domingo, 31 de octubre de 2010

Capítulo # 11

Bueno no tengo tiempo de choroo, pero a peticion de mi gemee ya kaapii xDD


Capítulo # 11

Y desde aquel día mi vida había dado un giro drástico, no sabía a profundidad como habían sucedido las cosas, pero ahora mi princesa estaba conmigo, a mi lado, como siempre debería de haber sido. Ahora por fin las cosas marchaban como tenia que ser, ahora podía abrazar al amor de mi vida sin remordimientos, sin pensar en el que dirán, en el que pasara si nos ven, ahora por fin mi corazón volvía a latir gustoso y por mi hermano no me preocupaba porque sabia que de una u otra forma aunque no tuviera mas a mi princesa él era feliz, simplemente porque yo lo era gracias a su comprensión y fiel entendimiento.

- ¿Sucede algo? – la voz de mi princesa me saco de mis pensamientos y para cuando lo note yo ya la miraba mas embelesado que nunca, simplemente porque le amaba
- No – negué y me acerque a sus labios para poder besarlos una vez más. Sentí la humedad de su boca impregnarse en la mía, sentí su saliva recorrerme el paladar y la bebí gustoso, como si de ello dependiera que nunca mas nos volviéramos a separar
- Te amo – me dijo con una ligera sonrisa adornándole el rostro y sus ojos color azul agua me hipnotizaron por milésima vez
- Yo también – musite sin tapujos y acaricie su mejilla derecha lentamente con el pulgar de mi mano

Y de nueva cuenta atrape sus labios con los míos, quería besarla hasta el cansancio, recuperar el tiempo perdido y nunca jamás dejarla ir. Porque simplemente ella se había convertido en lo único que me mantenía con vida y si ella se iba o por alguna razón le perdía, yo irremediablemente moría.

Entrelace nuestros dedos, le mire directamente a los ojos, admire sus labios rojizos y brillantes, su piel tersa y blanquecina me hizo quererla aun mas y estoy seguro que si pudiera verle el corazón yo moriría de la emoción por la velocidad inconcebible a la que estaría latiendo, porque a pesar de que sabia muy bien con quien estaba, el ligero temblor de su cuerpo y el sudor de sus manos me hizo saber que estaba nerviosa.

- ¿Interrumpo? – tanto Mili como yo volteamos y ahí parado frente a nosotros estaba mi gemelo con las manos metidas en los bolsillos de su holgada sudadera
- Claro que no – respondió mi novia a la pregunta de Tom y él le sonrió
- Se ven tan bien juntos – mascullo aún sonriente y miro a mi princesa embelesado. A pesar de que me había dejado el paso libre con ella, sabia a la perfección que él aun la amaba, pero claro muy probablemente para él, lo primero era la felicidad del amor de nuestras vidas, porque si, muy a mi pesar, sabía que Mili también era el amor de la vida de mi hermano
- Gracias – dije viéndole directamente a los ojos y el sonido de su corazón triste retumbo en mis oídos. Trataba de ser feliz a pesar de no tenerla a su lado, prefería mi felicidad a costa de la suya y eso significaba demasiado para mí
- Tom – le llamo mi princesa y él retiro su vista de mí para regresarla hacia ella
- ¿Si?
- ¿Quieres que hablemos? – le cuestiono y Tom negó lentamente
- No hay nada de que hablar – respondió agachando la mirada y pude sentir su dolor atestarme el corazón una y otra vez
- Hay mucho de que hablar – inquirió mi princesa y se incorporo de su asiento – Ve a tu habitación, creo que tardare un poco – pidió y yo solo atine a asentir con la cabeza. Después de esto ella le tomo de la muñeca y lo jalo hacia un lugar lo bastantemente alejado de la mesa de la cafetería en la que yo estaba sentado

// Narra Tom //

El corazón se me encogía en un puño cada que la veía cerca de mi gemelo. Pero yo lo había decidido así, no podía culpar a nadie mas por el hecho de que mi pequeña ya no estuviera a mi lado, porque simplemente no había otro culpable de eso mas que yo. Pero prefería verla feliz aun sabiendo que seria a costa de mi propio sufrimiento, porque si, yo solo podía estar bien si ella estaba a mi lado y ahora que no lo estaba mi corazón la resentía cada vez mas, mis manos extrañaban su piel, mis oídos extrañaban sus palabras, mi piel añoraba sus caricias, mis labios sus besos y muy en el fondo de mi corazón extrañaba absolutamente todo de ella, porque en resumidas palabras ella lo era todo para mi.

Pero a pesar de todo, sabia que había echo lo correcto, porque efectivamente, lo correcto era que ella estuviera con quien de verdad amaba y aunque me dolía aceptarlo yo sabia perfectamente que la persona a la que amaba no era yo. Y recordé el primer beso que le di, sentí mi corazón resquebrajarse en miles de pedazos cuando me di cuenta que ella me había correspondido de una forma tan sincera y pura que me había echo confundirme y muy a mi pesar ilusionarme con alguien que jamás estaría a mi lado, porque no estaba predestinada a estar junto a mi.

[Flash-back]

Y entonces vi como mi gemelo caminaba hacia el centro del escenario y junto a él lo hacia mi pequeña, esa a la que amaba con tanta locura y pasión que hasta yo mismo me sorprendía de la magnitud del amor que se podía sentir hacia otra persona. Sentí mi cabeza dar vueltas como loca, mi corazón latir fuertemente dando tumbos acelerados contra mi esternón, como queriendo salirse de su lugar, mis manos dejaron de tocar las cuerdas de la guitarra y una lágrima resbalo por mi mejilla cuando me di cuenta del amor que aun se profesaban mi hermano y ella.

Las luces se apagaron y solo una ráfaga de luz los ilumino a ambos, no sabia como sentirme, no sabia si era lo correcto sentir lo que sentía, no sabia si estaba bien sentir tanto odio y rencor hacia la única persona que podía hacer feliz a la que me hacia feliz a mi. Y sin ser completamente consciente de las cosas caí de rodillas al suelo, quería que se alejara de ella, pero al mismo tiempo deseaba que la hiciera tan feliz como ella a mí. Vi como lentamente levantaba su carita para ver de una manera poco usual a mi hermano y digo poco porque desde que había aceptado ser mi novia nunca mas lo había vuelto a observar de ese modo, enamorada, embelesada y muy a mi pesar, feliz por estar nuevamente en sus brazos.

Sentí el calor del cuerpo de alguien estrujarme contra su pecho, no me importo quien era, incluso si era una fan me importaba mas bien nada, porque lo que ahora necesitaba era el amor y cariño de alguien que de verdad me supiera valorar.

Y desde ese momento supe que lo mejor era dejarla ir, dejarla libre para que fuera con quien de verdad la hiciera feliz, porque efectivamente, lo único que quería y anhelaba con toda el alma era que ella, mi ángel, mi pequeña, fuera tan feliz como algún día yo lo había sido a su lado.

[Dos horas después]

Íbamos camino al hotel, nadie había dicho ni una sola palabra desde que había acabado la presentación. Se sentía la tensión a flor de piel, mi pequeña, claro, había preferido ausentarse de lo que muy seguramente terminaría en pelea y había preferido ir en otra de las minivan de regreso al hotel. Ni siquiera le había insistido que fuera en la que nosotros viajaríamos, no quería tenerla ni un minuto más cerca de mí y simplemente no quería porque sabía que teniéndola cerca después de lo ocurrido, muy probablemente mi amor loco y obsesivo no me permitiría dejarla ir, por más que ese fuera mi deseo.

No se cuanto tiempo había pasado desde lo ocurrido, incluso si había pasado una década a mi me parecía como un segundo, porque el dolor y la impotencia de mi cuerpo y subconsciente seguía ahí, tan latente como el momento en que todo había sucedido.

Gus y Georg iban en la parte trasera de la furgoneta, justo en la misma parte en la que yo me encontraba, mi gemelo, bueno, el iba en el asiento del copiloto, no le veía completamente el rostro, pero sabia que al igual que yo estaba con los nervios en el aire, porque lo que había echo no era lo correcto y menos sabiendo, con cuan pasión era con la que amaba a mi pequeña. Sentía un hueco en el estomago, como si no hubiese comido nada en días, mis manos sudaban, en mi garganta seguía atorado ese nudo que no había podido desaparecer desde hacia ya dos horas, los ojos los sentía con una picazón casi insoportable, sabia que en cualquier momento rompería a llorar como un crío, pero no quería hacerlo frente a todos, prefería esperar a llegar al hotel y desbaratarme en mi habitación en cuanto cerrase la puerta.

Cuando por fin la minivan se detuvo fui el primero en salir, comencé a caminar a la puerta del hotel, no sabia cuanto mas soportaría la situación, no sabia ni siquiera porque sentía tanto coraje dentro de mi y no coraje contra alguien mas, sino contra mi mismo, quizás era porque a pesar del tiempo transcurrido yo no había logrado mi objetivo, porque no había podido hacer que ella se interesase como algo mas por mi, quizás era la impotencia de saber que había tenido todas las oportunidades del mundo para poder enamorarla y al final, cuando todo se había terminado, mis intentos habían sido todos fallidos y yo había vivido en una mentira todo este tiempo.

Quería seguir caminando, quería caminar y no detenerme por nada, pero la fina voz de mi hermano me saco de mis cavilaciones y me hizo volver a la realidad, esa que por más que quisiera desaparecer, seguiría ahí, porque simple y sencillamente así lo había preescrito el destino.

- Tom – escuche y me detuve en seco, pero aun sin voltear
- ¿Qué? – conteste fríamente
- ¿Po…podemos hablar? – tartamudeo y lo cierto era que yo no quería hablar, no me apetecía hacerlo ahora, solo quería pensar, pensar en lo hermoso que había sido mi sueño, quería seguir viviendo en aquel cuento de hadas que yo mismo había escrito, pero que muy a mi pesar jamás había existido
- Estoy cansado – musite tratando de tranquilizarme – hablaremos después – masculle aun sin verlo y me eche a caminar nuevamente

No escuche mas la voz de Bill y realmente eso era algo que me tranquilizaba, no quería siquiera escucharlo, no sabía como reaccionaria y tenia miedo a que mi reacción no fuera la mejor y yo terminara haciendo una tontería. Subí al ascensor y presione el botón que me llevaría a la suite, me recargue en una de las paredes esperando llegar a mi destino y pensé que después de todo ella había echo un intento por hacerme feliz, ella lo había intentado, pero simplemente el amor era el amor y de eso ella no tenia la culpa.

Las puertas se abrieron frente a mis ojos y con paso lento llegue hasta la habitación, tarde en entrar porque no encontraba la tarjeta, tal vez por lo aturdido que estaba, pero ahora eso no importaba, ahora lo importante era tomar una decisión de la que quizás dependería mi felicidad eterna o la tortura sin fin para dos chicos enamorados y que muy a mi pesar eran lo mas importante para mi y los amaba tan intensamente como seguramente ellos se profesaban amor el uno al otro.

Me acerque al minibar que tenia instalado la habitación, me senté en una de las esquinas mas obscuras de la misma y pensé en si tomar era lo mejor, tal vez no solucionaría mis problemas, pero si me aturdiría y me haría olvidarlas por tan solo un momento. Abrí la botella y bote la tapa valla a saber donde, no me importaba ahora y no me importaría después, lo único que quería era desaparecer ese dolor tan punzante que se había alojado en mi corazón desde hacia ya un buen rato. Incline la botella hacia mi boca, sentí un calor y ardor recorrerme la garganta, los mareos no tardaron en llegar y no supe cuando fue que perdí la noción de las cosas porque para cuando me di cuenta la botella estaba completamente vacía sobre la barra del minibar, yo estaba acostado en mi cama, tapado hasta el cuello y mi pequeña yacía dormida, cubierta por una fina manta en uno de los sillones que estaban mas cerca de la cama.

No tardo mucho en comenzar a abrir sus ojitos y sentí el escozor de los míos atestarme nuevamente, el nudo en la garganta regreso junto con un dolor de cabeza insoportable, la luz del sol golpeándome el rostro me hizo saber que ya había amanecido y las imágenes del día anterior volvieron a azotar con saña a mi consciencia.

Mi pequeña me observo detenidamente al darse cuenta que al igual que ella yo había despertado, no dijo nada, incluso yo esperaba que me guitoneara por haber tomado hasta verle fin a la botella, esperaba que se enojara de una manera casi maniática, pero sin embargo no lo hizo, solo me observo y siguió haciéndolo por un largo rato. No se cuanto tiempo transcurrió, lo cierto era que a mi se me estaba haciendo una verdadera eternidad, no soportaba el hecho de quedarnos en completo silencio, cuando había tantas cosas por decir. Así que como ella no tomaba la iniciativa tendría que ser yo el que tendría que hacerlo.

- Tenemos que hablar – dije casi en un susurro y podría jurar que si me había escuchado era porque ni siquiera nuestras respiraciones lográbamos percibir. Esperaba que me contestara, al menos con un simple “Si”, pero nuevamente no dijo nada, solo me miro, ya no sabia si era mi culpa o realmente era que ella se sentía mal por lo ocurrido el día anterior. Me acomode sobre la cama y volví a observarle – te suplico por favor que no me interrumpas, no quiero que siquiera hagas ni un misero gesto, porque he pensado mucho para decirte esto – masculle y no supe porque le dije eso, si sabia a la perfección que solo me escucharía y que muy probablemente de su boca no saldría sonido alguno – no se porque te pusiste tan mal el día de ayer – y comencé con lo que muy probable seria el principio de mi fin – tampoco se como es que preferiste correr a los brazos de mi hermano estando yo ahí – continué – aun no entiendo muchas cosas, pero ¿sabes que?, no quiero entenderlas, no quiero explicaciones porque ya todo me ha quedado mas que claro, me ha quedado claro que aunque lo intente, aunque haga todo lo que este a mi alcance por tratar de ganarme tu corazón no lo voy a lograr, y no lo lograre nunca – su mirada seguía tan inescrutable como al principio – porque simplemente no se puede ganar el corazón de alguien que ya tiene dueño y aunque me duela aceptarlo el único dueño de tu corazón es – trague saliva – …Bill – sentí como si me atravesaran el corazón con una daga, pero tenia que aceptarlo, no podía seguir haciendo oídos sordos a algo que me estaban repitiendo a gritos – no te voy a decir que ya no te amo, porque te estaría mintiendo.

Pero no estoy dispuesto a seguir soportando esto, no estoy dispuesto a seguir viendo como sufres por mi hermano y él por ti, estando a solo metros de distancia, no estoy dispuesto a seguir haciéndolo, se que en alguna parte del mundo habrá alguien que de verdad me sepa valorar – le mire directamente a los ojos y me di cuenta que las lagrimas ya le escurrían por las mejillas, sabia que tenia que detenerme, sin embargo proseguí – porque allá afuera – apunte hacia la ventana – se que hay alguien que me esta esperando con los brazos abiertos y ¿sabes que?, yo estoy dispuesto a encontrar a ese alguien, porque se que me merezco ser feliz, al igual que tu, por eso – no quería decirlo, pero tenia que hacerlo, mas bien, debía hacerlo, debía dejarla libre para que ella pudiera ser feliz, así, si ella era feliz yo también lo era, porque su felicidad era la mía, aunque no fuera conmigo - … por eso creo que lo mejor es… terminar – finalice y todas mis esperanzas desaparecieron, mi mundo lleno de luz se obscureció, todas mis creencias y realidades se vinieron abajo por milésima vez, pero aun así, yo sabia que había echo lo correcto.

[Fin flash-back]


Se sentó frente a mí y no me quedo de otra más que seguir su gesto y sentarme frente a ella. A decir verdad no quería hablar, no tenía intenciones de hacerlo, no quería recordar aquella época en que ambos habíamos tenido algo más que una amistad. Lo único que quería era olvidar, olvidarme de todo recuerdo dañino que estuviera tatuado de por vida en mi memoria, olvidarme del amor eterno que algún día le había profesado a mi pequeña, olvidarme de todo cuanto me uniera a ella, incluso, por mas extraño que parezca, quería olvidarme de aquella ocasión en que sin pensarlo ni planearlo la había echo mía de la manera mas exquisita que podía existir jamás.

- Tom – escuche su voz y supe que era la hora de escuchar por fin las palabras que no me había dicho aquella ocasión en que yo había decidido terminar con algo que muy probablemente aun seguiría existiendo si no hubiera sido por mi repentino cambio de decisiones y pensamientos. Levante la cara y le mire, aun y cuando iba apenas delineada, sin las pestañas rizadas y sombras en los parpados, se veía extremadamente hermosa y es que para mi con o sin maquillaje ella era la mujer mas hermosa del mundo – ya te escuche yo una vez – musito tranquilamente e instantáneamente me tomo de la barbilla y me obligo a mirarle nuevamente – ahora eres tu quien debe escucharme a mi – mascullo aun sosteniendo mi cara entre sus dedos, pero no estaba dispuesto a volver a abrir las heridas que apenas, con demasiado esfuerzo estaba cicatrizando
- Yo… no quiero hablar de eso – murmure y ella me vio desconforme
- No te estoy preguntando lo que quieres, te estoy diciendo lo que se va a hacer – inquirió y no me quedo de otra mas que escucharla, como en algún momento ella me había escuchado a mi – Se perfectamente lo que esta sucediendo, se que el verme con tu hermano, quizás no es lo que te hace bien, pero Tom, yo… yo lo amo, lo amo tanto como algún día te ame a ti – ¿Ella me había amado? ¿De verdad lo había echo? – yo no termine contigo, de echo ni siquiera tenia planeado hacerlo – observo a Bill que apenas se levantaba de su asiento y salía a paso presuroso de la cafetería – fuiste tú quien lo hizo – su mirada regreso a mi – y te agradezco infinitamente el esfuerzo que haces porque yo sea feliz – se inclino hacia mi y ganas no me faltaron de halarla hacia mi y comérmela a besos, pero no podía, ella ahora era la novia de mi hermano y no le quitaría a mi gemelo la felicidad que con tanto trabajo le había ayudado a conseguir – pero no puedo ser feliz, estando tu así.

No puedo si quiera intentar serlo cuando tú estas mal por mi culpa – levante de nueva cuenta la mirada y note que sus ojos se volvieron acuosos de un momento a otro, no quería verla llorar, no soportaría verla de ese modo, le amaba demasiado como para verla llorar nuevamente a causa mía – Nene – acaricio con parsimonia mi mejilla y sentí una calma casi indescriptible – debes rehacer tu vida, conocer a mas chicas, porque como tu me lo dijiste hace mucho tiempo… allá afuera – agacho la cabeza – hay alguien que de verdad te ama y te sabrá valorar como yo no supe hacerlo en su momento – un gemido escapo de su garganta, le mire, me miro y sentí como la sinceridad de sus palabras me daban un impulso para volver a comenzar – Tom… - musito ya con la voz quebrada y con las lagrimas resbalando descaradas por sus mejillas – no te pido que lo hagas por mi – murmuro – hazlo por ti Tom, no te hagas mas daño – dijo y no supe que responder, no podía recuperar la felicidad que me caracterizaba antes, simplemente porque esa felicidad era por ella y ahora que no la tenia mas, esa felicidad no podía volver a existir.

Derepente vi como ella se levantaba de su asiento y me observaba detenidamente. Aun me preguntaba ¿Como era que no le odiaba?, ¿Cómo diablos era que a pesar de todo lo sucedido yo le seguía amando como en un principio? ¿Cómo me había echo perderme en el encanto de su fisonomía? ¿Cómo no podía olvidarle? Y lo más importante ¿Por qué me preocupaba por tratar de hacer que ella fuera feliz, estando yo en la más grande de las tristezas?

Sentí una mano posarse sobre mi hombro, apenas si rodé los ojos para poder ver quien era y me di cuenta de que no importaban las palabras, ni las preguntas, ni los porque, ni las respuestas, simplemente le amaba, como a nadie y había sido demasiado estúpido al dejarle en bandeja de plata a mi gemelo, lo que a mi con tanto trabajo me había costado conseguir.

- Cariño… tú… tú te mereces a alguien mejor que yo – Acaricio con lentitud mi hombro y sentí como las lágrimas amenazaban con salir de un momento a otro
- ¡No! ¡No hay nadie mejor que tú! – me escandalice y ella solo me observo, se acuclilló a mi lado.
- Nene… claro que hay personas mejores que yo – voltee a verla – incluso te sorprendería saber cuantas mejores que yo andan por la calle buscando tu amor, tus fans Tom… estoy segura que en alguna de tus fans encontraras a ese alguien que te ame, mas allá de una groupie tu encontraras a esa persona que querrás a tu lado por el resto de tu vida – negué
- Las fans no me aman a mi, aman a un Tom que solo existe frente a las cámaras, a una figura publica, no a mi – masculle, frunció el ceño.
- ¿Y porque no mejor muestras frente a las cámaras al verdadero Tom? ¿Por qué no dejas que te conozcan como verdaderamente eres? ¿Por qué no dejas atrás tu papel de macho al que solo le importa tirarse a cuanta groupie se cruza en su camino? ¿Por qué no dejas que todas esas chiquillas amen lo que de verdad eres? – preguntó, no respondí, no quería hacerlo, ya bastante tenia con volver a mostrar esas heridas que no habían sanado desde hacia ya bastante tiempo. Me levante de mi asiento y Salí de ese lugar sin decir una sola palabra, mi pequeña ni siquiera intento detenerme, me conocía y sabia a la perfección que tratar de hacerlo seria en vano.


// Narra Mili //


Me sentía tan estúpida, tan poca cosa que era increíble que aun pudiera sonreír. Nada marchaba bien, Tom sufría por mi culpa, yo sufría a causa de su sufrimiento, Bill ahora era feliz, pero el plan de Viktor seguía en pie y dentro de poco yo tendría que irme… irme para no volver jamás.

Brianda seguía visitándome constantemente, era ella quien me apoyaba con la relación que mantenía con Bill y me mantenía al tanto de todos los planes de los vampiros y hasta de los licántropos. Todos seguían esperando con ansias que el día llegara, ese día que habían estado esperando desde hacia ya mucho tiempo, el día en que todo se decidiría y por fin habría un ganador, los licántropos o los vampiros, pero realmente dudaba que al final hubiera un ganador, o quizás muy en el fondo, lo que en verdad dudaba era que los ganadores fueran los chupa sangre, porque en realidad, yo no estaba para nada dispuesta a hacer lo que tanto Viktor como mis verdaderos padres tenían planeado que yo hiciera.

No estaba dispuesta a matar a una de las personas que mas amaba en el mundo, no estaba dispuesta y no lo haría, lucharía contra quien fuera, pero nunca, pelearía contra él, contra Bill, contra el amor de mi vida.

Porque si, el era el descendiente mas joven y mas poderoso de los lobos, él lo sabia, tenia poco que se lo habían informado, incluso yo había estado presente, a escondidas, pero al fin y al cabo presente.


[Flash-back]

- ¡No! ¡Basta! ¿¡A donde diablos me llevan!? ¡Suéltenme! – comenzó a gritar con mas fuerza, quizás era raro para él que lo trataran de ese modo, siendo una superestrella de rock, pero para mi, ya era de lo mas normal.
- Suéltenlo – Ordenó Lucian, el mas viejo de los licántropos. A ese lo conocía desde hacia ya un buen tiempo, era un maldito hijo de puta y era precisamente él, el que había ordenado una pelea a muerte entre el mas fuerte de los vampiros y el mas fuerte de los licántropos. Era él, quien había arruinado mi vida de una forma imperdonable. Bill lo miro furibundo y se jaloneo una vez mas, acomodándose la chaqueta de cuero que llevaba puesta
- ¿Quién diablos eres tú? – pregunto en un tono poco escuchado en él, sonaba frío y extremadamente molesto
- Permíteme presentarme, soy Lucian – le estiro la mano, esperando saludar a Bill, pero este ni siquiera se movió un milímetro. Lucian sonrió – Veo que no eres tan sensible como pensé – mascullo burlón y Bill casi se lo trago con la mirada.

Estaba con Brii a mi lado, habíamos decidido arriesgarnos y nos las habíamos ingeniado para poder entrar a la cueva sucia y asquerosa de los licántropos. Era un día importante, a mi príncipe le dirían que era él el descendiente más joven y poderoso de los licántropos y tan pronto como se lo dijeran, también le informarían que tenia una lucha dentro de poco tiempo. Pero eso no me importaba, por mi le podrían dar las noticias que quisieran. El problema seria cuando le dijeran con quien era con quien debía luchar. Trate de cubrirme lo más posible detrás del poste en el que estaba escondida, no podía permitir que me vieran, porque de que lo hicieran, seguramente me matarían antes de la gran pelea.

[Nota: Poner aquí IMAGINARY – EVANESENCE]

- Me importa un cuerno quien seas – musito Bill enojado – dime para que diablos me trajeron aquí, no tengo tiempo de estupideces, soy una persona ocupada, pero por lo que veo ustedes no, así que dudo que lo entiendan – se notaba exasperado y rogaba porque no le hicieran nada. Bill enojado era bastante directo y hasta cierto punto grosero, por lo que me temía que terminara irritando a todos ahí y por ende todos se le fueran encima.
- Tranquilo Bill, que entre mas te enojes mas tiempo estarás aquí, así que ve midiendo tus palabras y tu tonito de voz – Lucian se sentó en su imitación de trono, todo sucio y maltratado, era una porquería a comparación del gran trono en el que acostumbraba sentarse Viktor
- Regularmente suelo tener mucha paciencia, pero tú… estas acabando con ella – dijo tratando de tranquilizarse, rogaba a dios porque a si fuera, de lo contrario le iría muy mal – Dime que es lo que quieres ¿dinero? ¿Fama? ¿Mujeres? ¡Anda! ¡Dímelo de una buena vez! – volvió a gritar y me plantee la posibilidad de ir a ayudarlo, voltee a ver a Brii y ella negó con la cabeza. Sabia lo que por mi mente pasaba, nos habíamos vuelto tan unidas que ahora hasta los pensamientos de una los podía escuchar la otra
- No puedo dejar que le hagan daño – susurre y Brianda me vio dudosa
- Aun no te transforman, te matarían en menos de una milésima de segundo – musito preocupada
- Es el amor de mi vida – balbucee
- Esta bien, pero solo si es realmente necesario – mascullo aun en voz demasiado baja – no podemos arriesgarnos a que te pase algo – musito y yo asentí volviendo a dirigir mi mirada hacia mi príncipe
- Jajaja – se rió sarcásticamente el viejo y suspiro burlón – no me importa ni tu fama, ni tus mujeres, ni tu dinero muchachito – Bill frunció el ceño a mas no poder – si estas aquí, es porque debes saber algo importante, no porque yo lo quiera así
- ¿A si? Y según tú ¿Qué es tan importante? – pregunto cruzándose de brazos
- Bill ¿Alguna vez has escuchado hablar de los vampiros?
- Dime que no acabo de escuchar eso – musito enojado - ¿Me vas a venir a contar una historia sobre vampiros? Joder ¡Tengo cosas que hacer!
- Responde – Ordenó Lucian, Bill bufo mientras asentía
- ¡Claro que he escuchado hablar sobre vampiros! ¿Qué me crees idiota para no saber esos cuentos para niños?
- No, idiota no, pero quizás esto te descoloque un poco. Es de saberse que los vampiros tienen una rivalidad de muchos siglos atrás con los licántropos – mi pequeño Kaulitz seguía cruzado de brazos escuchando lo que para él eran tonterías de Lucian – Es de saberse que también debe haber un líder y un fuerte en cada casta ¿No es así? – Bill asintió – Bien… hace muchos siglos de años, si existieron los vampiros y licántropos, no son cuentos como tu los llamas. La rivalidad creció con el tiempo y todo comenzó por…
- ¡Hay ya! ¡Basta! ¡Si me vas a decir algo dímelo ya! ¡Déjate de tonterías y dime lo que me tengas que decir! – Lucian sonrió
- Los licántropos aun existen y por ende también los vampiros, la rivalidad aun existe, obviamente hay un líder, que en este caso soy yo, pero a pesar de eso no soy el mas fuerte – Kaulitz menor rodó los ojos – hay un descendiente, un joven que ha vivido como si…
- ¡Carajo ve al grano! – volvió a interrumpirle y Lucian se levanto cabreado, al parecer ya había perdido la paciencia
- ¡Tu nombre es William, has vivido como una persona normal pero en realidad eres el verdadero y único descendiente de Creídhen, el mas poderoso de los licántropos que halla podido existir jamás, tu vida ha sido una mentira y ha sido planeada cuidadosamente desde tu nacimiento – Bill abrió los ojos como platos y es que muy probablemente lo que Lucian le estaba diciendo le parecía de los mas irreal posible, tanto como a mi me pareció, el día en que me dijeron que yo era una vampira – y has cometido el mas grande de los errores que pueda haber jamás, te has enamorado de la persona equivocada – Kaulitz dio un paso hacia atrás – has luchado hasta el cansancio por el amor de alguien que no puedes tener – tragó saliva y prosiguió hablando – porque simple y sencillamente ella es una chupa sangre, una vampira, una cosa repulsiva odiada por todos nosotros, incluso por tu padre. Te esta destinado pelear a muerte con la mas joven y poderosa de las vampiras, la descendiente con la sangre mas pura en esa casta – el semblante de mi príncipe parecía no tener compostura y a la distancia a la que yo estaba podía percibir el miedo tan grande que lo embargaba – ella pronto será convertida y ese día tú tendrás una lucha a muerte contra ella, serás capacitado desde antes, aprenderás a desarrollar tus habilidades, se te enseñara como es que debes transformarte en un lobo, como matar a un vampiro y cuando todo este listo y el día llegue, tú pelearas hasta matarla, porque la queremos muerta ¿Entiendes? Queremos a Michelle Metzeler ¡muerta!...

[Fin flash-back]

Continuara…

viernes, 22 de octubre de 2010

Capitulo # 10

HOOOLAA!!! BUENO NO TENGO KARAA PARAA DECIRLES MAS KE LO SIENTOO.. ES KEEE DEPLANO LA INSPIRACION NO LLEGA & LUEGO TRAIGO UN MONTON DE PROBLEEMASS, MI GEME DE NUEVA KUENTA EN EL HOSPITAL, UNA PERDIDA IRREPARABLE, UN REMOVIMIENTO DEEE REKUERDOS, UN KORREO & UNAA KANCION U_U JODEERR YA NADA MARCHAA BIEEEN & PARAAA KOLMOOO NO ESTOYY BIEEEEENNNNN KONNMIIIGOO MISSMAAA!!! YAAA A LAAA JODIIIDAA TODOOO MI MUNDO SE VUELVE UNA MIERDA KUANDO TODO KOMIENZA A SALIR MAL, PERO PUES KE LES DIIGOO YAA X'S NO IMPOORTAA UDS NO SON KULPABLESS DE MIS PROBLEEMASS LAS AMOO MISS NIÑASS DE VD.. SON KASI LO UNIKO KE ME MANTIENE AUN DE PIIEE...

Capitulo # 10

- ¿Mili? ¿Mili estas bien? ¡Mili! – De pronto una voz que me llamaba casi a gritos me saco de mis pensamientos y tuve que hacer hasta lo imposible por no comenzar a llorar y desbaratarme ahí justo enfrente de todos. Con toda la fuerza que tuve gire un poco mi cabeza para poder ver a la persona que reclamaba mi atención – Hey ¿estas bien? – cuestiono el pelinegro que se encontraba con el ceño fruncido a mas no poder
- Uhm… si ¿Por qué?
- Tengo tiempo hablándote y tu parece que no escuchas – me reclamo y yo solo me limite a echar la cabeza para atrás, pudiendo así, recargarla en el respaldo del sofá que estaba en el camerino - ¿Dónde están los demás? – pregunte al no ver a nadie en el lugar
- Ya han salido, faltan 10 minutos para comenzar el concierto, por eso te estaba hablando – musito Bill viéndome fijamente - ¿Te quedaras aquí o quieres venir a vernos? – Se cruzo de brazos y al mismo tiempo recargo todo su peso en una de sus piernas
- Me quedo – Masculle sin ganas
- ¿Segura? – Volvió a cuestionarme como pretendiendo que cambiara de opinión, Asentí
- No tengo ganas de escuchar a miles de fans gritar cuando los vean y peor aun, cuando se te ocurra subir a alguna de ellas, me aturdirían – Inquirí, viendo como el menor de los Kaulitz torcía la boca, señal de que no estaba del todo conforme con mi decisión
- Bueno, si no quieres ir esta bien, no te obligare, solo recuerda que hay lugares a donde no puedes faltar – murmuro girándose sobre sus talones, dándome la espalda y dejándome en la cara una gigante interrogación

Avanzo con paso rápido y después se perdió tras la puerta del camerino. Me dolía hasta lo mas profundo su actitud, tiempo atrás, quizás me hubiese pedido mas de una vez que lo acompañara a la presentación, pero estos eran otros tiempo, el tiempo había pasado y como el tiempo no perdona, ahora me estaba cobrando todos y cada uno de mis errores.

Quería levantarme y correr a toda velocidad para alcanzarlo y preguntarle el porque de su actitud, quería hacerlo para darme cuenta de todo lo que había hecho mal y tratar de enmendarlo, porque como bien lo había estado pensando, desde la noche anterior, si me iba, no quería dejar las cosas hechas un desastre y entre esas cosas estaban los problemas que desde hacia ya mucho tiempo había estado teniendo con Bill y también con Tom, que aunque lo ocultáramos las peleas eran cada vez mas constantes y todo gracias a sus jodidos celos.

Pero bueno, ahora lo que menos quería era pelear, lo único que quería era disfrutarlos, estar con ellos a solas y decirles lo mucho que los amaba, incluso a Georg y a Gustav, que eran como los dos hermanos que nunca había tenido. Ese par de tontos que me hacían la mujer más feliz del mundo, con sus tonterías y enojos, pero al fin y al cabo la más feliz. Y temí por un momento que mi vida terminara mal, que todos acabaran odiándome por lo ocurrido y yo pasara de ser la mujer más feliz a la más infeliz. Que claro estaba eso era inevitable, porque nunca iba a poder acostumbrarme a ser algo que yo ni en sueños creí que existiera.

Siempre había leído cuentos y novelas de vampiros, pero mi madre, o bueno en este caso Kristen, cada que me veía leyendo sobre ese tipo de seres mitológicos me decía que no creyera todo lo que leía, que los vampiros no existían y que yo que siempre había soñado con ser una de esas grandes vampiresas, con grandes colmillos y una vida inmortal nunca lo seria, al menos no en esta vida. Y desde entonces me había obligado a creer en la inexistencia de estas personas, me había resignado a nunca tener grandes colmillos y todo el poder del mundo. Pero la vida había dado muchas vueltas desde entonces y ahora que yo estaba en la cima me dejaban caer volcando todas mis creencias y realidades.

Ahora que me había olvidado de esos sueños de niña, venían a convertirse en una realidad. Me pregunte si me gustaría y desde ese momento supe que a pesar de todo lo malo que tenia ser inmortal, a pesar de que cuando cumpliera 19 años y yo fuera convertida nunca mas volvería a cumplir años, a pesar de todas y cada una de las cosas malas que existían relacionadas con este tema, si no me obligasen a hacer algo tan vil, ruin y cruel como lo era lo que tenia que hacer, quizás yo le encontraría algo bueno a mi nueva vida y muy a mi pesar, quizás solo así, yo tal vez podría ser la mitad de lo feliz que era hasta el momento en que me cruce con esos espectros.

Abrí los ojos que hasta el momento había mantenido cerrados y visualice el techo, con esa perfecta lámpara color hueso que le daba luz al camerino. Como pude me incorpore de mi asiento y mi mirada fue a parar al gran espejo que se encontraba frente a mis ojos. Observe mi cara y cuerpo detenidamente, rubia, de tez blanca, delgada, alta. Suspire. A pesar de que el reflejo me decía que era yo la que estaba frente a ese gran espejo mi mente me decía otra cosa. Esos ojos no eran los míos, quizás tenían el mismo color azul agua que los caracterizaba, pero definitivamente no eran los míos, les hacia falta algo y ese algo era ese brillo tan característicos de la felicidad que prevalecía, siempre, como mi estado de animo. Estos se veían tristes, vacíos, sin una pizca de ese sentimiento llamado felicidad.

Avance unos cuantos pasos hacia delante y entonces sentí como algo humedecía mis ojos y seguidamente mis mejillas. Rápidamente lleve una de mis manos a mi cara y entonces limpie ese líquido tibio que resbalaba por toda su longitud. Una vez mas el sentimiento me había ganado, una vez mas yo había sido la perdedora y estaba nuevamente llorando, por algo que obviamente era casi inevitable. Y digo casi, porque en caso de que se pudiera hacer algo, seria una posibilidad entre un millón y muy seguramente yo no la aprovecharía y la dejaría ir como todas aquellas que había visto pasar en ocasiones pasadas, delante de mí, riéndose a carcajadas. Descaradas ante mis ojos.

Pero al final lo único que quedaría seria la resignación. Resignación a mi nueva vida, que estaba muy pronta, a no tener a mis seres queridos conmigo, a hacer algo que yo no quería hacer, a vivir llorando por el resto de mis días, sufriendo y recordando todos y cada uno de los momentos vividos con ellos, con mis cuatro razones de vida, porque a pesar de que no lo demostrara Bill, Tom, Gustav y Georg eran ya mis únicas razones de vida.

Tome el pomo de la puerta entre mis manos y lo gire lentamente y abrí la puerta con sumo cuidado, respire el aire fresco que golpeo mi cara con saña, avance un poco mientras iba jalando la puerta tras de mi, dejándola completamente cerrada. Metí mis manos a los bolsillos de mi suéter y desganada me dirige al escenario por una de las partes mas fáciles de llegar, que en este caso era una lateral. Aunque aun no llegaba pude escuchar los miles de gritos de fanáticas alocadas por la presentación de mis chicos, era de esperarse, eran bastante buenos, en cuanto a música se refiere. Interiormente, quizás no eran los mejores, pero por lo menos hacían el intento.

Subí alternativamente cada uno de mis pies en las escaleras que daban justo al escenario y cuando estuve en la parte alta me recargue en una de las paredes instaladas para la presentación. Increíblemente la presentación aun no comenzaba, las luces aun no se encendían y muy probablemente los cuatro estarían tomando los lugares correspondientes para comenzar a tocar la primera canción. Tras haber pasado unos cuantos segundos se escucho de fondo la batería, seguida del bajo y la guitarra, el concierto estaba comenzando. Las luces se encendieron y el griterío se volvió aun mas intenso, tanto que termino por dejarme aturdida por un par de minutos. Tuve que sacudir mi cabeza para espabilar y justo en ese momento una luz en el centro se encendió. Bill comenzaba a cantar y era realmente encantador escuchar su angelical voz hacer feliz a miles y miles de chicas que gritaban conmocionadas por el solo hecho de tenerlos cerca.

Suspire y recargue mi cabeza ladeada sobre la pared. Les observe fascinada, casi nunca tenia la oportunidad de presenciar alguno de sus conciertos. A decir verdad, en toda mi vida y en todos los años que ellos llevaban de carrera, habían sido 3 veces en las que había podido asistir a sus presentaciones. La primera había sido en el 2005 cuando ganaron sus primeros dos premios que en este caso fueron los cometa y recuerdo perfectamente bien que fueron por ser el mejor grupo revelación y lanzamiento. La segunda ocasión había sido en los premios MTV Europa y ganaron por mejor actuación internacional y la tercera y última era esta. No se festejaba ningún evento en general, solo era una presentación común y corriente. Como cualquier otra, pero era verdaderamente satisfactorio ver como el trabajo y el esfuerzo que por años ejercieron por ser alguien en el mundo de la música, ahora venia a dar sus más dulces frutos.

A lo lejos pude ver como Gustav había notado mi presencia y me sonreía, le sonreí de igual manera y él siguió con su trabajo. Ese chico tan tímido se había llegado a convertir en uno de mis más grandes y mejores amigos. Siempre que necesitaba un consejo el estaba ahí, siempre que necesitaba alguien con quien platicar el aparecía, cada que estaba triste el me consolaba, cada que me sentía sola el me decía que yo contaba con el. Todas y cada una de las cosas que el había echo por mi en un pasado era una gran muestra de cariño para mi. Porque siempre que lo necesite el estuvo presente sin rechistar ni quejarse. Él, mi pequeño gran Gustav era uno de mis grandes cimientos. Uno de los que me no me dejaban caer por nada en el mundo y que si por alguna situación yo me veía tirada en el suelo él me levantaba porque era un gran amigo.

Tuve que mover solo un poco la mirada para ver a Georg que de igual manera ya me había visto. Inevitablemente sonreí y supongo que hice un gesto gracioso con mi rostro, porque inmediatamente sonrió y comenzó a reír. Suspire. En cuanto a él, pues igual era uno de mis mejores amigos. Con todo y lo moleston que era conmigo, aunque a decir verdad, él siempre había destacado de entre todos mis amigos, precisamente por eso, por siempre estar molestándome, por hacerme reír con cuanto comentario estúpido salía de boca, por hacerme los días mas felices, por ser una gran persona y siempre estar ahí para hacerme sentir bien, cuando creía que las cosas estaban hechas un desastre. Por eso y muchas cosas más, adoraba a ese pelos planchados, porque con todo y con todas mis decisiones erróneas no me dejaba sola, en cambio siempre estaba ahí, intentando encontrarle el lado bueno a las cosas y sinceramente esa era una de las cosas que mas adoraba de él.

Basto únicamente un abrir y cerrar de ojos para notar que Tom me miraba sonriente, quizás feliz por mi presencia. Sentí como mi corazón palpitaba frenético. Y es que a pesar de todo, incluso a pesar del tiempo yo había llegado a quererle, mas que como un amigo, mas que como un consejero, mas que como mi protector, como la persona que siempre supo esperar pacientemente, sin reclamarme nada, como aquella persona que siempre me dio el tiempo necesario y me brindo a rienda suelta mi espacio, como esa persona que nunca me sofoco y que con cada detalle se fue ganando mi corazón, como esa persona que quizás querría junto a mi para el resto de mi vida.

Y después de recorrer detenidamente con la mirada a todos y cada uno de ellos me encontré con la silueta del cuerpo tan perfecto de él. Del chico que me provocaba mas de un suspiro, de ese que tuve que dejar para que fuera feliz, de ese por el que ahora yo estaba con Tom, de ese por el que alguna vez en un tiempo no muy lejano llore hasta quedarme seca, por el que luche como nunca antes había luchado, del que viví toda mi vida enamorada, del que alguna vez tuve y que de buenas a primeras ya no estaba a mi lado y no le reprochaba nada, porque sabia que si el y yo no estábamos juntos no era su culpa, sino la mía, porque había sido yo la que había tomado la decisión de que las cosas terminaran de ese modo. Le mire embelesada, para mi, ese chico era tan, tan perfecto que bien podría volverme a enamorar nuevamente y bueno, creo que no volverme a enamorar, porque enamorada de por si ya estaba, pero de él y por él, podía hacer mas que eso. Podía amarle para el resto de mis días, dar mi vida por la suya, hacer cuanta cosa me pidiera e incluso mataría por él. Porque a pesar de todo lo que había sucedido entre nosotros, le amaba, le amaba con locura y era hasta ahora que me venia dando cuenta de mis verdaderos sentimientos.

Hasta ahora me venia dando cuenta de que el tratar de ser feliz con su hermano no había cambiado mis sentimientos. Al contrario, los había reforzado de una manera sorprendente y al mismo tiempo inexplicable para mí.

Sentí un ligero peso sobre mi hombro y tuve que dejar a un lado el trance en el que me encontraba para poder voltear a mi lado. Cuando lo hice, pude ver a David sonriendo, me veía casi divertido y tenia la impresión de que de alguna forma u otra sabia lo que por mi mente estaba pasando.

- Si lo sigues mirando así lo desgastaras – musito aun sonriente, fruncí el ceño sin entender aun el porque de su comentario
- ¿Qué? – pregunte confundida
- ¿Alguna vez has escuchado el dicho de que tienes que luchar por lo que deseas para poder hacerlo realidad? – pregunto viéndome fijamente. Claro que había escuchado ese dicho tiempo atrás, pero aun no entendía el porque de que precisamente el manager de mis chicos viniera a preguntarme eso
- Si – Asentí - ¿Por qué? – cuestione, Dave se acerco a mi, para tomarme de los hombros y hacer que me girara para quedar de frente hacia él
- Porque a Kilómetros se nota el cariño que aun sientes por Bill - ¿Perdón? ¿Había escuchado bien? – se que no es algo que me incumba en lo absoluto pero tanto a él como a ti les tengo aprecio y se que Tom lo entenderá, lo conozco desde hace mucho tiempo. Se que es un chico que lucha por lo que quiere y así como él lucho para tenerte a su lado, así deberías de luchar tú por estar con quien de verdad quieres. Solo piénsalo y si llegas a la conclusión de que es lo que en verdad quieres entonces hazlo, pero de verdad hazlo antes de que sea demasiado tarde – Negué con la cabeza y nuevamente pude sentir ese liquido salado recorrer mis mejillas, sin embargo no hice nada por ocultar mi llanto
- No es tan fácil – Un gemido lastimero escapo de mi garganta y mi corazón se resquebrajo por milésima vez - ¡No es tan fácil Dave! – Le grite - ¡No es fácil saber que alguien te ama, no es fácil tomar decisiones así nada mas! Hay muchas cosas que me impiden ser feliz con él, cosas que de verdad tú jamás entenderías. No sabes lo difícil que es tener que verlo todos los días y tener que fingir que soy feliz – gimotee destrozada y esta vez no intente ocultar mis sentimientos, esta vez no hice nada por tratar de ocultar lo que desde hacia ya mucho tiempo me estaba atormentando y por primera vez en toda mi vida deje mi corazón abierto a una persona que muy pocas veces se acercaba a mi para tratar de darme ese tipo de consejos, por primera vez deje mis sentimientos a la luz del día pensando que tal vez así alguien podía venir a ayudarme con todo el revoloteo de sentimientos que atestaban mi mente.

Dave me abrazo fuertemente, sentí el calor y la comprensión de su cuerpo contra el mío. Y como lo había dicho, era difícil, muy difícil en realidad, porque a pesar de todas las cosas buenas que me podían suceder si tan solo tratase de ser feliz junto a el, al final tendría que hacer lo que me estaba obligado y no podría con la culpa de haberle ilusionado y después haberle echo ver la realidad, esa que inevitablemente estaba escribiendo su propia historia.


// Narra Bill //


Y justo cuando estaba cantando una de las canciones que mas me recordaban al amor de mi vida voltee a uno de mis costados y a lo lejos ahí la vi, abrazada al cuerpo de mi manager y a pesar de que la luz del escenario no alcanzaba a iluminarle totalmente la carita pude notar como una lagrima traviesa resbalaba por su mejilla, una lagrima que calo hasta lo mas profundo de mi ser, sentí mi corazón resquebrajarse en miles de diminutos pedazos y quise correr a abrazarle, unirme a su llanto, llorar con ella y decirle al oído cuanto es que la extrañaba, cuanto era que me hacia falta, que yo estaba con ella y que si tan solo regresaba conmigo podíamos ser felices, total y completamente felices porque juntos el dolor no existía, tuve las ganas de correr a preguntarle el porque de su llanto para así poder aliviarlo.

Feliz no era y eso lo sabia de sobra, lo sabia porque ella y solo ella podía causar ese sentimiento en mi alma. Pero algo me impedía acercarme a ella y decirle cuanto era que le amaba, cuanto era que me hacia falta y cuan infeliz era desde el momento en que ella me había dejado, pero como lo había dicho algo me lo impedía y ese algo era él, mi hermano, mi gemelo y podría jurar que si tan solo tuviese una oportunidad para tenerla nuevamente a mi lado no me lo pensaría dos veces, en cambio tomaría la oportunidad de inmediato, porque le amaba, le amaba como a nadie y solamente con ella podía ser tan feliz como el día en que ella me había confesado que también me amaba.

La música seguía sonando y de coro las miles de voces de todas esas niñas que habían pagado para poder vernos, para poder oírnos tocar y cantar, cosa que obviamente yo no estaba cumpliendo porque desde el momento en que la había visto, había dejado de cantar, porque ella me hacia falta y porque el simple hecho de verle me dolía y me hacia pensar en lo infeliz que era, en lo estúpido y patético que era por tratar de demostrar que era feliz con ella a lado de mi hermano.

Di el primer paso, después el segundo y así los demás, escape de la vista de las fans y me acerque a ella, David me miro y sonrió, sabia a la perfección lo que por mi mente pasaba y con cuidado dejo de abrazarle para después dejarla en mis brazos. Rodee su cuerpo con todas las fuerzas que tenia y cuando un gemido lastimero escapo de su garganta yo me deshice, me uní a su llanto, llore con ella y sin decirle nada ni dejar de abrazarle comencé a caminar con ella en mis brazos al centro del escenario, el griterío y el asombro de muchos no se hizo esperar, pero no me importo, por primera vez no me importo lastimar a todas esas chiquillas que habían vivido enamoradas de mi desde que me habían conocido, no me importo causarles dolor, porque a final de cuentas ese mismo dolor que yo les estaba causando era el mismo del que era victima gracias a ella, a mi rubia, a mi princesa…

Voltee a ver a Tom y me miro confundido, solo negué con la cabeza y sentí como de mis ojos se desprendía ese liquido salado que reflejaba cuan grande era mi tristeza, el escenario se apago y segundos después una ráfaga de luz nos enfoco solo a ella y a mi, no podía ver ya a mi gemelo, lo único que veía eran las miles de lucecitas de los celulares que aparecían a borbotones en aquel establecimiento, de fondo los gritos de las fanáticas y los sollozos de mi princesa. Esos que me lastimaban de sobremanera y que no me dejaban ser feliz con nadie mas.