viernes, 22 de octubre de 2010

Capitulo # 10

HOOOLAA!!! BUENO NO TENGO KARAA PARAA DECIRLES MAS KE LO SIENTOO.. ES KEEE DEPLANO LA INSPIRACION NO LLEGA & LUEGO TRAIGO UN MONTON DE PROBLEEMASS, MI GEME DE NUEVA KUENTA EN EL HOSPITAL, UNA PERDIDA IRREPARABLE, UN REMOVIMIENTO DEEE REKUERDOS, UN KORREO & UNAA KANCION U_U JODEERR YA NADA MARCHAA BIEEEN & PARAAA KOLMOOO NO ESTOYY BIEEEEENNNNN KONNMIIIGOO MISSMAAA!!! YAAA A LAAA JODIIIDAA TODOOO MI MUNDO SE VUELVE UNA MIERDA KUANDO TODO KOMIENZA A SALIR MAL, PERO PUES KE LES DIIGOO YAA X'S NO IMPOORTAA UDS NO SON KULPABLESS DE MIS PROBLEEMASS LAS AMOO MISS NIÑASS DE VD.. SON KASI LO UNIKO KE ME MANTIENE AUN DE PIIEE...

Capitulo # 10

- ¿Mili? ¿Mili estas bien? ¡Mili! – De pronto una voz que me llamaba casi a gritos me saco de mis pensamientos y tuve que hacer hasta lo imposible por no comenzar a llorar y desbaratarme ahí justo enfrente de todos. Con toda la fuerza que tuve gire un poco mi cabeza para poder ver a la persona que reclamaba mi atención – Hey ¿estas bien? – cuestiono el pelinegro que se encontraba con el ceño fruncido a mas no poder
- Uhm… si ¿Por qué?
- Tengo tiempo hablándote y tu parece que no escuchas – me reclamo y yo solo me limite a echar la cabeza para atrás, pudiendo así, recargarla en el respaldo del sofá que estaba en el camerino - ¿Dónde están los demás? – pregunte al no ver a nadie en el lugar
- Ya han salido, faltan 10 minutos para comenzar el concierto, por eso te estaba hablando – musito Bill viéndome fijamente - ¿Te quedaras aquí o quieres venir a vernos? – Se cruzo de brazos y al mismo tiempo recargo todo su peso en una de sus piernas
- Me quedo – Masculle sin ganas
- ¿Segura? – Volvió a cuestionarme como pretendiendo que cambiara de opinión, Asentí
- No tengo ganas de escuchar a miles de fans gritar cuando los vean y peor aun, cuando se te ocurra subir a alguna de ellas, me aturdirían – Inquirí, viendo como el menor de los Kaulitz torcía la boca, señal de que no estaba del todo conforme con mi decisión
- Bueno, si no quieres ir esta bien, no te obligare, solo recuerda que hay lugares a donde no puedes faltar – murmuro girándose sobre sus talones, dándome la espalda y dejándome en la cara una gigante interrogación

Avanzo con paso rápido y después se perdió tras la puerta del camerino. Me dolía hasta lo mas profundo su actitud, tiempo atrás, quizás me hubiese pedido mas de una vez que lo acompañara a la presentación, pero estos eran otros tiempo, el tiempo había pasado y como el tiempo no perdona, ahora me estaba cobrando todos y cada uno de mis errores.

Quería levantarme y correr a toda velocidad para alcanzarlo y preguntarle el porque de su actitud, quería hacerlo para darme cuenta de todo lo que había hecho mal y tratar de enmendarlo, porque como bien lo había estado pensando, desde la noche anterior, si me iba, no quería dejar las cosas hechas un desastre y entre esas cosas estaban los problemas que desde hacia ya mucho tiempo había estado teniendo con Bill y también con Tom, que aunque lo ocultáramos las peleas eran cada vez mas constantes y todo gracias a sus jodidos celos.

Pero bueno, ahora lo que menos quería era pelear, lo único que quería era disfrutarlos, estar con ellos a solas y decirles lo mucho que los amaba, incluso a Georg y a Gustav, que eran como los dos hermanos que nunca había tenido. Ese par de tontos que me hacían la mujer más feliz del mundo, con sus tonterías y enojos, pero al fin y al cabo la más feliz. Y temí por un momento que mi vida terminara mal, que todos acabaran odiándome por lo ocurrido y yo pasara de ser la mujer más feliz a la más infeliz. Que claro estaba eso era inevitable, porque nunca iba a poder acostumbrarme a ser algo que yo ni en sueños creí que existiera.

Siempre había leído cuentos y novelas de vampiros, pero mi madre, o bueno en este caso Kristen, cada que me veía leyendo sobre ese tipo de seres mitológicos me decía que no creyera todo lo que leía, que los vampiros no existían y que yo que siempre había soñado con ser una de esas grandes vampiresas, con grandes colmillos y una vida inmortal nunca lo seria, al menos no en esta vida. Y desde entonces me había obligado a creer en la inexistencia de estas personas, me había resignado a nunca tener grandes colmillos y todo el poder del mundo. Pero la vida había dado muchas vueltas desde entonces y ahora que yo estaba en la cima me dejaban caer volcando todas mis creencias y realidades.

Ahora que me había olvidado de esos sueños de niña, venían a convertirse en una realidad. Me pregunte si me gustaría y desde ese momento supe que a pesar de todo lo malo que tenia ser inmortal, a pesar de que cuando cumpliera 19 años y yo fuera convertida nunca mas volvería a cumplir años, a pesar de todas y cada una de las cosas malas que existían relacionadas con este tema, si no me obligasen a hacer algo tan vil, ruin y cruel como lo era lo que tenia que hacer, quizás yo le encontraría algo bueno a mi nueva vida y muy a mi pesar, quizás solo así, yo tal vez podría ser la mitad de lo feliz que era hasta el momento en que me cruce con esos espectros.

Abrí los ojos que hasta el momento había mantenido cerrados y visualice el techo, con esa perfecta lámpara color hueso que le daba luz al camerino. Como pude me incorpore de mi asiento y mi mirada fue a parar al gran espejo que se encontraba frente a mis ojos. Observe mi cara y cuerpo detenidamente, rubia, de tez blanca, delgada, alta. Suspire. A pesar de que el reflejo me decía que era yo la que estaba frente a ese gran espejo mi mente me decía otra cosa. Esos ojos no eran los míos, quizás tenían el mismo color azul agua que los caracterizaba, pero definitivamente no eran los míos, les hacia falta algo y ese algo era ese brillo tan característicos de la felicidad que prevalecía, siempre, como mi estado de animo. Estos se veían tristes, vacíos, sin una pizca de ese sentimiento llamado felicidad.

Avance unos cuantos pasos hacia delante y entonces sentí como algo humedecía mis ojos y seguidamente mis mejillas. Rápidamente lleve una de mis manos a mi cara y entonces limpie ese líquido tibio que resbalaba por toda su longitud. Una vez mas el sentimiento me había ganado, una vez mas yo había sido la perdedora y estaba nuevamente llorando, por algo que obviamente era casi inevitable. Y digo casi, porque en caso de que se pudiera hacer algo, seria una posibilidad entre un millón y muy seguramente yo no la aprovecharía y la dejaría ir como todas aquellas que había visto pasar en ocasiones pasadas, delante de mí, riéndose a carcajadas. Descaradas ante mis ojos.

Pero al final lo único que quedaría seria la resignación. Resignación a mi nueva vida, que estaba muy pronta, a no tener a mis seres queridos conmigo, a hacer algo que yo no quería hacer, a vivir llorando por el resto de mis días, sufriendo y recordando todos y cada uno de los momentos vividos con ellos, con mis cuatro razones de vida, porque a pesar de que no lo demostrara Bill, Tom, Gustav y Georg eran ya mis únicas razones de vida.

Tome el pomo de la puerta entre mis manos y lo gire lentamente y abrí la puerta con sumo cuidado, respire el aire fresco que golpeo mi cara con saña, avance un poco mientras iba jalando la puerta tras de mi, dejándola completamente cerrada. Metí mis manos a los bolsillos de mi suéter y desganada me dirige al escenario por una de las partes mas fáciles de llegar, que en este caso era una lateral. Aunque aun no llegaba pude escuchar los miles de gritos de fanáticas alocadas por la presentación de mis chicos, era de esperarse, eran bastante buenos, en cuanto a música se refiere. Interiormente, quizás no eran los mejores, pero por lo menos hacían el intento.

Subí alternativamente cada uno de mis pies en las escaleras que daban justo al escenario y cuando estuve en la parte alta me recargue en una de las paredes instaladas para la presentación. Increíblemente la presentación aun no comenzaba, las luces aun no se encendían y muy probablemente los cuatro estarían tomando los lugares correspondientes para comenzar a tocar la primera canción. Tras haber pasado unos cuantos segundos se escucho de fondo la batería, seguida del bajo y la guitarra, el concierto estaba comenzando. Las luces se encendieron y el griterío se volvió aun mas intenso, tanto que termino por dejarme aturdida por un par de minutos. Tuve que sacudir mi cabeza para espabilar y justo en ese momento una luz en el centro se encendió. Bill comenzaba a cantar y era realmente encantador escuchar su angelical voz hacer feliz a miles y miles de chicas que gritaban conmocionadas por el solo hecho de tenerlos cerca.

Suspire y recargue mi cabeza ladeada sobre la pared. Les observe fascinada, casi nunca tenia la oportunidad de presenciar alguno de sus conciertos. A decir verdad, en toda mi vida y en todos los años que ellos llevaban de carrera, habían sido 3 veces en las que había podido asistir a sus presentaciones. La primera había sido en el 2005 cuando ganaron sus primeros dos premios que en este caso fueron los cometa y recuerdo perfectamente bien que fueron por ser el mejor grupo revelación y lanzamiento. La segunda ocasión había sido en los premios MTV Europa y ganaron por mejor actuación internacional y la tercera y última era esta. No se festejaba ningún evento en general, solo era una presentación común y corriente. Como cualquier otra, pero era verdaderamente satisfactorio ver como el trabajo y el esfuerzo que por años ejercieron por ser alguien en el mundo de la música, ahora venia a dar sus más dulces frutos.

A lo lejos pude ver como Gustav había notado mi presencia y me sonreía, le sonreí de igual manera y él siguió con su trabajo. Ese chico tan tímido se había llegado a convertir en uno de mis más grandes y mejores amigos. Siempre que necesitaba un consejo el estaba ahí, siempre que necesitaba alguien con quien platicar el aparecía, cada que estaba triste el me consolaba, cada que me sentía sola el me decía que yo contaba con el. Todas y cada una de las cosas que el había echo por mi en un pasado era una gran muestra de cariño para mi. Porque siempre que lo necesite el estuvo presente sin rechistar ni quejarse. Él, mi pequeño gran Gustav era uno de mis grandes cimientos. Uno de los que me no me dejaban caer por nada en el mundo y que si por alguna situación yo me veía tirada en el suelo él me levantaba porque era un gran amigo.

Tuve que mover solo un poco la mirada para ver a Georg que de igual manera ya me había visto. Inevitablemente sonreí y supongo que hice un gesto gracioso con mi rostro, porque inmediatamente sonrió y comenzó a reír. Suspire. En cuanto a él, pues igual era uno de mis mejores amigos. Con todo y lo moleston que era conmigo, aunque a decir verdad, él siempre había destacado de entre todos mis amigos, precisamente por eso, por siempre estar molestándome, por hacerme reír con cuanto comentario estúpido salía de boca, por hacerme los días mas felices, por ser una gran persona y siempre estar ahí para hacerme sentir bien, cuando creía que las cosas estaban hechas un desastre. Por eso y muchas cosas más, adoraba a ese pelos planchados, porque con todo y con todas mis decisiones erróneas no me dejaba sola, en cambio siempre estaba ahí, intentando encontrarle el lado bueno a las cosas y sinceramente esa era una de las cosas que mas adoraba de él.

Basto únicamente un abrir y cerrar de ojos para notar que Tom me miraba sonriente, quizás feliz por mi presencia. Sentí como mi corazón palpitaba frenético. Y es que a pesar de todo, incluso a pesar del tiempo yo había llegado a quererle, mas que como un amigo, mas que como un consejero, mas que como mi protector, como la persona que siempre supo esperar pacientemente, sin reclamarme nada, como aquella persona que siempre me dio el tiempo necesario y me brindo a rienda suelta mi espacio, como esa persona que nunca me sofoco y que con cada detalle se fue ganando mi corazón, como esa persona que quizás querría junto a mi para el resto de mi vida.

Y después de recorrer detenidamente con la mirada a todos y cada uno de ellos me encontré con la silueta del cuerpo tan perfecto de él. Del chico que me provocaba mas de un suspiro, de ese que tuve que dejar para que fuera feliz, de ese por el que ahora yo estaba con Tom, de ese por el que alguna vez en un tiempo no muy lejano llore hasta quedarme seca, por el que luche como nunca antes había luchado, del que viví toda mi vida enamorada, del que alguna vez tuve y que de buenas a primeras ya no estaba a mi lado y no le reprochaba nada, porque sabia que si el y yo no estábamos juntos no era su culpa, sino la mía, porque había sido yo la que había tomado la decisión de que las cosas terminaran de ese modo. Le mire embelesada, para mi, ese chico era tan, tan perfecto que bien podría volverme a enamorar nuevamente y bueno, creo que no volverme a enamorar, porque enamorada de por si ya estaba, pero de él y por él, podía hacer mas que eso. Podía amarle para el resto de mis días, dar mi vida por la suya, hacer cuanta cosa me pidiera e incluso mataría por él. Porque a pesar de todo lo que había sucedido entre nosotros, le amaba, le amaba con locura y era hasta ahora que me venia dando cuenta de mis verdaderos sentimientos.

Hasta ahora me venia dando cuenta de que el tratar de ser feliz con su hermano no había cambiado mis sentimientos. Al contrario, los había reforzado de una manera sorprendente y al mismo tiempo inexplicable para mí.

Sentí un ligero peso sobre mi hombro y tuve que dejar a un lado el trance en el que me encontraba para poder voltear a mi lado. Cuando lo hice, pude ver a David sonriendo, me veía casi divertido y tenia la impresión de que de alguna forma u otra sabia lo que por mi mente estaba pasando.

- Si lo sigues mirando así lo desgastaras – musito aun sonriente, fruncí el ceño sin entender aun el porque de su comentario
- ¿Qué? – pregunte confundida
- ¿Alguna vez has escuchado el dicho de que tienes que luchar por lo que deseas para poder hacerlo realidad? – pregunto viéndome fijamente. Claro que había escuchado ese dicho tiempo atrás, pero aun no entendía el porque de que precisamente el manager de mis chicos viniera a preguntarme eso
- Si – Asentí - ¿Por qué? – cuestione, Dave se acerco a mi, para tomarme de los hombros y hacer que me girara para quedar de frente hacia él
- Porque a Kilómetros se nota el cariño que aun sientes por Bill - ¿Perdón? ¿Había escuchado bien? – se que no es algo que me incumba en lo absoluto pero tanto a él como a ti les tengo aprecio y se que Tom lo entenderá, lo conozco desde hace mucho tiempo. Se que es un chico que lucha por lo que quiere y así como él lucho para tenerte a su lado, así deberías de luchar tú por estar con quien de verdad quieres. Solo piénsalo y si llegas a la conclusión de que es lo que en verdad quieres entonces hazlo, pero de verdad hazlo antes de que sea demasiado tarde – Negué con la cabeza y nuevamente pude sentir ese liquido salado recorrer mis mejillas, sin embargo no hice nada por ocultar mi llanto
- No es tan fácil – Un gemido lastimero escapo de mi garganta y mi corazón se resquebrajo por milésima vez - ¡No es tan fácil Dave! – Le grite - ¡No es fácil saber que alguien te ama, no es fácil tomar decisiones así nada mas! Hay muchas cosas que me impiden ser feliz con él, cosas que de verdad tú jamás entenderías. No sabes lo difícil que es tener que verlo todos los días y tener que fingir que soy feliz – gimotee destrozada y esta vez no intente ocultar mis sentimientos, esta vez no hice nada por tratar de ocultar lo que desde hacia ya mucho tiempo me estaba atormentando y por primera vez en toda mi vida deje mi corazón abierto a una persona que muy pocas veces se acercaba a mi para tratar de darme ese tipo de consejos, por primera vez deje mis sentimientos a la luz del día pensando que tal vez así alguien podía venir a ayudarme con todo el revoloteo de sentimientos que atestaban mi mente.

Dave me abrazo fuertemente, sentí el calor y la comprensión de su cuerpo contra el mío. Y como lo había dicho, era difícil, muy difícil en realidad, porque a pesar de todas las cosas buenas que me podían suceder si tan solo tratase de ser feliz junto a el, al final tendría que hacer lo que me estaba obligado y no podría con la culpa de haberle ilusionado y después haberle echo ver la realidad, esa que inevitablemente estaba escribiendo su propia historia.


// Narra Bill //


Y justo cuando estaba cantando una de las canciones que mas me recordaban al amor de mi vida voltee a uno de mis costados y a lo lejos ahí la vi, abrazada al cuerpo de mi manager y a pesar de que la luz del escenario no alcanzaba a iluminarle totalmente la carita pude notar como una lagrima traviesa resbalaba por su mejilla, una lagrima que calo hasta lo mas profundo de mi ser, sentí mi corazón resquebrajarse en miles de diminutos pedazos y quise correr a abrazarle, unirme a su llanto, llorar con ella y decirle al oído cuanto es que la extrañaba, cuanto era que me hacia falta, que yo estaba con ella y que si tan solo regresaba conmigo podíamos ser felices, total y completamente felices porque juntos el dolor no existía, tuve las ganas de correr a preguntarle el porque de su llanto para así poder aliviarlo.

Feliz no era y eso lo sabia de sobra, lo sabia porque ella y solo ella podía causar ese sentimiento en mi alma. Pero algo me impedía acercarme a ella y decirle cuanto era que le amaba, cuanto era que me hacia falta y cuan infeliz era desde el momento en que ella me había dejado, pero como lo había dicho algo me lo impedía y ese algo era él, mi hermano, mi gemelo y podría jurar que si tan solo tuviese una oportunidad para tenerla nuevamente a mi lado no me lo pensaría dos veces, en cambio tomaría la oportunidad de inmediato, porque le amaba, le amaba como a nadie y solamente con ella podía ser tan feliz como el día en que ella me había confesado que también me amaba.

La música seguía sonando y de coro las miles de voces de todas esas niñas que habían pagado para poder vernos, para poder oírnos tocar y cantar, cosa que obviamente yo no estaba cumpliendo porque desde el momento en que la había visto, había dejado de cantar, porque ella me hacia falta y porque el simple hecho de verle me dolía y me hacia pensar en lo infeliz que era, en lo estúpido y patético que era por tratar de demostrar que era feliz con ella a lado de mi hermano.

Di el primer paso, después el segundo y así los demás, escape de la vista de las fans y me acerque a ella, David me miro y sonrió, sabia a la perfección lo que por mi mente pasaba y con cuidado dejo de abrazarle para después dejarla en mis brazos. Rodee su cuerpo con todas las fuerzas que tenia y cuando un gemido lastimero escapo de su garganta yo me deshice, me uní a su llanto, llore con ella y sin decirle nada ni dejar de abrazarle comencé a caminar con ella en mis brazos al centro del escenario, el griterío y el asombro de muchos no se hizo esperar, pero no me importo, por primera vez no me importo lastimar a todas esas chiquillas que habían vivido enamoradas de mi desde que me habían conocido, no me importo causarles dolor, porque a final de cuentas ese mismo dolor que yo les estaba causando era el mismo del que era victima gracias a ella, a mi rubia, a mi princesa…

Voltee a ver a Tom y me miro confundido, solo negué con la cabeza y sentí como de mis ojos se desprendía ese liquido salado que reflejaba cuan grande era mi tristeza, el escenario se apago y segundos después una ráfaga de luz nos enfoco solo a ella y a mi, no podía ver ya a mi gemelo, lo único que veía eran las miles de lucecitas de los celulares que aparecían a borbotones en aquel establecimiento, de fondo los gritos de las fanáticas y los sollozos de mi princesa. Esos que me lastimaban de sobremanera y que no me dejaban ser feliz con nadie mas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario