológica deje que Brianda fuera quien me revisara
- Todo ha salido como lo has planeado – musitó Brii, asentí
- Pues… creo que si, aunque en mis planes no estaba que esa turra me lastimara de esta manera – contesté sin miedo. Al fin y al cabo nadie podía escucharnos
- Viktor se encargara de ella – inquirió

No supe bien el porque de que me sintiera contenta, creo que no debería de estarlo, pero el simple hecho de saber que yo podía hacer y deshacer todo a mi antojo me satisfacía demasiado. Sabía que era cruel, pero todos lo eran conmigo y precisamente por eso fue que lo que llegaran a pensar todos ahí de mí, pasaba a segundo plano.

Continuara…

jueves, 2 de diciembre de 2010

Al koncierto de Tokio Hotel....♥

Aun no puedoo kreerlooo... jodeerr me vuelvoo lokaa... faltann menos de 12 horas para konocerloosss... y yo me akabo de ganar mis boletooss.. andaba toda tristee deprimidaa xk noo sabia si iba a ir... & joder ke dios es grandee y me hizo el milagroo... bueno bueno.. ya me less pirooo xk uuff uff tengo ke ir a rekoger los boletos hasta polankoo kasi kasi & me keda komo a tres horas... loss kierooo... besooos biiee

sábado, 20 de noviembre de 2010

Capitulo # 12

Sin choro, solo siento mucho haber tardado, no tengo tiempo... geemee este kapi lo dediko a ti. Ya kasi sales en el fick... te amo

Capítulo # 12

- ¡Hey! ¿Te encuentras bien? – sentí como mi cuerpo era victima de múltiples zangoloteos y fue hasta entonces que Salí del trance en el que me encontraba sumergida
- ¿Eh? Si, si estoy bien – musite volteando de poco en poco a mi derecha y ahí nuevamente estaba ella, mi cómplice… Brianda. Sonreí
- ¿Qué es lo que te sucede? ¿Ah? – pregunto con el ceño fruncido, negué lentamente con la cabeza y como buenamente pude me puse de pie
- Nada…
- ¿Nada? – Cuestiono enarcando de más las cejas y me tomo del brazo para salir rápidamente de la cafetería. Lo había olvidado, ella era vampira y por tanto el aroma de la sangre de todos y cada uno de los humanos que habitaban ese lugar, excepto la mía, se le antojaban de lo mas exquisitas. Cuando por fin estuvimos afuera nos sentamos en los sillones del lobby y me miro fijamente – Haber, si no te sucede nada ¿Por qué estas llorando? - ¿Yo? ¿Llorando? Tente mi mejilla y efectivamente, mis lágrimas humedecieron mis dedos un poco y sentí mi mundo derrumbárseme por segunda vez en el día
- So…solo quiero que todo sea como antes – susurre antes de romper a llorar como hace tiempo no lo hacia, incluso, el saber que estaba en un lugar público me importaba mas bien poco, lo único que quería era desaparecer ese sentimiento de impotencia que se apoderaba de mi mente cada que se le antojaba. Brii acaricio mi cabello con parsimonia y acune mi cara en las palmas de mis manos, recargando a la vez mis codos en la parte superior de mis rodillas – solo quiero recuperar mi vida – masculle – es lo único que pido…
- ¿Has peleado con Bill? – preguntó. Negué
- No… - respondí con voz gangosa – es Tom, Brii, nuevamente es Tom.- Gemí dolorosamente y sentí los brazos de mi amiga rodearme el cuerpo, brindándome el apoyo que tanto me hacia falta
- ¿Ahora que ha pasado? – volvió a cuestionarme deslizando sus manos por encima de mis cabellos
- Es que no importa lo que ha pasado ahora, ni lo que ha pasado antes, incluso importa nada lo que pase después – lloriquee – lo único que quiero es que todo esto pare, que el entienda que debe buscar la felicidad en alguien mas, no en mi – gimotee – no en mi…

// Narra Brianda //

Me lastimaba ver así a Mili, era extremadamente doloroso ver como una persona tan linda como ella sufría de esa manera e incluso me preguntaba si después de todo este embrollo ella podría ser feliz. Realmente lo deseaba, esa chiquilla se había convertido en una persona muy especial para mí y verla de ese modo evidentemente no era de mi agrado. Me preocupaba de sobremanera su bienestar. Tenía bastante tiempo que no la veía, aproximadamente un mes y ahora viendo como estaba, no sabia como le diría que me habían enviado para informarle que la fecha tan esperada se había adelantado. ¿Motivo? Los licántropos estaban capacitando demasiado rápido a Kaulitz y por las mismas razones tanto Viktor como Alexander y Amelia habían decidido convertirla tiempo antes, pero claro, los licántropos de eso no estarían enterados, y aunque ambas sabíamos a la perfección que él no le haría daño, teníamos que ser precavidas, no podíamos cometer ni el mas mínimo error o todo lo que habíamos planeado a espaldas de los jefes se iría a la mierda.

- ¿Nena? – le llame, pero ella seguía llorando – Mili debemos hablar – musite y la rubia levanto lo carita. La tenia empapada en lágrimas, el maquillaje por si solo se le había corrido y tanto mejillas como nariz las tenía teñidas tan rojas como un jitomate
- ¿Qué pasa? – cuestiono y dude en como comenzar
- Emmm… bueno, yo…
- Vale, al parecer es algo malo, dilo de una vez – pidió limpiando con el dorso de su mano sus mejillas
- Vi…Viktor y tus padres – trague saliva – han decidido que tu, bueno… seas… seas convertida cuanto antes – murmure dificultosamente y es que en realidad darle esa noticia era bastante difícil. Ella ahora no lo sabía y mucho menos lo percibía, pero el aroma de la sangre de su amado era de lo más embriagante y exquisitamente antojable que podía existir. Aun y cuando era un licántropo su sangre se me antojaba a mas no poder y si me controlaba y no lo mataba era por ella, porque sabia que haciéndolo no me ganaría otra cosa mas que su odio. Su gesto se descompuso literalmente y callo nuevamente en un llanto amargo
- No… - negó – no, no, no ¡Carajo! ¡No! – se levanto echa una furia y subió corriendo las escaleras hasta el piso donde se encontraba su habitación.

Me sentí tonta y hasta cierto punto la persona mas malvada del mundo, no había sido un buen momento para decirle las cosas, pero de cualquier forma ella tenía que saberlo antes de que se enterara ya no con palabras, sino con hechos. Me levante de mi asiento y eche a caminar hacia el ascensor, tenia que verla, hablar con ella, explicarle los motivos y quizás darle una solución. Pensé en todo lo que probablemente tendría que decirle dentro de pocos minutos y aunque temía que ella no lo tomara de la mejor forma debía decírselo, así, quizás ella, podría ser tan feliz, como yo lo hubiese sido de no ser por mi padre.

Estaba ya a unos cuantos pasos de la puerta de la habitación de mi amiga, pero el embriagante aroma de sangre humana me hizo detenerme antes de llegar a mi destino. Me gire sobre mis talones y ahí, parado a escasos centímetros de mi estaba él, Tom, el mejor amigo y razón de las preocupaciones de Mili. Me miro con el ceño fruncido, quizás se preguntaba quien era yo y que era lo que hacia ahí, pensé que tal vez me preguntaría mi nombre o mandaría llamar a seguridad para que me sacaran de ahí, pero no lo hizo, en cambio solo negó con la cabeza y una lagrima delato lo que por su mente pasaba, él había peleado con Mili y si no peleado al menos si habían recordado todo lo vivido y obviamente al igual que ella, él, estaba sufriendo. Con la manga de su sudadera limpio sus mejillas que ya habían empezado a humedecerse y entro lo más rápido que pudo a la que seguramente era su suite.

Seguí mi camino, tenia que hacerlo porque de quedarme ahí el olor de su sangre me embriagaría más y yo ya no podría controlarme. Di tres golpes a la puerta de madera, pero nadie contesto, una persona normal hubiera pensado que no había nadie adentro, pero mi sentido del oído estaba demasiado bien desarrollado y el soso moqueo y gemidos lastimeros de la rubia retumbaban en mi cabeza, incluso como si estuviera a mi lado. Saque la copia de la tarjeta que hacia de llave para la habitación y entre, visualice por todo mi alrededor y en la esquina mas obscura de la habitación la vi, abrazando sus piernas y con su carita enterrada entre sus rodillas.

Pensé en tratar de concentrarme y escuchar sus pensamientos, pero tenía que respetar su privacidad, eran sus sentimientos, sus lágrimas, sus problemas y en eso yo ya no podía meterme del todo. Respire profundamente y avance con paso lento hasta donde se encontraba su cuerpo. Me hinque frente a ella y en un movimiento rápido le abrace, quería que no se sintiera sola, que supiera que yo estaba ahí, para ella, para ayudarla y apoyarla en los momentos difíciles, quería que supiera que a pesar de ser yo una vampira la entendía, porque precisamente, la situación que ella estaba viviendo era la misma que yo había vivido hacia muchos siglos de años atrás, cuando papá era el descendiente al trono y el ser mas poderoso de toda Alemania.

- Tranquila – masculle acariciando su cabello – no sirve de nada que te pongas así, yo vine a avisarte para que busquemos una solución a esto – Suspiro
- No hay soluciones, no hay nada, la decisión esta tomada y seré convertida – musito con voz gangosa y nuevamente echo a llorar
- Pe…pero nena ¿Qué forma de hablar es esa? ¿Ah? ¿Dónde quedo la Mili que luchaba por lo que quería? – pregunte un tanto enojada, en realidad lo estaba, porque ella siempre había dicho que no estaba dispuesta a hacer lo que Viktor quería y ahora de buenas a primeras venia a volcar todo al lado contrario. Levanto lentamente su carita provocando que yo me alejara unos centímetros para poder verle con más claridad. Sus ojos acuosos me hicieron darme cuenta de las cosas, no era pesimismo, era mas bien que se estaba dando por vencida por todos los problemas que traía encima desde hacia ya un buen tiempo.
- Ha quedado atrás, enterrada bajo un montón de problemas sin solución – respondió limpiando sus mejillas – creo que después de todo, lo que Viktor me esta pidiendo es la solución a todos mis problemas - ¿Qué decía? ¿Acaso estaba pensando en acabar con la persona a la que amaba?
- ¿Perdón? Mi…Mili ¿Qué diablos estas diciendo? – cuestione
- Estoy diciendo que quizás esta sea la mejor forma de escapar de todo esto ¿sabes? – una lagrima mas resbalo por su mejilla derecha – tal vez no sea la mejor manera de solucionar las cosas, pero se que es lo que mas nos conviene a todos, a Bill, a Tom principalmente e incluso a mi. Los extrañare, eso es obvio, pero… solo no quiero hacerles mas daño – inquirió y le mire extrañada. Lo que me había dicho me había dejado totalmente desconcertada
- ¿Y de que te serviría escapar? Dime, ¿de que rayos serviría que escaparas si de igual forma el sentimiento seguirá tan latente como el primer día? Respóndeme eso con algo coherente y quizás yo llegue a entenderte – agacho la mirada, era algo que realmente le dolía y precisamente por eso yo me sentía casi de la misma manera que ella, porque había aprendido a sentir el dolor ajeno y el de ella era realmente demasiado grande
- No hace falta que me entiendas, no hace falta que nadie me entienda y no daré mas explicaciones. Estoy cansada de hacerlo, de informarle a medio mundo sobre mis sentimientos y problemas, porque ¿sabes algo? Toda esa gente que me ha pedido que le cuente lo que me pasa solo me escucha, porque al final nadie puede solucionar nada. Créeme se que tal vez mas adelante sea yo quien se arrepienta de las decisiones que tome ahora y se que quizás deba preocuparme por eso ahora que estoy a tiempo, pero no estoy dispuesta a hacerlo. Tomare las decisiones necesarias y si mas adelante tengo que lamentarme lo are. Ahora viviré lo que tenga que vivir, le daré explicaciones a quien yo crea que sea necesario y no a los que me las pidan. Derramare las lágrimas que yo crea convenientes. Viviré por mi y dejare de hacerlo por los demás. Porque hasta ahora vengo a darme cuenta de que nadie va a vivir por mí y tengo que empezar a hacerlo yo, antes de que sea tarde. Me alejare de la gente a la que daño y me renovare, porque eso es lo que necesito. – finalizo terminando de limpiar sus lagrimas y se puso de pie. Camino a paso lento rumbo a la puerta de la habitación y me temí que cometiera una estupidez
- A…a ¿Dónde vas? – tartamudee
- A terminar con todo esto de una buena vez – respondió sin detenerse y salio de la habitación sin siquiera verme


// Narra Tom //


El sol brillaba, las aves cantaban, pero a pesar de eso, mi mundo se derrumbaba frente a mis ojos. Intentaba verle el lado positivo a las cosas, pero simplemente ese lado no existía y eso era algo sumamente doloroso. No podía verle el lado bueno a que mi pequeña ahora estuviera en brazos de mi hermano. No me explicaba aun como era que le había perdido, como le había dejado ir así sin más. Incluso me sentía estúpido por haberla dejado en manos de quien ahora consideraba casi casi mi enemigo. Tal vez era lo mejor o al menos eso era lo que me había obligado a creer. Me había obligado a creer en una mentira o quizás una realidad que poco a poco se iría formando.

En el transcurso del tiempo, desde que mi relación con ella se había terminado, me había follado a un sin fin de chicas, buscando tal vez en una de ellas, su aroma, la tersidad de su piel, su voz, sus palabras, sus te amos, pero lamentablemente hasta el momento no había podido encontrar en ninguna de ellas lo que yo buscaba.

Mi única salida desde aquel día había sido el sexo y era en lo único que me preocupaba cada día. Me preguntaba a quien me iba a follar esa noche, como seria la chica que haría de mi acompañante y más que eso, me preguntaba si tal vez, algún día, yo seria feliz nuevamente. Anhelaba con toda mi alma el volver a sentir ese sentimiento tan hermoso que gracias a ella había podido conocer.

Quizás el terminar había sido lo mejor, quería creer que después de la gran tormenta por la que estaba atravesando, la calma dominaría nuevamente. Quería creer que después de ella habría alguien mas que me hiciera sentir lo mismo, pero al mismo tiempo me negaba rotundamente a volverme a enamorar, al menos de alguien mas que no fuera mi pequeña. Porque le amaba de sobremanera y ella lo sabia, le quería junto a mi, pero al mismo tiempo anhelaba su felicidad y obviamente esta, no era a mi lado, quería volver a sonreír, pero sin ella no podría hacerlo nuevamente, quería gritar, pero no quería que ella se alarmara, quería acariciar su piel, pero ya habían dos manos acariciándola, quería besar sus labios, pero ella ya besaba otros, anhelaba cantarle al oído, pero mi hermano ya lo hacia, quería consolarla en sus días de tristeza, pero alguien ya estaba sentado a su lado, moría de ganas por decirle Te amo, pero Bill era quien se lo repetía hasta el cansancio, anhelaba ser yo el que estuviese en sus pensamientos día y noche, pero era en mi gemelo en quien ella pensaba, quería amarla hasta el resto de mis días y eso era lo único que nadie podía evitar, incluso mi hermano, que a pesar de estar a su lado, nunca podría evitar que yo le amara de una manera obsesiva pero al mismo tiempo tan grande como lo hacia.

Después de mucho tiempo ese sentimiento que frente a todos trataba de reprimir, me embargo nuevamente, de pies a cabeza, desde el alma hasta mi corazón y quise gritar, salir a la calle, pensar… sin ser molestado, pero de que serviría, si de igual manera mi pequeña no regresaría a mi. El tocar de la puerta me hizo regresar a la realidad, esa donde no había sueños, solo realidades, que muy a mi pesar, me lastimaban de sobremanera. Trastabillando llegue hasta la puerta y lentamente la abrí, sinceramente esperaba que fuera mi pequeña la que estuviera ahí, esperando hablar nuevamente conmigo, pero me equivoque, porque era Georg, el que estaba vez me buscaba.

- ¿Sucede algo? – Pregunto en tono preocupado, negué, entrando de nueva cuenta a la habitación – Tom… - me llamo y escuche el click de la puerta que se había cerrado
- ¿Qué? – respondí fríamente y es que no tenia ni las mas mínimas ganas de hablar de lo que me sucedía. Sabía que quizás eso me serviría, pero prefería reservármelo para mí
- Da…David nos espera en el lobby, le han llamado para hacernos una entrevista y como no tenemos compromisos el día de hoy ha decidido que vallamos – musito viéndome fijamente, como preguntándose aun que era lo que me sucedía
- No tengo ánimos de ir – masculle dejándome caer de trasero sobre la cama, rebotando mas de una vez
- Necesitas salir, no es bueno que te quedes aquí encerrado – se acerco a mi – tienes que comenzar a superar lo sucedido, no puedes seguir viviendo en el pasado, tú sabias perfectamente que esto tarde o temprano sucedería
- Georg te agradezco lo que me dices, pero es enserio, no tengo ganas de ir a ningún lado, es mejor que se lo digas a David – inquirí viéndole desde mi posición
- No querrá cancelarla, Bill, Gustav y parte del staff ya están abajo e incluso ya han empezado a salir, así que – me jalo del brazo provocando que me levantara más rápido que un gato – vamos trenzudo
- Pero Georg…
- Pero nada, vamos y como mañana tampoco hay mucho que hacer, prometo que al rato nos iremos de juerga – Sonreí, él si sabia como levantarme los ánimos – sabia que eso te haría entrar en razón – Y salimos de la habitación.

En realidad no tenía muchas ganas de irme de fiesta, pero como él lo había dicho, era una forma de olvidarme aunque sea un poco de las cosas y quizás seria como una terapia para mí, para poder superar lo que estaba sucediendo. Así que sin hacer más drama por lo ocurrido bajamos hasta donde estaban todos los demás. En realidad esperaba que mi pequeña estuviera ahí, abrazada o tomada de la mano de mi gemelo, pero no fue así, él estaba solo, escuchando atentamente las indicaciones de David y antes de que yo pudiera acercarme a preguntar algo, todos comenzaron a salir rumbo a las furgonetas que probablemente ya nos esperaban afuera del hotel.

Debo decir que el griterío de todas las fans emocionadas me aturdió un poco, pero al mismo tiempo me hizo sonreír y es que me di cuenta de que a pesar de todos los problemas que oscurecían mi vida, aun había personas que me querían y por las que yo merecía vivir.

Suspiré tranquilamente y como ya era costumbre repartí un par de autógrafos antes de llegar a la minivan, en realidad me sentí bien al hacerlo y es que el poder hacer feliz a mis fans me llegaba a hacer un poco feliz a mí. Porque a pesar de todo, sabía que ellas, siempre estarían ahí, para mi, para cuando yo las necesitara. No supe porque sonreí, hacia menos de cinco minutos que me sentía morir por todo el embrollo por el que estaba pasando y ahora de buenas a primeras se me ocurría sonreír, la razón, no la sabia aun, pero de algo estaba seguro, no quería por nada del mundo, que esa felicidad que de pronto había llegado a mi, se fuera tan pronto como había aparecido.

Con Saki cuidándome la espalda logre llegar hasta la furgoneta que nos esperaba y me despatarre sobre uno de los asientos, tuve la oportunidad de conseguir uno pegado a la ventana y es que aun y cuando los otros chicos habían salido antes yo había logrado llegar mas rápido que ellos a la camioneta. Después de mi, entro Georg, ese condenado lacio que me había convencido de salir de mi obscura habitación, prometiéndome una noche de fiesta y quizás, muy probablemente, también de sexo con alguna groupie que llegara a conocer el día de hoy. Seguido de este, entraron los demás y la puerta se cerro, Toby arranco y las fans eufóricas quedaron a por lo menos miles de metros tras de nosotros.

Miré un momento hacia la ventana, era un buen día, o al menos eso parecía, el clima era cálido y después de todo entendí que tenia que disfrutarlo, porque era un día más de mi vida, un día que si desperdiciaba, jamás iba a poder recuperar, así como seguramente tampoco podría recuperar a mi pequeña.

Por un momento creí que la tristeza me inundaría nuevamente, pero no fue así, no sabía si era resignación lo que mi cuerpo y mente experimentaban, pero si de algo estaba seguro era de que yo merecía ser tan feliz como mi pequeña y mi gemelo ya lo eran. Derepente sentí como algo ligero golpeaba mi cabeza, haciéndome volver a la realidad y dejar de lado por un momento mis pensamientos. Busque rápidamente aquello que me había golpeado y lo vine a encontrar en mis pantalones. Era una insignificante bola de papel. Alce la mirada y observe a todos los ahí presentes. Mi gemelo y Gustav me veían temerosos, como esperando una mala reacción de mi parte, bueno, era de saberse que si algo me molestaba mas que nada, era que me lanzaran objetos, así fuera una estúpida bola de papel yo me ponía histérico, quizás a eso se debían las caras pálidas y asustadas de mis compañeros de trabajo.

Tuve que girar solo un poco la cabeza para encontrarme con la risita burlona de Georg adornándole el rostro, bueno si, él era el único que se atrevía a hacerme ese tipo de bromitas, tal vez porque con él era con el único que yo me llevaba bien. Si, Bill era mi hermano, pero nuestra relación se había vuelto distante desde que a ambos se nos había ocurrido enamorarnos perdidamente de la misma chica, entonces por eso yo había encontrado en Georg el hermano que hacia ya un buen tiempo había perdido.

Intenté intimidarlo con la mirada, pero no lo conseguí, ese lacio me conocía y precisamente por eso estaba casi tan seguro como yo de que su tonta bromita quizás no me había agradado, pero tampoco me había molestado. Bill y Gus aun seguían callados, el silencio había dominado el lugar desde hacia ya un par de minutos, era un silencio incomodo, casi tanto como ver al amor de mi vida besar a mi otra mitad.

No sabía que debía hacer, o bueno, mas bien no me decidía en que hacer. Tenía dos posibilidades. La primera era partirme de la risa por su estúpida broma y la segunda era hacer un drama por demás sobreactuado por lo ocurrido. Quizás la segunda seria la que más me convenía, al menos para dejarles claro que conmigo no debían jugar de ese modo, pero sin ser completamente consciente de las cosas opte por la primera opción y como un verdadero crío, explote en una estruendosa y por demás divertida carcajada. Estuve casi seguro de que tanto Bill como el gusano me veían confundidos y bueno, no era para menos, mi actitud en esas circunstancias no siempre era la mejor, pero también me imagine la cara del ojiverde llena de vida al verme volver a sonreír.

- Hombre Georg jajajajajajajaja – intenté hablar, pero no logre, me había agarrado esa estúpida risa que muy pocas veces se hacia presente en mi – Jajajaja tú… tú no cambias Jajajajaja – el lacio sonrió y pude notar como mi hermano me veía con el ceño completamente fruncido
- ¿N…no estas enojado? – pregunto Bill tartamudeando, hubiera querido contestarle al instante, pero mis carcajadas seguían oyéndose estruendosamente, por lo que únicamente pude negar con la cabeza, mientras me agarraba la panza con ambas manos. Ya había comenzado a dolerme, pero no podía parar de reír.

Después de algunos minutos en los que lo único que se escuchaba era mi ataque de risa me logre tranquilizar y pude parar de reír, tome la bola de papel y se la lance a Georg que seguían observándome divertido, creí que volvería a lanzármela pero solo se limito a sonreír.

- Llegamos – musitó Toby y la furgoneta se detuvo

Gustav y Georg fueron los primeros en bajar, después de ellos intente hacerlo yo, pero mi gemelo me agarro el hombro, como queriendo llamar mi atención. Voltee a verlo.

- ¿Pasa algo? – pregunté y Bill abrió la boca, como queriendo decir algo, pero inmediatamente la volvió a cerrar - ¿Bill?...
- Tú… ¿te… te sientes bien? – farfulló indeciso
- Si ¿Por qué?
- Bueno, es que, pensé que lo de la bola de… de papel te haría enojar – musitó. En eso tenía razón, pero me había dado cuenta de que de nada me servia enojarme, si de todas maneras, ellos eran mi única compañía. Suspiré
- No te preocupes enano, estoy bien – masculle y baje rápidamente. Ya había comenzado a caminar, avanzando una considerable distancia, pero aun así, escuche la voz lejana de mi hermano
- ¿Enano? – preguntó. Sonreí para mi mismo. Hacía tiempo no le llamaba así, pero ahora me había nacido del corazón hacerlo. Volteé a verlo y asentí
- Si, enano… - Y eche nuevamente a caminar, siguiendo a mis compañeros


// Narra Mili //


- El único boleto disponible para el ultimo vuelo del día de hoy rumbo a Rusia es a las 9:00 P.m. – musito la chica castaña que estaba frente a mi
- Si, démelo por favor – masculle y le tendí mi tarjeta de crédito.

Bien, sabía que era un disparate el irme así sin más, pero debía hacerlo. Tenia que acabar con todo esto de una buena vez, estaba harta de tantas lágrimas, de tantos recuerdos y lo único por lo que en verdad pedía y añoraba era por un poco de tranquilidad en mi vida.

- Aquí tiene señorita, que tenga un buen viaje…
- Gracias – sonreí falsamente y camine rumbo a la salida del aeropuerto, donde un taxi me esperaba, para llevarme de nueva cuenta al hotel

El trayecto fue un tanto pesado, había demasiado tráfico y me suponía que este se debía al estúpido choque que había ocurrido hacia un par de minutos, donde dos personas lo suficientemente imprudentes no habían podido parar y se habían estrellado sin mas ni mas. Cuando por fin llegue al hotel ya no vi el coche negro que estaba cuando yo había salido. O bueno para ser mas especifica, si ese coche ya no estaba, era obvio que entonces Brianda ya se había ido.

Pague el taxi y me adentre al hotel, subiendo directamente al hotel. Aun era temprano, pero tenía el tiempo justo para preparar mi equipaje y largarme de ese lugar sin que ninguno de los chicos o incluso David se diera cuenta. Botas, blusas, suéteres… bueno, todo estaba esparcido por toda la habitación y yo, sinceramente, no tenía intención de levantarlo. Pero tenía que hacerlo, a menos de que decidiera irme de ahí sin una miserable prenda.

Hice lo que tenia que hacer y ahora todo estaba guardado en las tres maletas con las que cargaba, suspiré casinamente, no tenía ganas de irme, pero tampoco tenía intenciones de seguir dañando a quien no se lo merecía. Quizás debía dejar una nota, diciendo por lo menos que estaría bien, pero no hacia falta. Bill sabía mi secreto y por ende también sabía a la perfección, donde podía encontrarme. Como pude, tome las tres valijas y Salí de la suite. Camine por el largo pasillo, dejando atrás, todo lo que mas amaba, todo, lo que aun, me mantenía con vida.

Pare frente al ascensor y presione el botón correspondiente para que este se abriera. Cerré los ojos y sentí como el escozor volvía a hacerse presente. Los extrañaría, pero como ya lo había dicho, era lo mejor. Quizás ahora me iba, pero estaba segura, que un día, el menos esperado, regresaría. Y solo hasta entonces yo podría ser eternamente feliz.

Las puertas se abrieron y entre al elevador, ya con algunas lágrimas surcando mis mejillas. Era difícil, incluso, mas, de lo que algún día, yo hubiera podido imaginar.

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- Favor de abrocharse los cinturones, porque estamos apunto de aterrizar – se escuchó la voz del piloto y con un click mi cinturón había quedado cerrado.

Todo el camino me la había pasado viendo por la ventanilla. Era tarde, casi las 2:00 A.m., pero a pesar de eso, yo no tenía sueño. Cuando por fin el avión aterrizo me apresure a bajar y a recoger mis valijas en la banda indicada para ello.

Saqué mi celular del bolsillo de mi chaleco y busque el número de la chica que tan pronto como supiera que yo estaba ahí, se descolgaría a ir para recogerme.

- ¿Mili? ¿Eres tú? – pregunto mi interlocutora
- Estoy en el aeropuerto ¿puedes venir por mi?
- ¿En el aeropuerto de Rusia? – volvió a cuestionarme. Asentí
- Si
- Pero… ¿Qué es lo que haces acá?
- Brianda ¿vienes por mi o no?
- Oh, si, si, claro, solo no te muevas de donde estas. Llego en cinco minutos – musitó y colgué.

Bueno, era obvio que no tenía intenciones de moverme de donde estaba. Apenas si conocía parte de este país y lo poco que había llegado a conocer no me había agradado mucho. Digo, no por las personas, sino por el vandalismo y todo eso. Me senté en las bancas de espera y cinco minutos después ya tenía a la rubia frente a mí.

- ¿Estas bien? – preguntó
- Si, pero ¿Podemos irnos ya? – cuestioné y ella asintió

Comenzamos a caminar sin decir nada, en realidad había mucho por hablar, pero yo no tenía ganas de hacerlo. Al menos no por el momento. Salimos del aeropuerto, el coche negro nuevamente estaba ahí y no tardamos mucho en subir para ir rumbo al castillo, que sería muy probablemente, mi hogar, de ahora en adelante.

Tatos recuerdos, tantas risas, tantos consejos, tantas lágrimas. Que me era casi imposible olvidar. De verdad quería hacerlo, quería olvidar para ya no sentirme asi. Tan estúpida, tan fracasada, como justo ahora me sentía.

- ¿Qué es lo que has echo? ¿Sabes que si Viktor te ve querrá convertirte? – Escuché la voz de mi amiga. Pero ¿Que más daban sus palabras?, si de igual manera, algún día tendría que hacerlo
- Si, lo se – musité aun sin verla
- Espero que en un futuro no te arrepientas de esto, porque probablemente será demasiado tarde – masculló y el silencio se hizo presente otra vez

Todo el camino fue de la misma manera, el silencio se apodero de nosotras y solo cuando llegamos fue que ella volvió a dirigirme la palabra.

- Él ahora sabe que estás aquí – balbuceó y me ayudo a bajar del coche, mientras que el chofer bajaba las maletas, para meterlas al castillo
- ¿Cómo que él sabe que estoy aquí? Ni siquiera me ha visto – respondí y ella volteó a verme
- El aroma de tu sangre, Viktor puede percibirlo a miles de Kilómetros de distancia – Abrí los ojos de par en par – Y no sólo él, tus padres también saben que estas aquí – me informó y fue hasta entonces que me di realmente cuenta de en lo que me había metido. Me giré para intentar regresar, pero la voz de un hombre me dejo casi petrificada
- Bienvenida a casa – Giré nuevamente sobre mis talones. Era Viktor, con mis padres a su lado… Mis verdaderos padres, a su lado…

Continuara…