domingo, 26 de diciembre de 2010

Capítulo # 14

AAAHHHH HOOLAAA… YAA MINEEEEE xDDDD AAJUUUAAA & SIII KE LEESS VENGOO A DEJAAARRR KAAPIII… :D SI SI SI SI SI NO LES MIIEENTOOOO ES KE AHORA SI ME APURE DEMASIADISIMO. ES KE DIJE, MISS LEKTORAAS SEE MERECEEN KAAPII DESPUEES DEE BANKARMEE & ESPERARMEE TANTISIIMOO TIEMPO & JODEERR KE HAA SALIIDOO SOLITO, SI LES DIGO KE KUANDO ME LO PROPONGO LOS KAPIS ME SALEN RAPIDO… PERO OBVIOO PSS KON ESTO DEE LA SALIIDAA DE LA ESKUELAA & SIN REPROBAR NINGUNA MATERIIAA PSS AYUDOO BASTANTEE LA VD…

BUENO IGUAL ESO DE SALIR DE VAKACIOONESS NO MEEE ENKAANTAA TANTOO XK PFFF DEJAREE DEE VEERR AL RAAPEERIITOO ¬¬’ … JAJAJA SI BUENO ES KE SEPASE KE HEE ENKONTRADOO AAL DOBLEEE DEE TOOOMM KAAAULIITZZ!!!! JOOODEERR & EEN MI PROPPIIAAA ESKUEEELAAA JAJAJAJA… HAAYY NOOO YOO DEE VD... KUANDOO LO VII X PRIMERAA VEEZZ DIIJEEE O_O TOOOMM KAAULIITTZZZ JAJAJA PEROO PSS YA DESPUESS KUANDO ME ACERKEEE A ÉEL OO BUENOO MASS BIEEN KUAANDO ME LO PRESEENTARONN RESULTAAA KEE SUU NOMBREE ESS RAAÚL & NII X ASOOMOO SABEE KIEEN ESS TOOMM, PERO IGUAL NO PREOKUPEEISS KE YA ME HE ENKARGADO DE KEE LOO SEEPAA JAJAJAJA... YO KREO KE YA HASTA LO TRAIGOO HARRTOO PERO NO IMPOORTAAA… SII YOO SOYY BIEEEN MOLESSTOONAA KUANDOO KIIEROO…

PERO YA NO IMPORRTAAA… YA LO VEEREEE DESPUUEESS… AUN MEE KEDAA AÑOO & MEEDIOO EN ESA ESKUEELAA, ASÍ KEE PSS LO SEGUIREE VIEENDOO X TODOO ESEE TIEMPOO JAJAJA… YO KREO HASTA KE LLEGUE EL 2012 & MORIRE EN SUS BRAZOOSS JAJAJAJA… A PERO ESO SII ANTESS LEE ROBOO UN BESSOO & MEEE LOO LLEVOO A UNN HOOTEEEL PARAA DECIIRLEEE… HEEYY YOUUU PREESTAA JAJAJAJAJA… OK NO… YA MEJOR ME KALLOO… OSS AMOOO NEENAASS, MIL GRACIIASS X LEERMEEE…

X CIEERTOOO EL KAAPII ME SALIOO KON MUCHISIMOS DIALOOGOOSSS… ESPEROO KE SEEAA DE SUU AGRAADOO… AHORAA SII AAA LEEERR….

KIERO KOMENTSS…


Capítulo # 14

- Estas advertida Ashley, vuelves a tocarla y entonces si te veras en serios problemas ¿entendiste? – La castaña seguía con los ojos abiertos de par en par, quizás le sorprendía de sobremanera todo lo que Viktor le decía
- Si – movió la cabeza en señal de haber entendido y de haber podido me habría echado a reír hasta el cansancio
- Ahora vete – Ordenó el mandamás y la chica ni tarda ni perezosa salió al instante del lugar. Viktor me observó sonriente mientras Brianda seguía curando mi herida
- Veo que empiezas a ejercer los poderes que tienes aquí – musitó satisfecho, le miré con recelo y rodé los ojos
- No precisamente – fruncí el entrecejo – sólo hago lo que es más conveniente para mí – mascullé observándole detenidamente
- Mili… Mili… Mili… - chasqueó con la lengua y negó – eres más inteligente de lo que llegué a pensar – sonreí – pero para ser tan inteligente también eres demasiado arriesgada – asentí
- El que no arriesga no gana
- Pero tú arriesgas demasiado… ¿Sabes que de haberlo querido ella te hubiese matado en un segundo? – torcí la boca
- Si, pero ¿sabes algo?, eso hubiese sido lo mejor para ambas
- No lo creo
- Si mira… las dos hubiéramos salido ganando – Viktor me miró fijamente y arrugo de más la frente aun sin comprender mis palabras
- ¿De que estás hablando?
- Mira te explico… al provocarla ella me hubiese podido matar, yo habría tenido la satisfacción de haberla echo enojar y ella la de acabar conmigo
- ¿Y según tú eso es bueno para las dos?
- Aja
- ¿Por qué?
- Pues porque de haberme matado al final ustedes también la habrían matado, pero eso no es lo que me importa, más bien lo que me importa es que al estar muerta yo, ya no habría quien peleara contra Bill, porque prácticamente él sería el ganador y entonces yo podría descansar tranquila porque ya no habría quien le hiciese daño – El viejo abrió la boca sorprendido e intentó intimidarme con la mirada tan penetrante que poseía. Quizás tiempo atrás lo habría logrado, pero ahora eso era prácticamente imposible, eso ya no servía
- He terminado – musitó Brii y yo le sonreí
- Bien, entonces ¿nos vamos? Digo, estoy cansada, yo si necesito dormir – ella asintió y enseguida volteó a ver a Viktor
- ¿Se te ofrece algo mas? – preguntó, él negó
- No… ve tranquila y por favor no la dejes sola, no queremos que la maten ¿O si?
- No claro que no – balbuceó como espantada negando frenéticamente con la cabeza

Ambas nos levantamos de donde nos encontrábamos sentadas y caminamos hasta la gran puerta de madera barnizada en color café, Brianda fue la primera en salir y tras ella lo hice yo. Me sentía cansada, claro estaba, pero mas que eso lo que quería era tener un momento a solas, porque a pesar de saber que todos ahí me conocían y sabían del gran poder que tenía sobre ellos, ya me había cansado ser la comidilla de todos en el lugar.


// Narra Tom //


Desperté y observé el reloj de mesa que estaba sobre el buró a lado de mi cama. ¡Joder! Eran las tres de la mañana y yo nada que había podido pegar el ojo, si bien eso no me preocupaba, si me inquietaba el hecho de no saber nada sobre mi pequeña. Aún no entendía bien el porque de querer seguir pensando en ella, al principio creí que era costumbre, pero al transcurrir las horas me daba cuenta de que no… no era costumbre, era más bien ese hueco en el pecho que solo ella podía llenar y que me lastimaba de sobremanera.

Me levante por tercera vez en la madrugada y caminé hasta el baño, encendí la luz y ahí frente al espejo estaba yo, con los ojos rojos y una cara de zombie que me incomodó demasiado. Pero era normal, no había podido pegar los ojos en toda la noche y por el trabajo en todo el día no había tenido descanso alguno.

Por un momento llegué a querer ser cómo mi hermano. No hablo de lo físico, porque si bien en eso éramos casi iguales, más bien quería dejar las preocupaciones a un lado, quería poder pensar que todo estaría bien, quería poder tener todo lo que yo quisiera y eso obviamente incluía a mi pequeña. Porque mientras yo la había perdido, él la había recibido con los brazos abiertos y eso obviamente a mí me dolía.

Me dolía haber sido reemplazado por mi propio gemelo, si bien, yo siempre había sabido que ella lo amaba a él, pero el verme remplazado en un abrir y cerrar de ojos le había pegado a mi orgullo y evidentemente a mi corazón también, aunque eso, no lo demostrara a todos los que me rodeaban.

Recargué las palmas de mis manos sobre el lavabo y me miré nuevamente en el espejo. Tenía auténticas ganas de querer ponerme a llorar, pero a la vez no quería hacerlo, porque sentía que al hacerlo toda mi chulería y gigoloes quedaría tendida por los suelos y no quería eso, al menos no sabiendo que sería gracias a la misma chica por la que había decidido darme una oportunidad en el amor, por la que había pintado mi mundo de color rosa, por la que había llorado hasta el cansancio, por la que había sonreído cuándo creí no poder hacerlo y por la que todos mis problemas desparecían de súbito cuándo me regalaba una sonrisa. Porque a su lado no existía nada más, porque a su lado simplemente todos mis problemas se venían a convertir en polvo porque siempre tenía la solución a todos ellos.

Quería poder olvidarla… no importaba la forma en que lo hiciese… solo quería poder hacerlo para así poder volver a sonreír con ganas y no por compromiso, como lo había venido haciendo desde hacía ya un buen tiempo. Suspiré y regresé a la cama, cerré los ojos queriendo dormir pero no lo logre, así que opte por ver la tele. Hice zapping no se cuantas veces hasta que deje el control remoto en paz y la Tv. en un canal de caricaturas. No importaba mucho que programa estuviera, en realidad ya nada me importaba en lo absoluto. Sólo quería dejar de pensar en todos los problemas por los que había estado atravesando y que no me dejaban en paz ni un misero segundo.

De pronto un sonidito bastante peculiar para mí me hizo volver a la realidad. ¿Era Wer ich Bin de Samy Deluxe? Si… definitivamente si lo era, me sabía bastante bien esa canción como para no conocerla y admiraba demasiado a ese cantante como para no reconocer su voz. Después de un par de segundos localicé mi móvil que era el que hacía ese sonidito tan conocido para mí y me levante de la cama para cogerlo. Cuándo lo hice abrí la tapa sin siquiera ver primero quien era quien hablaba y contesté.

- ¿Hola?
- ¿Tom? – esa voz… joder ¡Esa voz!
- ¿Pe… pequeña?
- Si Tom soy yo – y una ola de calma llegó hasta mí
- Nena… pero ¡Diablos! ¿¡Dónde te has metido!? – Mi corazón latía desbocado y la razón obviamente era ella
- Tranquilo… no te puedo decir con exactitud dónde estoy, pero me encuentro en Rusia - Entonces ¿Era cierto? – sé que probablemente sea tarde en México, porque al parecer y por lo que me han dicho… aquí y allá son horarios diferentes, lamento haberte despertado, pero no había podido llamar antes – musitó un tanto apenada por el hecho de creer que me había despertado, pero que rayos importaba que me hubiera despertado o no, lo que importaba aquí era que ella estaba bien y por fin me dejaba escuchar su melodiosa voz
- Hummm... pues si, tienes razón, aquí es tarde… son las – volteé a ver el reloj de mesa – tres cuarenta y cinco de la madrugada, pero no te apures, igual no estaba dormido
- ¿Cómo que no estabas dormido Tom? ¿Qué eres alguna clase de especie subnormal? Digo… porque una persona normal a esa hora esta dormida ¿O es que acaso te fuiste de juerga? – preguntó y pude distinguir a la perfección ese tonito de inconformidad y reproche. Sonreí
- Claro que no, no me he ido de juerga y tampoco soy un subnormal como tú me acabas de llamar, es más bien que no he podido pegar los ojos en toda la noche porque a cierta señorita se le ocurrió largarse sin siquiera avisarnos y sucede que estaba preocupado
- Oh… bueno… emmm… pues siendo por eso que no has podido descansar te sugiero que no te preocupes tanto por esa señorita – valla chiquilla, sólo cuándo le convenía me pedía que pensara en ella – Además… ¿Qué Bill no te aviso que la señorita por la que no has podido dormir mando a decirle que estaba bien? - ¿¡Qué!? Y más ¿¡Qué!? Puto Bill ahora si me las pagaría
- No… no me dijo nada – rodé los ojos – pero bien podrías haberme llamado tú y decirme en persona que estabas bien ¿O no?
- Emmm… bueno si, pero Tom… estuve ocupada todo el día, de verdad no he parado ni un segundo, discúlpame
- Y ¿Se puede saber a que diantres fuiste a Rusia? – pregunté sin siquiera decirle si la disculpaba o no por no haberme avisado
- Oh, bueno, lo que pasa es que… - y el silencio se hizo, por lo que supe que cualquier cosa que me fuese a decir probablemente sería mentira
- ¿Sabes que? Mejor no me expliques nada, igual no soy nadie para cuestionarte – inquirí con un tonito de voz lo bastante cabreado como para hacérselo notar
- Oh… vamos Tom no digas eso… sabes que eres una persona muy especial para mí y estas en todo tu derecho de preguntar sobre dónde es que me encuentro
- Aja
- Tom por favor no te enojes – pidió, en realidad no lo estaba y tampoco tenía planeado hacerlo, pero tenía que mostrarme firme ante ella, porque de lo contrario seguiría haciendo lo que le diera la gana
- No estoy enojado… - dije fríamente
- ¿Entonces porque me hablas así?
- Porque así hablo yo
- No Tom… tú no hablas así – sonreí
- No estoy enojado pequeña, solo que a veces me saca de mis casillas que hagas lo que se te plazca sin siquiera avisarnos… ¿Sabes todo lo que hice cuándo me di cuenta de que no estabas en el hotel? – Ella negó – pues me hubiera gustado que lo supieras, así quizás entenderías un poco mi actitud
- Bueno ya… perdón – balbuceó
- Hay bonita, contigo no puedo estar enojado… obvio si te perdono – cedí. Quizás no debía hacerlo, pero es que simplemente con ella nadie podía enojarse
- Jajajaja – se carcajeó y en vez de pedirle que dejara de hacerlo la deje seguir, su risa era como música para mis oídos – Bueno pues… ahora que me has perdonado creo que es hora de que duermas – musitó yo negué
- No… no pequeña, no quiero dormir – mascullé
- Pero… pero mañana tienes un concierto que dar Tom, no querrás que tus fans te vean como zombie ¿O si? – Viéndolo desde el punto en que ella lo veía quizás lo mejor si sería dormir, pero la oferta de desvelarme para poder escuchar su voz toda la noche era bastante tentadora
- Huummm… pues creo que prefiero escucharte toda la noche, digo, ya que no te vi en todo el día creo que es justo ¿No te parece?
- Pues, si, creo que es justo, pero Tom… David querrá medio asesinarte cuándo te vea cargándote la carita que seguramente traerás para mañana
- ¿Y que? Igual ya habré disfrutado
- Hay Tom… eres tan testarudo
- Lo sé, pero así soy yo – inquirí y seguí hablando.

En realidad no sé cuánto tiempo había transcurrido desde que la llamada había entrado, pero ¿Qué más daba? ¿Que más cuando tenía a lo que más amaba tan lejos pero tan cerca? Sonreí para mí mismo, trataba de dejar de hacerlo, pero simplemente no podía. Me sentía pleno, feliz, porque todos esos pensamientos estúpidos sobre las dudas del amor de mi pequeña quedaron tendidos por los suelos cuándo ella misma me dejo claro que me quería y que yo era alguien sumamente especial para ella.

Si, bueno, quizás no me quería como yo a ella, pero a pesar de eso sabía que era afortunado, tal vez no más que mi hermano, pero afortunado al fin y al cabo. Ella era lo que yo más amaba y por ende yo tenía que aceptar sus sentimientos tal y como eran. Su voz… sólo eso y no más. Era todo o nada y afortunadamente yo lo tenía todo porque la tenía a ella y a sus palabras que me daban las fuerzas para encontrar a alguien a quien yo pudiese darle mi amor y fuese correspondido.

La luz comenzó a penetrar por la ventana, iluminando las cobijas de la cama y parte de mi brazo que estaba sobre estas. Increíblemente no tenía sueño. La estaba pasando realmente bien platicando con ella y fue por eso que tras colgar un momento en el que aproveche para ducharme volví a llamarle y proseguí con esa charla tan larga pero a la vez tan placentera como lo era la que estábamos teniendo desde hacía ya un par de horas.

- ¿Entonces no sabes cuándo regresaras? – pregunté por quinta vez y también por quinta vez mi pequeña negó
- No nene, no sé cuándo regresare, pero espero que sea pronto – murmuró luego de bostezar. Yo con lo entretenido que estaba con ella no había tomado en cuenta que quizás con el viaje y todo ella estaría muerta de cansancio
- Hay pequeña, dirás que soy un desconsiderado contigo, yo aquí hablando como perico y tú andas cayéndote de sueño – farfullé apenado
- No te preocupes – Volvió a bostezar – igual es lindo volver a platicar contigo, hacía mucho tiempo que no hablábamos así – balbuceó y me enternecí. Ya ni siquiera podía hablar bien, por lo que decidí dejarla descansar
- Pequeña creo que lo mejor es que te deje dormir – musité – necesitas descansar y mis ganas de querer seguir platicando contigo no te ayudan en nada
- Oh Tom… yo… yo también quisiera seguir platicando contigo, pero… pero – Y otro bostezo más – pero si necesito dormir – reí en silencio y asentí
- Está bien, te dejo dormir entonces
- Me parece bien, pero… te llamaré ¿está bien?
- Claro… hazlo cuándo puedas, no te apures – dije tratando de entenderla un poco
- Bueno pues entonces te hablo luego – asentí – te quiero
- Yo también – y colgó

Me levanté de la cama y empaque todas mis cosas. Bueno, debía hacerlo porque mañana por la mañana partiríamos rumbo a Londres y por lo que tenía entendido sería un viaje bastante largo. Suspiré casínamente y terminé de levantar todo lo que me faltaba. El cansancio comenzaba a hacer acto de presencia, pero no podía darle el gusto de dominarme.

Tomé unas gafas enormes de mi maleta y me las puse, tenía ojeras y seguramente tendría que recurrir a Natalie para esconderlas, además de que también tendría que beber café como loco para no caer rendido. Salí de mi habitación dejando absolutamente todo preparado, quizás hubiera sido bueno arreglarlo todo hoy por la noche, pero dudaba que el cansancio me lo permitiera.

Bajé por el ascensor y para cuándo las puertas se abrieron me di cuenta de que el único que hacía falta ahí era yo. David sonrió al verme, intente hacerlo yo también, pero no pude, el cansancio me consumía cada vez más.

- Hombre Tom hasta que llegas – asentí desganado y Georg caminó hacía mí – joder pero ¿Qué no has dormido bien? – preguntó
- No… - fue mi única contestación
- Pero mira que carita traes – masculló burlón Gustav arrebatándome las gafas
- Vamos Gus, déjate de tonterías y regrésame eso – estiré el brazo abriendo y cerrando en repetidas ocasiones la mano, pidiéndole que me devolviera lo que me había quitado
- Huy pero que genio – farfulló el rubio y me regreso las gafas. Volví a ponérmelas y observé como Bill caminaba en mi dirección
- Emmm… Tom – me llamó, alcé la vista – bueno, mi princesa se ha comunicado conmigo… emmm… no personalmente pero me avisaron que está bien – asentí – al parecer le pidió a su amiga que me dijera a mí que yo te dijera a ti que está bien, que no te preocupes, que no se ha ido por ti, es sólo que al parecer tiene cosas que pensar – volví a asentir, Probablemente él pensaba que yo saltaría de la alegría por la noticia, pero aparte de no tener las fuerzas suficientes para hacerlo yo ya estaba más que enterado de lo que él me decía
- Gracias – respondí y noté como Dunja bajaba del ascensor
- Tom… ¿Te sientes bien?
- Si ¿Por?
- Es que te noto raro – negué
- Tengo sueño… eso es todo
- ¿Necesitas algo? – frunció el ceño y se rascó la cabeza
- Hummm bueno ya que lo preguntas – apreté los ojos y volví a abrirlos - ¿Podrías decirle a Natalie que necesito de su don urgentemente? – Bill asintió y sin decir más caminó hacia dónde estaba su maquillista
- Hola Tom… - saludó Dunja
- Hola Dun... ¿Cómo estas? – cuestioné
- Pues yo bien, pero al parecer tú no ¿verdad? – Negué - ¿Puedo hacer algo por ti? - preguntó y yo asentí
- ¿Podrías traerme un café bien cargado por favor?
- Claro – Y se perdió en alguna parte del hotel, dónde seguramente encontraría lo que le había pedido.

David comenzó a dar indicaciones mientras los chicos y yo solo asentíamos. Al parecer sería un día agotador. Natalie y Bill fueron los primeros en salir, después de ellos le siguieron Gus y Georg. Volteé hacia mí alrededor para ver si Dunja aparecía con mi café, pero no la vi por ningún lado, así que opté por salir rumbo a la minivan.

Cuándo llegué a mi destino me despatarre sobre el asiento y recargué mi cabeza sobre el respaldo del mismo. Cerré los ojos y entonces comencé a entrar en un trance dónde apenas si podía darme cuenta de las cosas que sucedían a mí alrededor. Escuché las voces de mis compañeros muy lejanamente y mis ojos terminaron de cerrarse para dejarme sumergido en un profundo y placentero sueño.


// Narra Bill //


Notaba a Tom raro, estaba cansado, bien lo sabía, pero aparte de eso había algo más. Quizás eran alucinaciones mías pero yo lo veía feliz. Con una sonrisa radiante de oreja a oreja y si bien eso no me incomodaba si me asustaba un poco porque el día anterior él estaba que se lo llevaba el demonio y de buenas a primeras aparecía aparte de desvelado feliz.

- ¿Aquí viene Tom? – preguntó Dunja asomando la cabeza en la furgoneta
- Si ¿Por qué? – contestó Georg
- Bueno es que – le mostró el vaso de café que probablemente sería para Tom y el lacio asintió
- Se quedo dormido, el camino al parecer será de una hora, dos máximo, lo mejor es que duerma, si quieres dámelo y cuándo lleguemos al recinto que se lo calienten para que se lo tome – Dunja asintió y le entregó el vaso de café a Georg
- Ni se te ocurra tomártelo Georg – advirtió Gus y el lacio rodó la mirada
- Claro que no…

Toby arrancó la furgoneta y salimos directo al recinto dónde nos presentaríamos por primera vez ante nuestras fans mexicanas. Sentía nervios y las manos no dejaban de sudarme, sin embargo sabía que al igual que siempre todo resultaría todo un éxito. Así, nuestras fans serían felices y nosotros podríamos viajar a Londres con toda la satisfacción de haber echo un buen trabajo en un país dónde aunque nuestro idioma no era el mismo, la afición de las chicas si era compartida.

Observé fijamente a Tom… a pesar de que dormía tenía los labios curvados en una media sonrisa. Sonreí de igual manera y me di cuenta que no importaba el motivo por el repentino cambio de humor de mi gemelo. Lo que importaba era que él era feliz y que lo daba a demostrar a todos en el lugar.

A pesar de que ambos estábamos enamorados de la misma chica yo lo quería. Era mi hermano y no podía dejar de sentir ese cariño tan grande y especial por él. Anhelaba con toda el alma que él lo entendiera, que me tendiera la mano y me ayudara a salir tanto a mí como a mi princesa del profundo hoyo en el que nos encontrábamos. Porque aunque todos ahí lo ignoraran, las cosas entre mi princesa y yo no eran tan fáciles como parecían.

- Bill – me llamaron y tuve que volver a la realidad
- ¿Qué? – cuestioné y Natalie frunció el ceño
- ¿Estás bien? – preguntó, asentí
- Si… ¿Por qué?
- Bueno, es que, parecías pensativo – masculló
- Ah eso… no, no es nada – me encogí en hombros – sólo… sólo me siento culpable por el desvelo de Tom – musité y la rubia enarcó las cejas
- ¿Y tú porque? Digo… nadie lo mando a dormirse tan tarde – inquirió viendo de mala gana a mi hermano. Sabía que ellos dos nunca se habían llevado bien, pero aún y con el paso del tiempo, a mí me seguía incomodando la mirada malhumorada que Natalie le propinaba a Tom sin que se diese cuenta
- Seguro se desvelo pensando en Mili…
- Pero tú no tienes la culpa de eso
- Si… si la tengo, porque ella se comunico conmigo y me hizo saber que estaba bien. Le avise a Gus y a Georg pero a Tom no y pues… creo que si le hubiera avisado él no estaría así – Nat rodó la mirada y se cruzó de brazos recargándose totalmente sobre el respaldo del asiento
- Yo no se porque se preocupan tanto por ella – Le observé confundido. Ella volteó a verme – Digo… se que alo mejor estoy mal, pero si ella se fue sus razones tuvo ¿No? Además no se porque se alarman de tal manera. Ayer Tom puso a medio hotel a buscarla ¿Y todo para que? Para que la señorita no se dignara a por lo menos llamarle y darle las gracias – negó frenéticamente con la cabeza como dando a demostrar su desaprobación y suspiró volteando a la ventana – y bueno, en todo caso ella no es indispensable aquí. Sé que es tu novia pero la verdad es que sólo viene o bueno… venía como invitada. – fruncí el entrecejo y pensé en reclamarle. También sabía que entre ella y mi princesa nunca había habido química y por lo mismo nunca llegaron a ser más que conocidas. Pero me molestaba de sobremanera que ella viniese a hablar de esa manera de mi novia
- Bueno, pero ¿Tú que puto afán tienes de hablar mal sobre Mili? ¿Ah? – preguntó Georg malhumorado – Si para ti ella no es importante aquí, es cosa que viene a importar más bien nada… en todo caso la opinión que importa aquí es la de nosotros ¿No? Y si ella viene o no como invitada es cosa que a ti no te importa y ni debería importarte. Ella no te pide para comer y mucho menos necesita de tú servicio como maquillista. Que te quede bien claro que si tú trabajas aquí es nada más por este greñas locas que insiste en seguirse maquillando – me apuntó con el dedo y enseguida volvió a bajarlo. Le miré atónito, nunca… en todo el tiempo que Nata tenía trabajando para nosotros él la había enfrentado como ahora – pero de lo contrario créeme que la que no sería indispensable aquí serías tú. Si mi flaca no te cae bien pues ni modo, ese no es nuestro problema, ella viene con nosotros no contigo y si no puedes aceptarlo pues entonces las puertas están más que abiertas. Porque así como tú en un abrir y cerrar de ojos conseguiste este trabajo así lo puedes perder y puede que llegue otra persona que hasta llegue a caerle bien a Mili y entonces tú pasaras a formar parte del staff incompetente que ha decidido renunciar porque no soportan el paso tan acelerado que lleva Tokio Hotel. Así que piénsalo Natalie, o dejas de joderle la vida a mi amiga o te vas despidiendo de tu estúpido empleo – abrí la boca sorprendido y para cuándo me di cuenta Natalie veía furiosa a Georg

Preferí no decir nada… ambos eran mis amigos. Nata a pesar de no llevarse bien ni con mi gemelo ni con mi novia era más que una conocida para mí, ella me había apoyado cuándo mas lo necesite, estuvo a mi lado y me regalo una palabra de aliento sin que yo se lo pidiese y eso definitivamente era muy significativo para mí.

No entendía porque la mayoría ahí no se llevaban bien con ella. Sabía que era grosera y todo, pero cuándo aprendías a tratarla podía ser lo más divertida posible. Y conmigo lo era así y era por eso que a pesar de que habían pasado ya un par de años desde que ella había comenzado a trabajar para nosotros o en todo caso y como lo había dicho Georg para mí no terminaba de entender porque conmigo era tan diferente que como con Georg, Gustav, Mili y Tom.

Quizás eran paranoias mías o ya veía muros con tranchetes, pero muy en el fondo sentía que todos la trataban mal, por eso ella los trataba mal y era por eso que no podían llevarse bien.

Muchas veces tanto los chicos como las fans e incluso David me habían dicho que Natalie quería algo más que una amistad conmigo, pero yo nunca les hice caso. A mi parecer eran supersticiones tontas de todos ellos. Ella era linda conmigo, pero eso no quería decir que sus ayudas y tratos cariñosos para conmigo tenían su fin ¿O si?

Además en todo caso yo sólo veía a Natalie con ojos de amigo, era guapa debo admitirlo. Quizás el hecho de que fuese más grande que nosotros le hacía notar ya sus añitos. Un par de arruguitas en el rostro que ella sabía cubrir a la perfección con maquillaje, pero eso no importaba, era bonita, pero no al grado para que yo me llegase a interesar en ella como algo más que como amiga. Pero obvio eso tenía que ser una tontería. Ella era mi amiga y estaba completamente seguro de que yo para ella significaba lo mismo y que si me decía las cosas era por mi bien y porque era mi amiga y me quería, no porque ella pretendiera algo más conmigo.

El resto del camino fue bastante incómodo. Al menos para Natalie, Gus, Georg, para mí e incluso para Toby, que aunque no dijera nada, tenía que soportar cada riña que se daba gracias a los estúpidos comentarios sin fundamentos de cada uno de nosotros. En cuánto a Tom… bueno, él seguía perdido en sus sueños, dónde seguramente ninguno de nosotros pasaríamos a formar parte.


// Narra Mili //


Desperté después de un largo rato. Aún me sentía cansada, pero había prometido hablarle a Tom y obviamente no rompería mi promesa. Observe mi reloj de pulsera. Las 8:00 P.m. quizás tendría que esperar un poco más para llamarle. Conociendo los horarios de los conciertos que la banda ofrecía probablemente apenas se estarían preparando para el show. Sonreí para mí misma y volteé hacia mi costado derecho, ahí estaba Brianda, observándome sonriente.

- ¿Descansaste? – preguntó
- Hummm… no como yo quería pero si… - me encogí en hombros y observé el carrito de comida que se encontraba a lado de mi cama - ¿Y eso? – cuestioné y Brii sin perder la sonrisa del rostro me acerco la bandeja de comida. Dejándola sobre la cama
- Es para ti – fruncí el entrecejo
- ¿Para mi?
- Si, para ti… todavía eres humana y tienes que comer comida, ya después de lo único que te alimentaras será de sangre – Y volví a esa realidad dónde la gente mala seguía existiendo
- No estoy segura de querer ser como… bueno emmm… - torcí la boca buscando la forma de decir las cosas sin que ella se sintiese mal, pero simplemente no encontraba la manera de decirlo
- ¿Cómo yo? – preguntó. Asentí
- Tengo miedo Brii… a pesar de que no lo demuestre me aterra que Viktor me transforme – mascullé y mordí el pan tostado que había tomado de la charola
- Lo sé nena – acarició mi cabello y se sentó a mi lado. Me observó cariñosamente mientras yo seguía comiendo – pero no hay mucho que hacer para evitarlo… en realidad no hay nada que hacer para evitarlo – suspiró – Él es demasiado poderoso y lo hará – agaché la mirada. No quería… me negaba a dejar de ser humana
- ¿Tú… tú sabes cuándo? – tartamudeé levantado la cara y ella negó
- La fecha exacta no la sé, pero al parecer será pronto – se quedó pensativa por un momento agachando la cabeza y después de algunos segundos volvió a mirarme - ¿Cuándo es tu cumpleaños? – cuestionó
- El 19 de agosto…
- ¿Y a cuánto estamos hoy?
- A 18 de junio… prácticamente faltan dos meses para que sea mi cumpleaños y también prácticamente falta lo mismo para que me obliguen a hacer algo que no quiero – balbuceé y Brii me miró casi con lástima
- Nena no quiero asustarte, pero… tomando en cuenta las fechas – apretó los ojos – probablemente sea mañana cuándo te transformen


Continuara…

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